Juan Manuel Moreno Bonilla gobernará la Junta de Andalucía con mayoría absoluta. El PP no necesitará a Vox tras reunificar el voto de la derecha en unas elecciones que pueden suponer un antes y un después en la conformación del bloque para las próximas citas electorales. La transversalidad del candidato popular, sumada a la inoperancia de la izquierda y una campaña diseñada desde Madrid, con marca España y sin pisar el terreno de Macarena Olona, ha provocado la tormenta perfecta para que Moreno Bonilla haya pisado el acelerador con un mensaje de tranquilidad, sin aspavientos, escondiendo las siglas del PP y trasladando una imagen personalista y continuista que le ha valido para conseguir 58 escaños este domingo 19 de junio.

Las sensaciones en los cuarteles generales del PP en Sevilla y Madrid son triunfales: en Andalucía ya se habla de su presidente como el barón de barones del PP, mientras que en la planta siete de Génova tienen claro que la celebración dará paso a una campaña de acoso y derribo contra Pedro Sánchez bajo el mensaje de que las últimas citas con las urnas demuestran que los españoles le han dado la espalda al socialismo. Madrid, Castilla y León y Andalucía. Un “hat trick” muy pretendido por Casado, tal y como él mismo reconoció, y que finalmente ha sido consumado por un Alberto Núñez Feijóo que aprecia en las victorias autonómicas el rebufo necesario para encarar la carrera hacia La Moncloa en 2023.

Las lecturas que hace el PP van en dos direcciones. La principal es que han conseguido ganar al PSOE de forma holgada en su gran feudo, en la tierra que monopolizaron los del puño y la rosa durante décadas. La otra, no menos importante para el futuro de los populares, es que estas elecciones suponen el fin de una situación que pasaba factura internamente. La división de la derecha, al menos en Andalucía, ha acabado: Ciudadanos ha sido completamente absorbido, el proceso de OPA ha concluido y el PP vuelve a situarse como casa común del centroderecha; además, Vox puede ser superado desde la moderación, desde un tono más parecido al de Feijóo y alejado del histrionismo de Isabel Díaz Ayuso en Madrid, que, hasta el momento, era la única dirigente que muchos vaticinaban como capaz de frenar el auge constante del nacional-populismo español.

La primera en salir a valorar los resultados ha sido Cuca Gamarra, secretaria general del PP: “Queremos dar las gracias. Hoy toda España estaba mirando a Andalucía y hoy Andalucía ha estado a la altura de toda España. Queremos felicitar, además, a todos los andaluces. Han elegido al mejor presidente que pueden tener”, ha manifestado la dirigente.

El último en comparecer ha sido el protagonista de la cita. Juanma Moreno Bonilla, visiblemente orgulloso y tras pedir cautela y vivir el escrutinio hasta el momento final rodeado de los suyos, se ha dado un baño de masas frente a la sede del partido en Sevilla: “Es un sueño hecho realidad. Los andaluces son maravillosos por darme esta confianza. Gracias a mis jefes, que son los 8 millones y medio de habitantes que hay en Andalucía. No todo el mundo creía en este sueño, pero yo siempre he pensado que podíamos hacerlo. Hemos perdido muchas elecciones y siempre hemos aceptado el resultado. Ahora os pido, en esta contundente victoria, que también seamos serenos y humildes a la hora de ganar. Es nuestra forma de entender la política y la vida”, ha arrancado.

“Estoy profundamente orgulloso y satisfecho por conseguir este objetivo porque Andalucía va a tener cuatro años de prosperidad, de seguir adelante con moderación y serenidad. Hoy es un día especial porque gracias a todos hemos hecho historia en Andalucía. 58 escaños en nuestro proyecto político”, ha proseguido. Para finalizar, el presidente andaluz ha querido acordarse de los que no están, y, con lágrimas entrecortadas, especialmente cuando ha recordado a su padre, ha dedicado la victoria a los que no están: “Es el momento de disfrutar, pero quiero acordarme de muchas personas que soñaron con ver una noche como esta. Muchos andaluces como mi padre y muchos otros que soñaron con construir una Andalucía distinta… por todos ellos, que soñaron y no lo vieron. Gracias por construir historia”.

Noche negra para PSOE y Vox

En 2018 ya se vivió el preludio de un cambio de paradigma. El poder había desgastado y, entonces, pese a ganar las elecciones, fueron muchos los que exigieron que se tomasen medidas de urgencia para paliar una crisis que se ha consumado cuatro años después. En 2022, con cambio de liderazgo y una campaña con presencia absoluta de la primera línea del Gobierno, las sensaciones son catastróficas tras cosechar el peor resultado de la historia del socialismo andaluz -30 escaños-.

Los datos no son extrapolables a nivel nacional”, insisten desde Ferraz. No habrá adelanto electoral en las generales, tal y como ha repetido hasta la saciedad el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y están seguros de que en la batalla por La Moncloa las cosas serán muy distintas.

"Los andaluces han hablado. Absoluto respeto y mi felicitación al señor Moreno. Somos un partido profundamente democrático y respetamos el resultado de las urnas. Toca ser coherentes y trabajar por nuestra tierra. Esta oposición controlará de forma útil al Ejecutivo. Nos pusimos un objetivo, que no era otro que el de la movilización. No se ha producido y la izquierda sufre", ha manifestado, por su parte, Juan Espadas.

El candidato, que ha prometido una oposición firme, ha explicado que ha tenido poco tiempo y ha culpado al presidente andaluz de utilizar todos los mecanismos posibles para desigualar la contienda: "Con el dato de participación tan bajo, era evidente que era muy difícil conseguir el objetivo. Nos hemos enfrentado, también es verdad, a una campaña desigual. Hemos tenido solo siete meses para conformar un proyecto político de alternativa a Moreno Bonilla, que no ha dudado en utilizar toda la propaganda posible durante estos años para conformar un relato que no se corresponde con la Andalucía real. Desde mañana soy jefe de la oposición y ahí me encontrarán los próximos cuatro años. Volveremos a ser partido de Gobierno", ha sentenciado el socialista.

Tampoco en Vox es una noche para la festividad. El ‘efecto Olona’ ha quedado reducido a la nada, pese a conseguir dos escaños más que en 2018 (14 parlamentarios): con Moreno Bonilla consiguiendo mayoría absoluta, el resultado, pragmáticamente, es peor que el de 2018. Entonces derribaron la puerta del ostracismo y este domingo han quedado relegados a él. No tendrán las llaves de la gobernabilidad y el suflé, a expensas de las corrientes electorales, puede estar dando síntomas de agotamiento.

"Hoy empiezo una andadura para sacar a Andalucía del pozo. No hay mayor dignidad que permanecer en pie cuando has tenido que luchar por tus ideales. Vox cumple y yo cumplo. Yo os prometí que desde que Santiago Abascal me nombró líder de la candidatura andaluza, en eso iba a trabajar. Y eso haré. Te voy a querer, Andalucía, trabajando duramente con las manos limpias y arremangados. Vamos a trabajar cada día para que las próximas elecciones en Andalucía el cambio real sea liderado por Vox. Gracias por haberme acogido: vengo a mi tierra para quedarme", ha prometido Macarena Olona, que se ha presentado como "la voz de la ley y el orden, de los que se sienten desahuciados por las instituciones". Lo ha hecho envuelta en banderas de España, entre aguerridos gritos de sus correligionarios y rodeado de Santiago Abascal, Jorge Buxadé, Rocío Monasterio e Iván Espinosa de los Monteros.

Cs, fuera; la izquierda, fragmentada

Tampoco serán decisivos, aunque tampoco se esperaba, Ciudadanos, Por Andalucía ni Adelante Andalucía. Tanto los encabezados por el dimitido Marín, que pasa de la vicepresidencia a no conseguir ni salvar su escaño, como la fragmentada izquierda andaluza han reconocido un mal resultado este 19-J que deberá provocar cambios de estrategia en el futuro.

Tras el enésimo hundimiento de los naranjas, el candidato de Cs a la Junta de Andalucía, Juan Marín, ha anunciado que este lunes por la mañana presentará su dimisión. "Creo que es mi responsabilidad", ha señalado este en rueda de prensa, apelando a "entrar con dignidad y marcharse con dignidad" de la política.

Sin embargo, pese al batacazo electoral, Marín ha celebrado que Vox se haya quedado fuera de la Junta. "Era uno de los objetivos [...] Felicito a Moreno Bonilla por este resultado", ha sentenciado el dirigente naranja.

Es algo que también ha hecho Teresa Rodríguez, líder de Adelante Andalucía (2 diputados): “Teníamos dos objetivos en estas elecciones: frenar a la extrema derecha y hacer nacer un movimiento andalucista del siglo XXI. Con la satisfacción de saber que Andalucía tiene la dignidad suficiente para no tragarse a Olona, a una candidata que solo tenía conexión con Andalucía gracias al argumentario que le pasaban por la mañana. Es la primera vez que Vox tiene peores resultados que las encuestas. Un macarenazo en la frente es lo que se han pegado. Encender la luz es disipar a los monstruos”.

Menos triunfalista, y más reflexiva, ha estado Inma Nieto, candidata de la confluencia de izquierdas (5 diputados): “Lamentamos mucho la mayoría absoluta del PP. No trae nada bueno para Andalucía ni para nuestro pueblo. En nuestra opinión, el adelanto no ha favorecido la participación, algo que era clave para el bloque progresista. Que no lo hiciese también tiene mucho que ver con una profusión de encuestas y una propaganda que hizo anidar en la población la idea de que era imposible que Moreno Bonilla no ganase”, ha lamentado. “Sin embargo, si nos fijamos, sumando nuestro resultado y el de Adelante tenemos un resultado parecido al de Vox. Sin embargo, nos doblan en escaños”, ha sentenciado, dejando así un mensaje con destino a toda la izquierda. Sin unidad, es mucho más difícil.