Jornada tensa en el Congreso de los Diputados. El Pleno se reanudaba este miércoles con la sesión de control, que arrancaba con el tradicional careo entre el presidente del Gobierno y el líder de la oposición. Esta vez con el aliciente de la fractura entre Yolanda Díaz y María Jesús Montero por la tributación del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Por ahí intentó percutir el presidente del Partido Popular, ensanchando la brecha entre los socios de la coalición y estrellando paladas de corrupción sobre la fachada de Moncloa, un clásico de su estrategia retórica que Pedro Sánchez ha neutralizado, primero, al comparar su tarea de oposición con la “criptomoneda de Javier Milei” y, en segundo lugar, con un recordatorio indirecto a un “ático en Chamberí y un chalet con acceso privativo al mar en Moaña”. Clara alusión a la vivienda de la pareja de Isabel Díaz Ayuso y a la “mansión ilegal” de Eva Cárdenas, mujer del expresidente de la Xunta.
Otra sesión de control en la que el líder del Partido Popular se salta a la torera la pregunta registrada. Así se lo ha reprochado Pedro Sánchez en su turno de réplica. Feijóo hizo caso omiso en ocasiones anteriores y esta no sería menos. El jefe del principal partido de la oposición abrió el Pleno con un recordatorio al “guía espiritual” del presidente del Gobierno, uno de sus antecesores en el cargo, José Luis Rodríguez Zapatero, quien sugirió que todo presidente se debe al Parlamento. A colación de esta frase grandilocuente, el gallego coló la pregunta, que a la postre redirigió hacia la brecha abierta entre Montero y Díaz: “¿Sabía su vicepresidenta segunda que los perceptores del SMI iban a tributar el IRPF o minitió?”.
La pregunta quedó sin respuesta directa, limitándose a un nuevo reproche por alterar la que ya figuraba en el orden del día. El presidente se limitó a saciar la curiosidad original de Feijóo, que quería saber si el Gobierno estaba preocupado por “la calidad de vida” de la ciudadanía". Para este interrogante, Sánchez articuló una réplica basada en los datos económicos para poner blanco sobre negro con la administración de Mariano Rajoy. “Los números en estos casos no engañan”, ironizaba el jefe del Ejecutivo.
Aun con todo, Sánchez abundó en la actitud que encarna el jefe de la oposición en cada Pleno, que sacó lustre a un bulo que ya le desmintió recientemente un asesor de Moncloa, como el de las “97 subidas de impuestos” desde que aterrizó en el Ejecutivo. Argumento introductorio para echarle en cara la subida tributaria al SMI que ha dividido al Gobierno y amenaza con expandirse a los cuadros socialistas. No entró en el cuerpo a cuerpo en este sentido, pero resolvió la cuestión con una alusión a la caja B del Partido Popular. “Los sobresueldos sí que no pagaban el IRPF”, remató.
“España no merece su oposición”
Feijóo mordió el anzuelo y elevó el tono del debate hacia la proyección del Gobierno de Sánchez como el “más caro” de la historia de la democracia. En esta línea, el jefe de la oposición le echaba en cara haber moldeado un país “donde es más fácil tener casa si se ocupa ilegalmente” que si se trabaja. En buena parte, continúa, por haber “saqueado a los trabajadores” y pretender que “los mileuristas ahora también paguen” con el SMI. “Nunca un Gobierno ha sido tan inútil, caro y dividido”, destacó.
Sánchez ensalzó de nuevo sus recetas como impulsoras de un cuadro macroeconómico que lo convierten en la “envidia” de la Unión Europea. Datos que tumban el relato que pretende proyectar el Partido Popular, según deslizó el jefe del Ejecutivo, que se permitió el lujo de esbozar una comparativa que haría daño al líder de la oposición: “Es usted para la política española lo que la criptomoneda de Milei para los votantes argentinos”. Un símil lanzado no sin maldad, pues equipara a su interlocutor con una estafa masiva. “España no se merece su oposición”, remató.
El ático de Ayuso y la mansión de Cárdenas
Pasado el escollo inicial de Feijóo, tras recordarle por enésima vez su contradicción entre sus promesas de “política para adultos” con la elección de estadistas como Miguel Ángel Rodríguez o Miguel Tellado, a quienes acusa de “esparcir odio y bulos”, el presidente del Gobierno volvió a atizar a Génova durante la intervención del portavoz adjunto de EH Bildu, Oskar Matute, quien se llevó el debate hacia el ámbito de la vivienda.
El camino que tomó el abertzale sirvió el relato en bandeja al presidente, que tras reafirmar el “compromiso” del Gobierno con la carpeta de vivienda a pesar de que necesitan “tiempo y consistencia” para que cuajen algunas de las recetas ya sembradas, apuntó hacia el “ático” de la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid y de la “mansión ilegal” de la mujer de Alberto Núñez Feijóo, Eva Cárdenas, en Moaña. “Necesitamos el concurso de las administraciones y me gustaría que autonomías gobernadas por el PP dejaran de boicotear la ley de Vivienda para que se beneficien los ciudadanos”, zanjó.
Versión de Eva Cárdenas
De acuerdo con lo solicitado por el representante legal de Eva Cárdenas, se recoge su versión y se parafrasea lo que piden que se publique como rectificación:
"Que la llamada (por su principal detractor) "mansión ilegal" no ha sido declarada así ni por sentencia judicial firme ni por resolución administrativa, ni consta incoado ningún procedimiento judicial al respecto; que su construcción es anterior a su adquisición por parte de Dña Eva Cárdenas Botas, cumple con la normativa que le es de aplicación, que el muro no ha sido edificado por Dña Eva Cárdenas, que se ha limitado a la conservación del mismo; que la dificultad del acceso a la playa no le es imputable a Dña Eva Cárdenas, sino a los dos tramos rocosos que hay a su lado y que no es una "playa privada" y que el cartel que prohíbe el paso y las boyas han sido instaladas por Costas por el mal estado del muro".