Corren tiempos raros para la extrema derecha. Las últimas escenas protagonizadas por personalidades afines a Vox y su caída en la intención de voto han agitado el panorama en Bambú, además de la visión, desde ciertos círculos intelectuales, de que el partido está haciendo más daño a la derecha de lo que la está beneficiando, por "descentralizar el voto y obligar a los 'populares' a pactar con su hermano más radical", con las correspondientes críticas y desgaste que ello conlleva. Estas muescas están situando a los de Abascal en uno de sus momentos más complicados desde su fundación.

Siempre ha existido la teoría, aún por demostrar, que la extrema derecha se fortalece en breves periodos de tiempo, pero que después pierde fuelle y su esperanza de vida no es muy extensa. Dada la situación expuesta, conviene recordar otro momento de dificultades para ellos que tuvo lugar hace ya más de diez años, cuando Vox aún no era Vox y se sembró la primera semilla de su nacimiento.

19 de septiembre de 2013. Intereconomía cierra sus puertas y celebra una fiesta de despedida en el restaurante La Favorita de Madrid, a la que acuden numerosas personalidades del entorno de la extrema derecha española. Uno de los periodistas insignia de la cadena, Gonzalo Altozano, da un discurso en el que son mencionados algunos de los asistentes. Personas que, tarde o temprano, tendrán cierto peso en el panorama mediático y político nacional.

El primer nombre al que Altozano hace referencia es el de Eduardo García Serrano, excolaborador de El gato al agua y exdirector del diario La Gaceta, perteneciente al propio grupo Intereconomía. Reconocido por sí mismo como falangista, García Serrano ha protagonizado numerosas polémicas a lo largo de los años: llamar “guarra”, “puerca” y “zorra” a la exconsejera de Sanidad de la Generalitat de Cataluña, Marina Geli, o tildar de “maricona vieja” al escritor Antonio Gala son algunas de ellas.

El segundo nombre es el del escritor Fernando Paz, quien fuera colaborador habitual de Intereconomía y candidato por Vox a la alcaldía de Albacete. Actualmente codirige 7NN y al igual que García Serrano, también ocupó sendos titulares por declaraciones homófobas: "Una pareja gay con un niño no es una familia natural", aseguró en su momento en una entrevista. El escritor también llegó a negar el holocausto nazi y a afirmar que "la España de Franco no era un régimen totalitario en absoluto".

Altozano continúa su speech agradeciendo la “presencia de autoridades públicas”, entre las que se encuentra José Luis Reguero, un magistrado de la Audiencia Nacional, Jesús Gómez, alcalde de Leganés (PP), e Ignacio Peiró, historiador al que el propio Altozano denomina como “uno de los hombres del presidente del Gobierno” (Mariano Rajoy).

Vox antes de ser Vox: la primera semilla ultra

Continuando la lista de nombres aparece el de Kiko Méndez-Monasterio, un periodista y escritor que fue director de La Gaceta entre 2015 y 2017 y que, además de ser una de las manos derechas de Santiago Abascal y de Vox, estuvo afiliado entre 1995 y 2005 a la Alianza por la Unidad Nacional, una federación de organizaciones neofascistas cuyo programa fue definido por diversos analistas como “contrario a la democracia, ultranacionalista y xenófobo”.

A su vez, a los comadreos con el neonazismo hay que sumar irregularidades empresariales. El siguiente nombre de la lista es el de Julio Ariza, un empresario y exdiputado autonómico del PP para el que la Fiscalía de Madrid solicitó la inhabilitación de administrar cualquier empresa, como consecuencia de la declaración de culpable del concurso de acreedores de la mercantil Intereconomía Corporación S.A., de la que era administrador único. Según pudo informar EPE, el Ministerio Público le atribuía un retraso a la hora de reconocer la situación patrimonial de la empresa, lo que agravó su insolvencia hasta superar los 11 millones de euros y que contribuyó a la quiebra del grupo mediático.

Es ahora cuando la lista se pone más interesante. Altozano prosigue con su discurso mencionando el “brindis” de dos personas clave en el nacimiento de Vox y en su futuro: Enrique Cabanas y Javier Ortega Smith, a los que denomina como “los nuevos hombres de choque”. De Ortega Smith ya son ampliamente conocidos sus orígenes e intervenciones, pero Enrique Cabanas siempre ha destacado por estar a la sombra de la organización. Cabañas es, junto con el propio Ortega Smith y con Santiago Abascal, la tríada que fundó el partido y el que se encarga de resolver los problemas internos. El Mundo le asignó el calificativo de “hombre orquesta” en 2019.

Los nombres de Santiago Abascal y de Iván Espinosa de los Monteros también aparecen en el discurso. Al segundo, Altozano lo denomina como “defensor del libre mercado”, mientras que de Abascal, por aquel entonces aún en las filas del PP, asegura que será “el próximo lehendakari del País Vasco”.

Algunos de estos nombres eran, por aquel entonces, completos desconocidos, y hoy son la punta de lanza de los sectores más reaccionarios de la sociedad española.

Esta fiesta puede considerarse uno de los puntos de inflexión de la movilización de la extrema derecha política y mediática en España. Homofobia, comadreos con representantes de grupos neonazis y visiones contrarias a la democracia marcaron el ambiente de uno de los actos en los que Vox comenzó a gestarse, y supusieron el caldo de cultivo perfecto para lo que estaba por venir en la próxima década.