La invasión israelí de la Franja de Gaza ya deja más de 30.100 palestinos sin vida. De ellos, el 42%, 13.230, casi la mitad, eran menores de edad, incluyendo bebés de pocos meses y años de vida. El otro 58% se reparte a partes iguales entre hombres y mujeres (8.435 y 8.800, respectivamente), de acuerdo con datos del Ministerio de Sanidad de Gaza. En este recuento, la autoridad no hace diferenciación entre víctimas civiles y combatientes milicianos, pero que el porcentaje de niños y mujeres sea tan alto (más de un 70%) da a entender que la mayor parte de los muertos no eran milicianos.

"En poco más de cuatro meses, en Gaza han muerto más niños, más periodistas, más personal médico y más empleados de la ONU que en cualquier otro lugar del mundo durante un conflicto", ha denunciado en una misiva el comisionado general de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini. Desde esta agencia humanitaria se lleva avisando reiteradamente del nivel de violencia que está alcanzando este conflicto.

Los niños, el grupo más afectado

El Ministerio de Sanidad gazatí también desglosa los muertos en diferentes grupos de edad, y los más afectados son, precisamente, los niños más pequeños. Del total de 30.000 fallecidos, los niños de 0 a 9 años suponen un 22,3%, seguidos de los niños y adolescentes de 10 a 19, un 19,1%. En tercer lugar, el grupo más afectado son los adultos jóvenes, de 20 a 29 años, seguidos de los adultos de 30 a 39 años (16,3% y 8,1%, respectivamente). Les siguen las personas de 40 a 49 años y de 50 a 59, con un 10,4% entre ambas franjas. El 6,6% restante corresponde a personas mayores de 60 años. Como puede apreciarse por el conteo, el número de muertos es directamente proporcional a la juventud de las víctimas, parcialmente porque la mayoría de la población gazatí está constituida por personas jóvenes.

En cuanto a los combatientes, el Ejército israelí no ha proporcionado una cifra de los combatientes fallecidos por sus ataques, pero calcula haber matado a "más de 10.000 terroristas". En cuanto a las bajas en las filas israelíes, fuentes del Gobierno sionista las cifran en 230. Por su parte, Hamás tampoco ha desvelado cuántos de sus activos han perdido la vida en los combates, pero un dirigente del grupo comunicó a Reuters que estimaban unas 6.000 bajas en los primeros cuatro meses de guerra.

Contar muertos no es tarea fácil

A su vez, cabe tener en cuenta una de las realidades de la cuenta de fallecidos: no están todos. A los más de 30.100 muertos hay que sumar los desaparecidos, los que todavía se encuentran debajo de las toneladas de escombros y aquellos que jamás llegaron a las infraestructuras de un hospital o centro médico para ser contabilizados.

La actual ofensiva israelí es la más sangrienta que ha puesto en marcha contra Gaza en las últimas dos décadas. 2014 fue el año en el que se produjo la última incursión israelí a gran escala, duró 50 días y dejó 2.251 palestinos asesinados, 1.462 de ellos civiles y dentro de ese grupo, 551 niños, de acuerdo con datos de la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU. Sin embargo, estas cifras sólo reflejan las muertes que se pudieron corroborar, y obvian los desaparecidos.

Hacer comparaciones en casos como este, teniendo en cuenta la particularidad de cada conflicto y de que se trata de vidas humanas, no es plato de buen gusto, pero para hacerse una idea de lo que suponen más de 30.000 muertos en cinco meses, la guerra de Ucrania ha dejado, en sus más de dos años de curso, 10.378 civiles fallecidos, según la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Marzo de 2022 fue el mes más letal en este conflicto, con 4.420 muertos. Del mismo modo que en el conflicto palestino, esta cifra se basa en datos corroborables, y no incluye ni las zonas controladas por el Ejército ruso, ni los desaparecidos. Con todo el respeto a todas las víctimas, sorprende la diferencia numérica entre ambos conflictos, teniendo en cuenta la diferencia en sus duraciones.

"Cuando el conflicto es de baja intensidad y hay medios de comunicación que pueden operar con relativa libertad, con hospitales, morgues y sistemas de registro oficiales en funcionamiento, cabe esperar que la mayor parte de las muertes sean comunicadas a la prensa y publicadas", contaba Hamit Dardagan, uno de los fundadores de Iraq Body Count, en una entrevista con 'elDiario.es'. "Pero cuando el conflicto se recrudece, los sistemas de monitoreo e información se degradan. Además, las partes pueden suprimir o distorsionar las cifras", añadía.

La última ocasión en la que el Ministerio de Sanidad palestino publicó una lista de víctimas más detallada, con nombres y otros datos de los fallecidos, fue a finales de octubre, con la nueva fase del conflicto recién comenzada, con el objetivo de lanzar un mensaje al presidente estadounidense, Joe Biden, quien puso en duda la veracidad de las cifras aportadas por las autoridades de la Franja. "No hay pruebas de que los palestinos estén diciendo la verdad sobre cuántas personas mueren", aseguró Biden, quien durante los primeros compases de guerra no se mostró preocupado por las muertes de civiles palestinos, sino que fue más tarde cuando empezó a hacerlo.

Los planes de Netanyahu no contemplan el Estado palestino

La pasada semana, el primer ministro israelí reveló cuáles eran sus planes de futuro una vez decidiese poner fin al conflicto en Gaza. Su plan, que responde al nombre de El día después de Hamás, pretende mantener el control absoluto sobre la Franja, estrechar la ocupación de Cisjordania y, en definitiva, disponer de un derecho de veto sobre la constitución de un futuro Estado palestino.

Netanyahu, que no tiene la reconstrucción de Gaza entre sus planes, también manifestó que la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), cuya labor es estrictamente humanitaria y es el principal (y casi único) soporte de los 2,3 millones de palestinos refugiados en el territorio gazatí, supone un escollo para sus planes de futuro, y aseguró que su intención no es otra que cerrarla. Como era de esperar, este punto recibió el completo rechazo de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

En plan israelí se divide en tres fases a corto, medio y largo plazo, y fue trasladado al gabinete de guerra para su aplicación. El actual marco bélico, con el conflicto en una nueva fase desde el pasado 7 de octubre, le sirve al líder del Likud como paraguas para atarlo todo: política territorial, instituciones, armamento, control fronterizo, comercio, reestructuración de las infraestructuras y relaciones exteriores. En esencia, un megalómano plan para borrar cualquier posibilidad de existencia de un Estado palestino, y un agresivo empuje para su consiguiente sustitución por un territorio colonial israelí.

Enfrente, ya son más de 30.000 los palestinos que han muerto desde el 7 de octubre, a los que se suman otros 70.000 que han resultado heridos y otros 2 millones de desplazados, casi el 90% de la población gazatí.

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