María Jesús Montero, ministra de Hacienda, ha moderado un ‘ágora’ en los márgenes del Congreso de la Internacional Socialista bajo el título de Política energética europea. El caso de la península Ibérica. Un foro en el que han participado tanto el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, junto a su homólogo portugués, Antonio Costa, en las horas previas a su coronación como líder de la agrupación. Una reivindicación de la solución ibérica en un contexto de carestía de acuerdos en el ámbito europeo en torno al tope del gas y que, además, ha servido para introducir la apuesta de ambos dirigentes por hacer de la Península la "mayor exportadora de hidrógeno verde" del planeta. 

Sánchez y Costa han protagonizado uno de los actos troncales de este sábado en el cónclave de la Internacional Socialista. El jefe del Ejecutivo español, tras su discurso de apertura del viernes, mediante el cual hizo hincapié en el resurgimiento de la socialdemocracia, ha enarbolado la bandera de la sostenibilidad en un acto de reivindicación total de la solución ibérica frente a quienes ofrecen siempre el “no” por primera respuesta.

Sánchez: "La intervención no solo obedece a una voluntad política de dos socialistas, sino a la apuesta de dos países por las energías renovables”

España y Portugal han escenificado su liderazgo en materia energética en el contexto europeo. Sánchez y Costa han exhibido una sintonía que sirvió como puente hacia lo que en su concepción suponía una idea poco más que fantasiosa. Ambos transformaron la quimera en realidad y de ello se han orgullecido juntos en el ágora energético.

Y es que el concepto de “solución ibérica” ni tan siquiera se atisbaba en el debate público. Así, al menos hasta hace unos meses, cuando España y Portugal lo situaron en el eje la discusión en un contexto próximo a una crisis energética derivado de las ensoñaciones ucranianas de Vladimir Putin. La guerra en la frontera de Europa amenazaba la estabilidad de una comunidad que se enfrentaba a otro conflicto tras superar codo con codo, aunque a regañadientes en ocasiones, las derivadas económicas y sanitarias intrínsecas a la Covid-19.

Sintonía Ibérica

La quimera abrió el camino a la “solución”, que no pasaba sino por aliviar el bolsillo a una sociedad angustiada por la concatenación inmediata de desastres. Por ello, ambos líderes se han felicitado por detener el alza de los precios energéticos en base a la “intervención de un mercado” que a sus ojos no funciona. Ante ello, sendas Administraciones decidieron romper con lo establecido hasta ese momento en un contexto de colapso y poner a la “economía al servicio de la gente” y no al revés.

En sus orígenes, la solución ibérica se vio con cierto recelo a ojos de determinados países del entorno europeo, que consideraban la iniciativa como una suerte de “subvención pública” o a la directa financiación del gas con “recursos públicos”. Sin embargo, esa cerrazón se fue amoldando a una respuesta afirmativa al comprender que lo que busca este plan de contención pasaba por “desacoplarnos de la energía”. Por ello, Sánchez he vindicado que gracias al “mix preponderante” de renovables en España y Portugal es posible “financiar ese mecanismo” sin la necesidad de recurrir a los fondos públicos.

Una ardua tarea de pedagogía, tal y como han reconocido sendos líderes. “Les costó mucho entenderlo”, deslizaba el jefe de los socialistas españoles. No obstante, las conclusiones favorables emergieron tras comprobar su impacto. “Han visto el disparate de la evolución del precio del gas en los mercados internacionales, se han dado cuenta de que la intervención no solo obedece a una voluntad política de dos gobiernos socialdemócratas, sino a la apuesta de dos países por las energías renovables”, acotaba Sánchez.

Costa y Sánchez han destacado su apuesta en firme por convertir a la Península en una potencia en clave de exportación de hidrógeno verde después del acuerdo con Francia para el BarMar, un novedoso corredor energético. En este punto, el presidente del Gobierno español ha presentado esta “oportunidad” mediante la introducción del concepto de “utopía ibérica”, que a la postre supone una “apuesta ganadora” para España y Portugal.

Palabras que ha refrentado el propio Costa, quien ha defendido el papel de las renovables, campo en el que los lusos son pioneros. Por ello, el portugués llama a “aprovechar las oportunidades”, dado que sendos estados cuentan con las “mayores reservas de litio”. “Es una enorme oportunidad de desarrollo justo y global”, ha resuelto el mandatario de Portugal.