Pedro Sánchez se someterá a una sesión de investidura. Después del sonado fracaso de Alberto Núñez Feijóo, el rey Felipe VI ha propuesto este martes al secretario general del PSOE como candidato a la investidura tras la segunda ronda de contactos que ha mantenido el monarca con los partidos políticos con representación parlamentaria.
Tras el anuncio oficial -que ha corrido a cargo de la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol-, el propio Sánchez ha comparecido en rueda de prensa para explicar cuáles serán los siguientes pasos en su hoja de ruta. Con la fecha de la investidura todavía en al aire, aunque fuentes consultadas por ElPlural.com apuntan a la segunda semana de noviembre, el presidente del Gobierno en funciones ha explicado que empezará la ronda de contactos este mismo miércoles: “No hay tiempo que perder”.
En este sentido, ha adelantado que la primera reunión, que tendrá lugar en la Cámara Baja, será con la líder de Sumar y vicepresidenta del Gobierno en funciones, Yolanda Díaz. “Aspiramos a revalidad la coalición”, ha subrayado Sánchez.
Sin embargo, Sánchez no ha tardado en marcar sus primeras líneas rojas en estas negociaciones: “Nuestro propósito es seguir avanzando, evitar retrocesos y estuvimos muy cerca el pasado 23J. Este es el objetivo del PSOE y, para ello, vamos a iniciar la ronda de contactos a excepción de la ultraderecha”.
Asimismo, el dirigente socialista ha confirmado que sí que tiene previsto reunirse con Feijóo, pese a los constantes exabruptos que ha recibido en los últimos meses por parte de la bancada popular. “Nos vamos a dirigir al PP, no para reclamar su apoyo, lo cual me parece fuera de lugar, tampoco para lo que han hecho ellos, apelar a la peor de las corrupciones: el transfuguismo. Pero sí para proponer algo de sentido común: que cumplan con las leyes, con la Constitución, que desbloqueen el CGPJ que lleva cinco años bloqueado”, ha matizado. "Me gustaría proponer desterrar el insulto y la descalificación del debate político. Podemos tener posiciones opuestas sin tener que mermar el respeto”, ha añadido.
No obstante, los reproches de Sánchez a PP y Vox no han quedado ahí, ya que el dirigente socialista también ha cargado contra “la derecha” por el falso alarmismo que llevan vendiendo estos: "Pido a la derecha que actualice el discurso político, porque llevan 40 años diciendo que, cuando el PSOE gobierna, España se rompe, pero estamos haciendo todo lo contrario".
Sánchez ofrece "generosidad" en Cataluña
Por otra parte, el presidente del Gobierno ha evitado hacer una alusión directa a la amnistía para que el expresidente catalán Carles Puigdemont apoye su investidura, aunque sí ha defendido la necesidad de "generosidad" y hacer política en Cataluña, al tiempo que ha recalcado su rechazo a un referéndum de autodeterminación como reclaman los independentistas catalanes.
"Hacer política implica generosidad, implica compromiso con tu país y implica lógicamente liderazgo", ha sostenido Sánchez en rueda de prensa tras recibir el encargo del rey Felipe VI de intentar formar gobierno, evitando en todo momento pronunciar la palabra amnistía.
Respecto a la exigencia de ERC y Junts de que también se incluya un referéndum de autodeterminación en el marco del pacto para respaldar la investidura del líder socialista, Sánchez ha manifestado su rechazo "no solo por compromiso y exigencia constitucional sino por una convicción política".
Así, ha ahondado en su rechazo a la celebración de un referéndum de independencia, al señalar que se ha manifestado en contra y además las decisiones que ha tomado, también van en esa dirección. "Es contrario a mi palabra y a mi acción", ha expresado. Asimismo, ha señalado que de esa posición no se van a mover.
A su juicio, los catalanes quieren "pasar página de esta situación" y generar un reencuentro entre instituciones y ciudadanos de Cataluña y del conjunto de España. Además, considera que los ciudadanos quieren vivir en un país "cohesionado" y no "fragmentado".
En todo caso, Sánchez considera que el resultado de las elecciones del 23 de julio refleja que no se puede aspirar a gobernar el país si no se reconoce la "diversidad territorial", una condición que, a su juicio, la derecha política y mediática nunca ha aceptado.
Aunque no ha pronunciado la palabra amnistía, ha calificado la situación en Cataluña como "un conflicto" que se tiene que resolver en el terreno de la política y no "en otros ámbitos", en la misma línea de sus anteriores críticas a la vía judicial del procès.
En este sentido ha señalado que "no hay nadie que se pueda sentir orgulloso" de lo sucedido durante el procés pues fue una crisis que no trajo nada bueno. "Yo no me siento orgulloso y no era presidente sino líder de la oposición", ha señalado, pero que desde entonces ha tratado de provocar un reencuentro entre catalanes.