Este sábado, el sindicato vinculado a Vox, Solidaridad, ha nombrado a Jordi de la Fuente, acusado de neonazi y prorruso, como su nuevo secretario general en un acto en Madrid que contó con la presencia del mismo Santiago Abascal y otros dirigentes de la formación.
En su primer discurso como secretario general del sindicato de Vox, De la Fuente ha asegurado que no reniega “de pasados andados”. Una cita que ha dado de que hablar por el historial vinculado del ultraderechista al partido neonazi Movimiento Social Republicano (MSR) y su admiración por Alexander Dugin, ideologo del régimen del presidente ruso, Vladimir Putin. Además, en 2021, la Fiscalía solicitó que De la Fuente ingresara en prisión dos años y dos meses tras un ataque contra un centro de menores en Masnou, Barcelona. “Me han llamado de todo, hasta cosas contradictorias”, dijo al respecto de ello.
Este sábado dejó claro que “lo que no vamos a consentir son calumnias, chorradas, vómitos contra nuestros afiliados, contra todos los que estáis aquí por parte de aquellos que están subvencionados por el poder”. Y hablando de sí mismo justificó que “este secretario general ha hecho muchas cosas en la vida, desde luego”.
Un pasado neonazi
El pasado de Jordi de la Fuente no se puede contar sin destacar su vinculación con numerosos movimientos de extrema derecha desde sus primeros pasos en la política. En 2010 se presentó como candidato a la presidencia del MSR, un partido neonazi que aboga por el revisionismo histórico y reniega del Holocausto.
Tras la disolución del partido neonazi en 2018, De la Fuente no abandonó la política, sino que pasó a formar parte de Plataforma per Catalunya (PxC), un partido catalanista de extrema derecha fundado por Josep Anglada en 2002. De la Fuente llegó a ejercer como secretario general de la formación.
De la Fuente fue uno de los miembros de PxC que saltaron del barco en el último momento para unirse a las filas de Vox en 2019. Desde entonces se ha consolidado como uno de los fieles seguidores del secretario general de Vox y número dos de Abascal, Ignacio Garriga. El nuevo líder de Solidaridad ejerció en sus inicios en Vox como vicesecretario de organización del Control Ejecutivo Provincial entre 2019 y 2022, plataforma ahora dirigida por un nombre muy sonado entre los militantes de Vox, Juan Garriga. Según fuentes cercanas al partido de las que se han hecho eco numerosos medios, “estos apoyos le han permitido escalar dentro de la formación de extrema derecha”.
Una figura oculta
La figura de Jordi de la Fuente ha permanecido en un segundo plano dentro del partido de Abascal, que ha querido mantenerlo alejado del foco mediático. A pesar de ello, De la Fuente ha sido un elemento clave en los momentos de agitación política. El catalán ha sido el encargado de la estrategia de movilización y control. Ha tenido un papel fundamental a la hora de coordinar a los grupos y controlar las dinámicas de protestas, empuñando un megáfono, para incitar a la multitud.
A pesar de este segundo plano, el liderazgo de De la Fuente tiene un carácter trasfronterizo ya que no solo cuenta con apoyos en su Cataluña natural, sino que se extiende a la capital del país. En Madrid, miembros destacados de la cúpula del partido como Jorge Buxadé, tienen en alta estima a su nuevo líder sindical.
Vox ya no se esconde
Desde hace unos años, numerosas figuras relevantes del entorno de Vox han abandonado el partido, muchos entre el silencio, pero otros alegando abiertamente que el partido está cada vez más radicalizado.
El partido se ha encargado de purgar los sectores más liberales de su cúpula como Iván Espinosa de los Monteros o Macarena Olona, abrazando cada vez posturas más ultras, sobre todo con las nuevas amistades de Abascal en el orden internacional. El líder ultraderechista ha sufrido críticas de parte de la militancia por sus giros retóricos y su acercamiento a figuras prorrusas como el húngaro Viktor Orbán.
La posición adoptada por los de Abascal con respecto a Europa y su apoyo a las decisiones de Trump sobre Ucrania y un evidente acercamiento a Putin no dejan en buen lugar a la formación de extrema derecha. En el panorama político europeo, Abascal y sus socios se encuentran cada vez más marginados, apelando a una narrativa que perjudica tanto a europeos como a españoles.
La simpatía mencionada anteriormente de De la Fuente por el ideólogo ruso, Alexander Dugin, es un claro ejemplo de estos movimientos de Vox que no gustan a parte de su electorado. El auge de los extremismo en Europa y el cambio del orden mundial están lanzando a Vox a unas posturas notablemente más radicales que las que profesaba hace algunos años.