El Plan de Medidas de Garantía de Sostenibilidad del Sistema Sanitario Público de la Comunidad de Madrid contempla, entre otras iniciativas, la privatización de la parte sanitaria de los hospitales de Vallecas, San Sebastián de los Reyes, Parla, Aranjuez, Arganda y Coslada. Además de los ciudadanos, por el cambio de modelo, entre 5.000 y 7.000 trabajadores podrían verse afectados. Esto ha conllevado una lucha por la defensa de la Sanidad pública. Por primera vez, médicos, enfermeros, técnicos y personal no sanitario luchan juntos en un parón contra la privatización. La mayoría de los trabajadores consultados señala que reivindican la calidad del servicio más que salvar su puesto de trabajo. No obstante. Muchos tendrán problemas para pagar sus hipotecas, tendrán que cambiar de centro de trabajo o tendrán que marcharse al extranjero.

Este periódico ha sondeado a potenciales afectados, aunque lo somos todos los ciudadanos, ya que somos los usuarios, que no clientes, de la Sanidad pública, por el Plan de Medidas de Garantía de Sostenibilidad del Sistema Sanitario Público de la Comunidad de Madrid, que entrará en vigor en el 2013. La mayoría, antes de contar su historia personal, insiste en que su objetivo no es “salvar el trasero” sino mantener la calidad de la Sanidad. Algunos han autorizado que se publiquen sus nombres, otros han preferido que se utilicen las iniciales para no tener problemas en sus puestos de trabajo.

“Indignación” de los profesionales
J.B. es enfermero del Hospital Infanta Cristina de Parla, uno de los que se pretenden privatizar. Tiene 42 años y una experiencia de 15 años en la Sanidad pública. Desde que se abrió el Infanta Cristina, en 2008, trabaja allí. El matiz personal que indica es que el planteamiento de la Sanidad pública de la Comunidad de Madrid conlleva la “indignación” de los profesionales. Las protestas de los trabajadores del Infanta Cristina “no tienen un propósito laboral, sino que pretenden hacer una llamada a favor de la Sanidad pública, una Sanidad que es de todos”. Denuncia que el Plan de Sostenibilidad ha sido desarrollado sin ningún contacto con los que se verán más afectados por sus previsibles consecuencias, “que son los ciudadanos y los profesionales con un alto grado de compromiso con el proyecto que nos fue encomendado”.

Aula Magna del Hospital Puerta de Hierro, donde los trabajadores realizan sus encierros. LUIS MARCHAL Aula Magna del Hospital Puerta de Hierro, donde los trabajadores realizan sus encierros. LUIS MARCHAL




“Finalidad lucrativa”
Este enfermero reconoce que, en estos momentos de crisis, “lo importante es la optimización de los recursos y mejorar la gestión”. Señala que los profesionales sanitarios están concienciados, pero subraya que poner la Sanidad pública en manos de la empresa privada posee “una finalidad lucrativa para obtener beneficios económicos”. A su juicio, esto puede suponer una falta de equidad en el acceso a las prestaciones sanitarias de un gran número de ciudadanos. J. B. es fijo. En su caso, previsiblemente le trasladarán a otro hospital. “Lo peor es el desmantelamiento detrás de la externalización de los servicios”, insiste.

“Nos iremos al extranjero”
Jesús García, de 34 años, es enfermero del Hospital del Henares, en Coslada. Es interino estatutario. Con lo que van a hacer, le finiquitarían el contrato. A pesar de ello, asegura que lo que menos le importa ahora mismo es su contrato. “Somos un colectivo muy bien visto a nivel internacional y tendríamos trabajo fuera”, comenta. Tiene hipoteca y vive con una enfermera eventual, que se quedará sin trabajo en diciembre. “No sabemos qué pasará. Nuestra formación y experiencia cuesta al Estado unos 200.000 euros y luego nos tocaría irnos. Si no se logra parar esto, mí intención es que nos vayamos al extranjero”, manifiesta. Él en el pasado trabajó en la Sanidad privada y cuenta que se marchó “por principios”. Lleva en el hospital de Coslada desde 2008 como interino. Hace hincapié en que este centro ha ganado premios a la gestión hospitalaria. “En la gestión privada prima el ganar dinero por encima de la calidad asistencial”, considera.

“Ven dinero”
Ricardo Furió, del Infanta Leonor, en Vallecas, tiene plaza fija de enfermería en el Sermas. Trabaja en neonatos. “Laboralmente, yo no pierdo mi puesto de trabajo, pero me mandarían a otro hospital”, dice. Reivindica la “calidad del servicio”. Los ratios de enfermeros-paciente en la privada suelen ser, según comenta, más altos en la pública que en la privada. Seguramente, le tocará marcharse al 12 de Octubre o al Puerta de Hierro. “Si hay empresas que se quieren hacer con los hospitales es porque ven dinero. Reducirán en personal, en material y en pruebas diagnósticas. Derivarían enfermedades graves, que conllevan mucho gasto a hospitales grandes. La calidad de atención que yo voy a dar no creo que sea la que tengo que dar, si finalmente me tengo que ir a la privada”, concluye.

Concentración por la Sanidad Pública. LUIS MARCHAL


“La sanidad no se vende, se defiende”
En el Puerta de Hierro privatizarán por completo los servicios no sanitarios, desde su traslado ya había gestión privatizada del área no sanitario pero mantuvo a personal público del antiguo hospital, y acogerá a personal sanitario procedente de hospitales privatizados. El lema de los encierros de sus profesionales es “la sanidad no se vende, se defiende”. Quieren evitar a toda costa la privatización de la Sanidad.


“Nos han ninguneado”
NPG, personal interino de mantenimiento de 40 años, trabaja en el hospital desde hace siete. Al principio de trasladarnos a Majadahonda tiraban mucho de nosotros, de los de la parte pública, y después nos han ninguneado”, informa. Ve el futuro oscuro y posiblemente se quedará en la calle. Tiene hijos, uno de siete meses con lesión cerebral. Otro compañero de mantenimiento, Óscar, narra que a los del área pública les faltan herramientas y hacen lo que coloquialmente se llama “pasillos”, ir al puesto de trabajo sin que reciban tareas que hacer. Lleva 18 años en Puerta de Hierro. “Con 48 años, es muy complicado encontrar trabajo en mantenimiento. 18 años aquí y me marcharé sin indemnización”, explica. Su mujer está en riesgo de perder su trabajo en Renfe. “Podemos tener problemas con la hipoteca, que es de 700 euros. Esto avoca a la miseria a mucha gente”, lamenta.

Paisaje después de una asamblea en el Hospital Puerta de Hierro. LUIS MARCHAL


“Si no fuera por mi madre, me iba al carajo”
Mar Esteve es una de las enfermeras especialistas en Salud Mental del Puerta de Hierro. “En Psiquiatría no puede trabajar cualquiera. La atención que damos es exquisita, aunque la calidad ha disminuido. No hay la limpieza que hay que tener y la comida, en palabras de pacientes, es una ‘basura’. Nos llega congelada y se calienta en unos carritos. Antes del traslado, se cocinaba en el hospital. En las cenas se pone la mitad de la comida que se ponía antes”, expone. Esteve está en el Insalud desde 2004 desde hace cuatro en el Puerta de Hierro. Su contrato es temporal. A pesar de impartir cursos de formación, la echarán el 31 de diciembre. “No me tienen considerada, somos especialistas y se nos va a echar a la calle. He formado a más de 250 profesionales”, critica. Añade que no hay nada de trabajo, que mira Infojobs, portal de búsqueda laboral, y que lo único que sale publicado son ofertas fuera de España. Con 29 años, paga 853 euros de hipoteca. “Es sólo mía, pero mi familia me ha dicho que me apoyará. Si no fuera por mi madre, me iba al carajo”, confiesa.


“Tarde o temprano sería desahuciada”
Vicente Masip, de la Federación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (Femyts), comunica que en estos momentos, en el Puerta de Hierro, la principal amenaza se encuentra en el personal no sanitario. Al sanitario, le ha pasado “la bala de refilón”. “Es negativo que el personal no sanitario se externalice. El personal administrativo, por ejemplo, se conoce muy bien la marcha del hospital. Ésta se verá afectada. Con gente de fuera, las disfunciones son tremendas. La parte sanitaria, somos los inquilinos de un edificio que es de una empresa privada. El antiguo hospital era de unas 400 camas y el de ahora es de 750. ¿Cómo vamos a trabajar en un hospital para 750 camas con una plantilla de uno de 400?”, se pregunta. Una auxiliar administrativo que es interina, Silvia Sánchez, que lleva trabajando en el Puerta de Hierro desde hace 12 años, avisa de que si la despiden no podría pagar su hipoteca. “Tarde o temprano sería desahuciada”, piensa, con visible preocupación.

“Sufriré tres años en el limbo hasta que cumpla los 65”
A la edad de Paqui Cabrales, viuda de 62 años, que es celadora desde hace 16 en el Puerta de Hierro, será difícil encontrar un nuevo trabajo. “En mi caso, me iré a casa y no tengo los años cotizados suficientes como para jubilarme. Sufriré tres años en el limbo hasta que cumpla los 65”, describe. Su suerte es que su casa está sin hipoteca y que sus hijos viven emancipados. Mi marido falleció hace nueve años.

“Éstos son peores que Franco”
El puesto de trabajo del radiofísico Xavier Pifarré, también en Puerta de Hierro, desde 1991, no peligra, “en primera instancia”. “Estoy en la lucha por una cuestión de principios, de justicia y de equidad social. Con la crisis, el pastel se ha hecho pequeño y se lo quieren repartir entre tres o cuatro. Éstos son peores que Franco. Sin ánimo de parecer franquista, Franco nos dio cosas que éstos nos quieren quitar”, aclara. Borja Cabezón, secretario de Política Internacional del PSM y secretario general del PSOE de Majadahonda, opina que “no es de recibo que el gobierno del PP quiera jugar al Monopoly con la Sanidad y derechos de todos los madrileños dándole la gestión de los servicios básicos a los amigos y recortando el servicio público a la sociedad”.