Estallaba la bomba el pasado martes. Hace exactamente una semana y un día. También con una sesión de control abriendo la agenda de la jornada siguiente. Sin embargo, María Jesús Montero no acudió al Congreso de los Diputados para someterse a las preguntas de la oposición y dribló lo que a todas luces se convertiría en un Pleno con protagonismo absoluto a la afrenta abierta por la tributación del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) con su compañera de Gabinete, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. No sería un choque directo, pero no escaparía de las garras de las bancadas conservadora y ultraderechista, que han guardado la bala con mimo hasta este mismo miércoles.
La ministra Montero no tendrá escapatoria este miércoles. Tras aparecer junto a su flamante archienemiga en un acto escenificando un abrazo que no hace sino reafirmar la distancia entre ambas, la vicepresidenta primera se pondrá en la primera línea de fuego, sabedora de que el Partido Popular y Vox esperan con el colmillo ensangrentado asomando desafiante por entre los labios. La ministra de Hacienda lo sabe. Es consciente de que debe capear el temporal como buenamente pueda y sacar del foco mediático un debate que amenaza con atragantarse en la garganta socialista, que centra todos sus esfuerzos retóricos en reorientar el debate hacia la paz en Ucrania y el conflicto -por ahora verbal- entre la Unión Europea y los Estados Unidos de Donald Trump.
Una enfermedad le privó a Montero -y al PSOE- de pasar el via crucis, calmar las aguas y lavar los trapos sucios de la coalición intramuros del Palacio de La Moncloa. Sin embargo, toda la artillería de la semana pasada caerá sobre la titular de Hacienda este miércoles, cuando la tensión se recrudece y Sumar hace saber al Gobierno que o rectifica o se apoyará en la mayoría parlamentaria que respaldaría -según dicen en el entorno magenta- una proposición de ley que tumbaría la aplicación tributaria a la subida del SMI. Un hecho insólito al que se sumaría una eventual predisposición del Partido Popular, que no vería con malos ojos allanar la tramitación de la iniciativa de los progresistas para ensanchar la brecha entre los socios.
Batería tributaria
Así las cosas, Montero se enfrenta a todas las preguntas que quedaron en el tintero el pasado miércoles, más la de nueva formulación. Especial atención a la bancada conservadora, desde la que varios diputados arremeterán con la tensión entre las dos vicepresidentas. Juan Bravo, Elías Bendodo y Ester Muñoz incidirán en la fractura. El portavoz económico del PP requiere a la ministra socialista que explique si el "escudo social" del Gobierno era la disonancia escenificada con Díaz. Previamente, la secretaria general de los populares, Cuca Gamarra. le preguntará sobre si el Ejecutivo "piensa hacer algo para que las familias dejen de perder poder adquisitivo". Argumento que, por cierto, blanden en Génova para arremeter contra la tributación del SMI.
Por su parte, el vicesecretario de Coordinación Autonómica y Local y exportavoz del Gobierno de Juanma Moreno, así como la vicesecretaria general de Educación y Salud, usarán sus turnos de palabra para acorralar a Montero: "¿Creen que los ciudadanos merecen una ministra como usted? ¿Cuál es la política de aplazamiento de deudas del Ministerio de Hacienda?". Al menos así figura en el texto registrado, aunque el toma y daca pivotará sobre la discusión con el departamento que dirige Yolanda Díaz.
Por su parte, desde Vox, será el portavoz económico, José María Figaredo, el encargado de poner el foco en la política fiscal del Gobierno, cuestionándole a la vicepresidenta primera si "cambiará la política fiscal del gobierno en 2025". Sobre esta senda seguirá el diputado de Junts per Catalunya Josep María Cruset, que se dirigirá a Montero para que esta le explique "cómo justifica el aumento de impuestos que sufren los ciudadanos en el contexto económico actual". Todo ello, antes de afrontar la pregunta de la líder de Podemos, Ione Belarra, que pivotará sobre el encaje de la carpeta tributaria de Moncloa en el "nuevo contexto internacional", con Donald Trump en la Casa Blanca.
No sólo Montero
El foco estará indudablemente sobre la cabeza de la ministra de Hacienda, pero no será la única en ser víctima del interrogatorio de la oposición sobre la brecha en el Gobierno. El portavoz parlamentario del Partido Popular, Miguel Tellado, quiere que la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo explique ante el Pleno de la Cámara si "le merece la pena seguir" en el cargo tras sus choques constantes con sus colegas socialistas. Ya la semana pasada, acentuando la ausencia de María Jesús Montero, Díaz se llevó el recordatorio por parte del líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, quien le recordaba que a Pablo Iglesias, exvicepresidente segundo del Ejecutivo, "no le hubieran colado" un sapo de tal calibre, incidiendo en la debilidad interna de la cabeza visible de los magentas en Moncloa.
Por ello, y sin soltar el hueso de la corrupción con el que intentarán golpear de nuevo a Ángel Víctor Torres y al jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, el portavoz nacional del PP arremeterá contra el Gobierno a cuenta de la tributación del SMI, dirigiéndose a la ministra portavoz, Pilar Alegría, para que aclare si "es portavoz de todo el Gobierno o sólo de una parte". Una pregunta que llega a raíz de la tensión captada por los micrófonos entre la ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes, Pilar Alegría, y Yolanda Díaz en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de la discordia.
Por su parte, será el propio Feijóo el que abra fuego contra el Ejecutivo en su cara a cara con el presidente. El líder del principal partido de la oposición aprovechará su turno de intervención para profundizar en la estabilidad de la coalición y en las relaciones con sus socios de Gobierno, dado que la pregunta registrada por el dirigente del Partido Popular abunda en que si a Sánchez "le preocupa la calidad de vida de los españoles". También le interrogarán Junts y Bildu, aunque los abertzales afrontarán su turno desde la problemática de la vivienda.