Las encuestas y Vox son dos elementos difíciles de reconciliar. La relación de la ultraderecha con la demoscopia recorre un sendero tortuoso y repleto de obstáculos. Han pasado de celebrar un posible sorpasso al Partido Popular a sostener que “mienten”. Algo parecido le pasó al eurodiputado y vicepresidente de la formación, Jorge Buxadé, que escribió un tuit denunciando la supuesta engañifa de los sondeos que le situaban en 16 escaños. “Luego vendrá el llanto y el rechinar de dientes”, pronosticó.

Buxadé, envalentonado por las altas expectativas generadas en torno a la persona de Macarena Olona, publicó una captura de pantalla de una encuesta de Sigma Dos para Antena 3 de la que se hacían eco en Canal Sur. El sondeo otorgaba a los conservadores entre 48 y 59 parlamentarios, por unos escasos 16 de la formación ultraderechista.

Los pronósticos de la encuesta no cayeron bien en la ultraderecha y Buxadé aprovechó para reírse de la misma y desacreditarla. “Dieciséis. Apunten. Nos dan dieciséis. Luego vendrá el llanto y el rechinar de dientes”, escribió en Twitter el pasado 9 de junio el eurodiputado y vicepresidente de la fuerza de extrema derecha.

Sin embargo, las carcajadas se diluyeron entre la cruda realidad para ellos. Las elecciones en Andalucía han dibujado un escenario que nadie en Vox esperaba, al menos a priori. Las expectativas en la formación de Santiago Abascal estaban por las nubes, asumiendo que serían la fuerza que más crecería en las urnas y que, incluso, podrían dar caza al PSOE de Juan Espadas. Sin embargo, la realidad es bien distinta.

Los resultados, ajenas a esas primeras encuestas que sí celebraban en Vox, han situado a la candidatura de Macarena Olona con unos insuficientes 14 asientos en el Parlamento de Andalucía. La situación, en clave ultraderechista, es más dramática todavía, pues el Partido Popular obtuvo una mayoría absoluta que hace inocua la tímida crecida de los de Santiago Abascal.

Tras el recuento final, el tuit regresó a Buxadé como un bumerán, propinándole un golpe de realidad. Las redes han rescatado su fanfarronada, mofándose de la capacidad del eurodiputado ultraderechista como “visionario”. “Llora, Jorge, llora”, escribía otro usuario.