El Partido Popular sigue embarcado en su proceso interno para sustituir a Pablo Casado por, previsiblemente, Alberto Núñez Feijóo. Pero la vida sigue su curso mientras Europa sale de una pandemia para sufrir una guerra. En esta situación, también el Gobierno está a la espera del desenlace sobre el liderazgo del PP y la relación entre ambos actores se mantiene a trompicones. En los últimos días, la única llamada recibida en Génova ha sido la del ministro José Luis Escrivá, un contacto que sabe a poco en la dirección interina del PP, pero que en Moncloa creen que es suficiente de momento con el argumento de que, superado el episodio del envío de armas, la principal emergencia ahora es la de los casi dos millones de ucranianos que huyen hacia Europa. Sin embargo, fuentes del Gobierno

Este lunes, desde la sala de prensa de Génova 13, comparecían las dos autoridades que tiene el Partido Popular desde que Pablo Casado entregase la cuchara ante la Junta Directiva y convocase el XX Congreso Extraordinario en el que dejará la Presidencia. Esteban González Pons, en calidad de director del Comité Organizador del Congreso (COC) y Cuca Gamarra, como coordinadora general del PP, confirmaron que el último contacto del Gobierno fue una llamada de Escrivá, quien además de manejar la Seguridad Social es el ministro de Migraciones.

En el PP guardan las formas y recuerdan que Pablo Casado sigue siendo el presidente del partido. Pero eso no significa que el presidente del Gobierno haya vuelto a hablar con él sobre la situación en Ucrania, desde que el popular le llamase el pasado 23 de febrero, y tras la llamada de Sánchez del 12 de febrero. Desde la Junta Directiva del PP, Casado está desaparecido y sin agenda y el único contacto confirmado entre Moncloa y Génova ha sido el de Escrivá, algo que fuentes del Gobierno ponen en valor dada la situación humanitaria que ha provocado la guerra, con cerca de dos millones de ucranianos desplazados y reclamando ayuda de la Unión Europea. Una vez resuelto el dilema sobre el envío de armas, “la emergencia ahora es ésta”, señalan.

Próximas llamadas

Sin embargo, fuentes de la actual dirección del Partido Popular echan en falta información de carteras de Estado, como la de Defensa de Margarita Robles o la de Presidencia, de Félix Bolaños. En Moncloa, sin embargo, ponen en valor el papel del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, quien desde que empezó la guerra informa a los portavoces parlamentarios de Exteriores de cada partido. “El ministro les ha informado varias veces, incluso desde antes que empezara el conflicto”, señalan fuentes del Gobierno, que además pronostican “más llamadas” en los próximos días desde Moncloa. “Tenemos la total predisposición a seguir manteniendo el diálogo permanente con la oposición”, recalcan desde el Ejecutivo, “e incluso reforzarlo”. Y recuerdan que el teléfono de Albares “sigue abierto” para cualquier consulta.

Otro alto cargo de Moncloa recuerda que la situación del PP es delicada y que, ante todo, quieren “respetar sus procesos internos”. Lo que, por supuesto, lleva a que nadie hable con Feijóo y se guarden las formas con Casado, aunque esas formas hasta ahora hayan sido y sigan siendo las del escaso contacto que ha habido entre él y el presidente del Gobierno. Ante ese panorama, en el Gobierno señalan a la relevancia que ha adquirido Cuca Gamarra, quien ostenta el “doble sombrero” de ser la coordinadora del PP y la portavoz del Grupo Parlamentario. A eso se agarra también el PSOE, quien destaca que su respectivo portavoz en el Congreso, Héctor Gómez, mantiene una buena relación y una línea abierta con ella, informa Adrián Lardiez.  

Nueva sesión con Ucrania en la agenda

Mientras, en el Partido Popular no piensan dejar pasar de largo este mes de marzo que les queda por delante hasta que elijan a su nuevo presidente en el XX Congreso Extraordinario de Sevilla. En dicho cónclave ya han anunciado que se izará una bandera de Ucrania junto a la de España y la de la Unión Europea como símbolo de lucha por la libertad. Pero, además, desde la dirección del PP no sólo señalan su “evidente” reclamación de recibir más información del Ejecutivo; también aseguran que “como partido de Estado seguimos tendiendo la mano al Gobierno para alcanzar acuerdos en el marco de la Unión Europea”.

Un ofrecimiento que el PP hizo a Pedro Sánchez la pasada semana en el pleno monográfico sobre Ucrania en el Congreso y que está por ver en qué se traduce este miércoles, en la sesión de control. Un trance parlamentario en el que faltará de nuevo Pablo Casado y en el que Gamarra volverá a coger las riendas y protagonizará la pregunta de su grupo al presidente del Gobierno. De las otras cinco preguntas del PP, tres serán sobre Ucrania: sobre el efecto en el empleo, a Yolanda Díaz; sobre la importancia del gas, a Teresa Ribera; y sobre las consecuencias de la guerra, a Luis Planas.

Un bloque de preguntas que, a la vez, intentará dar una imagen de unidad en el PP, al repartir las cuestiones entre los diputados de ambas facciones en que se dividió la formación en lo más cruento de su batalla interna. Así, preguntarán algunos de los que se significaron contra la dirección de Pablo Casado y Teodoro García Egea, como el oscense Mario Garcés o la orensana Ana Belén Vázquez; pero también quienes exigieron “respeto” para Casado, como la palentina Milagros Marcos, o criticaron la “deslealtad” en pleno enfrentamiento de Isabel Díaz Ayuso con Génova, como el jienense Juan Diego Requena.