El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se ha atrevido finalmente a revelar cuáles son sus planes de futuro una vez decida poner fin al conflicto en Gaza. A través de un plan presentado el pasado jueves por la noche, que responde al nombre de El día después de Hamás, el Gobierno israelí pretende mantener el control absoluto sobre la Franja, estrechar la ocupación de Cisjordania y, en definitiva, disponer de un derecho de veto sobre la constitución de un futuro Estado palestino.

Netanyahu, que no tiene la reconstrucción de Gaza entre sus planes, también ha dejado claro que la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), cuya labor es estrictamente humanitaria y es el principal (y casi único) soporte de los 2,3 millones de palestinos refugiados en el territorio gazatí, es un escollo para sus planes de futuro, y ha asegurado que su intención es cerrarla. Como era de esperar, este proyecto ha sido rechazado por la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

En plan israelí se divide en tres fases a corto, medio y largo plazo, y ha sido trasladado al gabinete de guerra para su aplicación. El actual marco bélico, con el conflicto en una nueva fase desde el pasado 7 de octubre, le sirve al líder del Likud como paraguas para atarlo todo: política territorial, instituciones, armamento, control fronterizo, comercio, reestructuración de las infraestructuras y relaciones exteriores. En esencia, un megalómano plan para borrar cualquier posibilidad de existencia de un Estado palestino, y un agresivo empuje para su consiguiente sustitución por un territorio colonial israelí.

El medio plazo es el punto más importante del documento presentado por Netanyahu. Es en este ámbito cuando prevé abordar aspectos como la seguridad y la vida civil, previendo que Israel mantendrá "libertad de acción ilimitada en toda la franja de Gaza sin límite de tiempo con el objetivo de frenar el reflorecimiento del “terrorismo". Otra de las medidas coordinadas en esta fase es el cierre de la frontera sur con Egipto, para establecer un control total sobre las mercancías y el flujo migratorio. Tel Aviv espera contar con la colaboración de Egipto y Estados Unidos, como hasta ahora, aunque las recientes reticencias entre Netanyahu y Washington podrían complicar ligeramente sus relaciones.

Nuevas hostilidades al sur de la Franja

En el marco de este nuevo plan de avance, el Ejército israelí continúa con sus hostilidades en territorio palestino. Por su parte, el Ejército de Israel ha confirmado que un militar ha muerto en combates registrados durante las últimas horas en el sur de la Franja de Gaza, lo que eleva a 239 el número de soldados fallecidos en el marco de la ofensiva terrestre en el enclave palestino. Enfrente, casi 30.000 palestinos han perdido la vida desde el 7 de octubre, otros 70.000 han resultado heridos y el número de desplazados supera los 2 millones, casi el 90% de la población gazatí.

En cuanto al contexto interno en Israel, el ex primer ministro y actual líder de la oposición, Yair Lapid, se ha pronunciado en contra de las fuerzas de seguridad del ente sionista después de que varios agentes cargaran de forma violenta contra los manifestantes que se han congregado este sábado en Tel Aviv para pedir la liberación de rehenes, la dimisión del primer ministro Benjamin Netanyahu y la convocatoria de elecciones anticipadas.

"La violencia policial de esta tarde contra los manifestantes, entre ellos las familias de los rehenes, es peligrosa, antidemocrática y no puede continuar", ha expresado Lapid en una publicación en su cuenta en la red social X, antes Twitter. El líder opositor israelí ha reivindicado en el mismo mensaje que "el derecho a protestar es un derecho fundamental" y ha defendido que "no se lo pueden arrebatar a los manifestantes con porras y cañones de agua".

Fue este sábado cuando miles de manifestantes se concentraron ante el cuartel militar de Kirya, en Tel Aviv, y tras guardar un minuto de silencio por los más de 500 militares israelíes muertos desde el 7 de octubre, han vuelto a protestar contra el Gobierno de Netanyahu y contra la guerra, así como contra la ley que exime a los estudiantes ultraortodoxos del servicio militar, aunque con cifras de asistencia lejanas a las de las protestas contra la reforma judicial de Netanyahu previas a la reactivación del conflicto armado.

Un acto en el que participó, entre otros, el exministro de Defensa Moshe Yaalon, quien reprochó al primer ministro su responsabilidad por el ataque del pasado 7 de octubre. "La responsabilidad de los jefes de la Defensa es clara, así que dejémosles luchar con paz mental, pero usted, Netanyahu, usted está al cargo, así que usted es culpable", sentenció.

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