Este sábado, tres aviones C-130 del Ejército de Estados Unidos han lanzado 38.000 paquetes de alimentos en 66 paletas sobre la Franja de Gaza, donde la población palestina sufre una situación de extrema necesidad. Así lo han confirmado fuentes militares a NBC News.

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Se trata de la primera operación de ayuda aérea autorizada por el presidente Joe Biden, que busca mitigar el impacto de la ofensiva militar israelí que comenzó el 7 de octubre en respuesta a los ataques de las milicias de Hamás. Desde entonces, los bombardeos israelíes desde el aire, la tierra y el mar han causado cientos de muertos y heridos, y han destruido la infraestructura básica del enclave.

La entrada de ayuda humanitaria por tierra se ha visto obstaculizada por los combates y los bloqueos impuestos por Israel en los pasos fronterizos. Por eso, Jordania también ha recurrido al sistema de lanzamiento aéreo en los últimos días para enviar suministros a Gaza.

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La ONU alerta sobre una inminente hambruna

La ONU ha alertado de que la Franja de Gaza se enfrenta a una inminente hambruna y a una grave inseguridad alimentaria que afecta a uno de cada cuatro habitantes. Según la agencia de salud de la ONU, ya han muerto diez niños por desnutrición y deshidratación, y se teme que las cifras reales sean mayores.

El portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Christian Lindmeier, ha mostrado imágenes del hospital Al Shifa, donde las víctimas mortales esperan ser atendidas. "El sistema en Gaza está más que de rodillas, todas las líneas de vida han sido cortadas, especialmente el agua y la electricidad", ha dicho.

El jueves, más de 100 palestinos perdieron la vida y cientos resultaron heridos al intentar acceder a un convoy de ayuda que se había detenido en una rotonda al suroeste de la ciudad de Gaza. El Secretario General de la ONU, António Guterres, condenó el incidente y pidió una investigación independiente, apoyado por otros altos funcionarios de la ONU, como el jefe de ayuda, Martin Griffiths.

El portavoz de la oficina de coordinación de la ayuda de la ONU (OCHA), Jens Laerke, ha recordado que antes del conflicto, la gente en Gaza tenía comida y podía producir sus propios alimentos. "Ahora, es casi imposible encontrar alimentos en Gaza, ya sea por la agricultura o la pesca. La gente no puede poner comida en la mesa. Se está arrancando la base misma del sustento diario de la gente", ha lamentado.

En este sentido, las últimas evaluaciones de la inseguridad alimentaria humanitaria -el índice de clasificación IPC que utilizan las agencias de ayuda como referencia- indican que toda la población de Gaza (2,2 millones de personas) se enfrenta a niveles de "crisis" de inseguridad alimentaria, según el portavoz de la OCHA. De esa cifra, alrededor de 1,17 millones enfrentan niveles de "emergencia" de inseguridad alimentaria, y la difícil situación de otros 500.000 es "catastrófica".

"Tenemos una situación terrible que se nos acerca a muy alta velocidad", ha denunciado Laerke, y sus comentarios se han hecho eco de una reciente advertencia de los humanitarios de la ONU al Consejo de Seguridad de que la hambruna en el enclave es "casi inevitable" a menos que la ayuda se incremente masivamente.

Borrell ve injustificables los disparos israelíes contra civiles palestinos durante el reparto de ayuda

Por otra parte, el máximo responsable diplomático de la Unión Europea, Josep Borrell, ha tachado este sábado de "injustificables" los disparos efectuados por fuerzas israelíes" contra una multitud de civiles palestinos durante un desastroso reparto de ayuda humanitaria en el norte de Gaza el pasado jueves, "muchos de ellos víctimas de los disparos del Ejército israelí" en la "consiguiente estampida" humana para alcanzar los productos.

"El hecho de que militares israelíes abrieran fuego contra civiles que intentaban conseguir comida es algo injustificable", ha denunciado Borrell en un comunicado publicado este sábado, en el que solicita "una investigación imparcial de este trágico evento para obtener una imagen nítida de lo sucedido".

De momento, el Ejército israelí ha confirmado que sus fuerzas sí abrieron fuego contra la multitud en una maniobra de autodefensa que, de acuerdo con los militares, solo causó diez víctimas directas. El resto, esgrime Israel, fue debido al caos reinante.

Borrell ha asegurado que la responsabilidad de este incidente recae tanto "en las restricciones impuestas por el Ejército israelí" como en "las obstrucciones de los violentos extremistas al suministro de ayuda humanitaria", en referencia esta última a las milicias palestinas.

En cualquier caso, para Borrell, lo ocurrido el jueves es un "incidente muy grave" que no hace más que poner de manifiesto que "las restricciones en la entrada de ayuda humanitaria contribuyen a crear escasez, hambre y enfermedades, pero también un nivel de desesperación" tan grande que "acaba traduciéndose en violencia".

Tras recordar que la UE ha condenado sin paliativos los ataques de Hamás contra Israel del 7 de octubre que desencadenaron el conflicto actual, el diplomático también ha apuntado que esta postura compatible con la necesidad de que Israel "preserve un mínimo de orden y seguridad para preservar un espacio humanitario en Gaza".

Así pues, Borrell ha condenado las restricciones israelíes a las entradas de ayuda y ha pedido al Gobierno israelí que "coopere plenamente con las agencias de la ONU y otros actores humanitarios implicados en estas operaciones" a través de la retirada de los obstáculos en el paso de Kerem Shalom, y la apertura de los accesos a través de Karni y Erez, así como del puerto de Ashdod pàra facilitar un corredor humanitario directo con Jordania.

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