El anuncio de la moción de censura en Murcia y su respuesta desde Madrid con el adelanto electoral convocado por su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, aceleraron el proceso de Pablo Casado para la reunificación del centroderecha bajo las siglas del Partido Popular. El seísmo desembocó con una espantada de figuras clave de Ciudadanos durante los años de Albert Rivera hacia el PP.

Toni Cantó fue uno de estos gerifaltes naranjas que no dudaron en dar la estocada a su partido por un cargo orgánico en Génova o, en su defecto, un puesto de privilegio en la lista electoral de Ayuso. Fran Hervías marcó la senda al que era coordinador de Ciudadanos en la Comunitat Valenciana y a este último le siguió el inmolado Marcos de Quinto.

La estrategia de Casado para absorber a Ciudadanos pasa por la asunción de éstos de su muerte política, aunque en Alcalá 253 no están muy por la labor de arrogarse a los deseos del PP y quieren morir matando. Sin embargo, en Génova entendieron que Madrid podría suponer el primer clavo en el ataúd liberal.

Por ello, la maquinaria conservadora se engrasó a toda prisa y Teodoro García Egea se encargó de verbalizarlo sin tapujos. “Desde este momento, vamos a unir a PP y Ciudadanos por la base”, enunció con el adelanto electoral recién salido del horno. Los conservadores necesitaban una figura de peso y esa debía ser una voz autorizada entre los liberales. El nombre por el que se debía apostar estaba claro: Toni Cantó.

El intérprete era una pieza clave para Albert Rivera durante su extenso mandato. Casado era consciente de la importancia estratégica de un fichaje como el de Cantó y también lo era Albert Rivera. De hecho, fue este último quien se lo sirvió a sus otrora rivales en bandeja de plata.

Según desvela El Independiente, fuentes autorizadas de la dirección nacional del Partido Popular han confirmado que fue el propio Albert Rivera quien intermedió con Génova para ultimar el fichaje de Cantó. El expresidente liberal telefoneó al que en tiempos fuera su homólogo para advertirle de los movimientos del actor en el corto plazo.

El actor mantenía fuertes discrepancias con la líder del partido, Inés Arrimadas, desde hace meses y la decisión de presentar una moción de censura fue la gota que colmaría el vaso. Sin embargo, Cantó no sólo había meditado previamente su salida sino que mantuvo conversaciones previas con el Partido Popular para pactar su nuevo viraje particular.

Estas mismas fuentes indican que la dirección nacional del partido decidió adelantar el anuncio oficial sin contar con Isabel Díaz Ayuso, a quien no le sentó demasiado bien la maniobra de sus jefes. No obstante, y pese a la decisión de la Justicia de eliminarle de las listas por incumplir los requisitos censales recogidos en la Ley Electoral, desde Génova esperan que “tenga un puesto importante”. Esto limita el futuro de Cantó en la Asamblea de Madrid, aunque existe aún el subterfugio de una Consejería.

Rivera, cada vez más cerca del PP

La relación entre el expresidente de Ciudadanos y el líder del Partido Popular ha sido fluida desde la salida del primero de la política tras el batacazo del 10N. Sin embargo, los acontecimientos han provocado que las conversaciones entre ambos se multipliquen su ‘amistad’ ha mejorado mientras se deterioraba la de Casado con Arrimadas.

De hecho, desde el PP nunca han ocultado, al menos entre bambalinas, que se ha tendido la mano a Rivera para que se una definitivamente al proyecto de Casado y certifique la defunción del partido que lideró desde sus inicios. Pero la adhesión total del ex de Ciudadanos a la estructura conservadora no se prevé ni en el corto ni en el medio plazo.

Lo que se mantendrá serán las constantes carantoñas por debajo de la mesa entre Rivera y Casado. Según El Independiente, el expresidente de Ciudadanos será uno de los principales invitados a la Convención Nacional que Casado anunció tras las elecciones catalanas y que tendrá lugar este mismo otoño. Un evento abierto a la sociedad civil cuyo fin será la definición de una nueva imagen y cultura de los conservadores.