En cuestión de horas, las negociaciones entre el Ministerio de Hacienda y Trabajo han saltado por los aires. A las 22:00 horas de la noche de este jueves, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, dio orden a su equipo de levantarse de la mesa y abandonar las conversaciones con Yolanda Díaz para negociar la propuesta de Sumar y evitar la tributación del Salario Mínimo Interprofesional. Este movimiento implicará el veto del Ejecutivo a la iniciativa impulsada por los magentas en el Congreso de los Diputados. Fuentes del Ministerio de Hacienda consultadas por ElPlural.com corrigen a la ministra magenta al justificar que no se han roto los puentes entre sendos departamentos, sino que rebajan el choque a un alejamiento de posturas.
Todo se torció entrada la noche del jueves. Cuando a las 22:00 horas, la vicpresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda transmitió la orden a su equipo de levantarse de la mesa de negociación con Yolanda Díaz sobre la fiscalidad del SMI. Montero pulsó el botón nuclear, reabriendo las heridas con el socio minoritario de la coalición. Las conversaciones parecían aplacar la brecha en el seno del Ejecutivo, pero la maniobra de Hacienda no hace sino profundizar en las relaciones entre socialistas y magentas en el Consejo de Ministros.
La propia Yolanda Díaz lo ha confirmado en Telecinco. La vicepresidenta segunda esperaba que la entrevista agendada en La Mirada Crítica transcurriera por otros derroteros, como por ejemplo, poner negro sobre blanco en el acuerdo con sus colegas de Hacienda. Finalmente, no ha sido así, a pesar de que los imputs que salían de la mesa de negociación pasado el mediodía del jueves eran positivos. Fuentes conocedoras de las negociaciones incluso apuntaban a que tan sólo faltaban unos flecos para sellar el pacto y evitar así que el Ejecutivo vete la iniciativa de Sumar. Pero el mismo Gobierno del que forman parte Díaz y compañía, vetará esta misma mañana la propuesta magenta.
Díaz apunta a Montero
Pero todo saltó por los aires a última hora de la noche. “Hacienda se levantó de la mesa”, corroboraba la vicepresidenta segunda ante las cámaras de Telecinco. Según Díaz, a las 22:00 horas de este jueves “aún se estaba negociando”. “Para que la ciudadanía lo entienda: Montero ha dado la instrucción de romper las negociaciones”, profundizaba la ministra de Trabajo, mientras desgranaba que había sobre el tapete hasta cinco propuestas para llegar a un acuerdo con Montero y que no se perjudicara a los perceptores del SMI por la tributación en el IRPF. “El aroma que rezuma es que ella [Montero] cree que el salario mínimo es muy elevado”, remata.
La vicepresidenta segunda ha sido tajante en La Mirada Crítica: “Cuando una formación veta una iniciativa es que ha perdido”. Máxime, continuaba Díaz, cuando atribuye una postura unánime a todos los grupos parlamentarios, a excepción del Partido Socialista. “El Hemiciclo casi al completo”, acotaba. Entiende que el grueso de fuerzas converge en la posición de que los trabajadores que perciben el SMI no tributen en el IRPF. Postura que, según ella, también atribuye a la ciudadanía.
Hacienda suaviza el choque
Desde la órbita magenta daban por hecho que habría acuerdo antes del golpe sobre la mesa de Montero. Quedaban flecos, cuestiones técnicas por depurar y limar que, a la postre, han sido los detonantes de la nueva confrontación entre ministerios. Trabajo buscaba garantizar que el SMI alcanzara el 60% del salario medio neto, que a la postre es la recomendación comunitaria y acusan al PSOE de negarse a tal punto.
Fuentes del Ministerio de Hacienda consultadas por ElPlural.com, además de suavizar el choque y rebajarlo a un mero alejamiento de posturas, comparten que el salario mínimo debe ha de representar el 60% del sueldo medio. “Ese es el compromiso”, redundan estas voces, aunque sí subrayan que nunca se acordó que, al margen de las subidas, “se garantice que no pagará nunca IRPF”. Desde el departamento de María Jesús Montero deslizan que Sumar no quiere que el acuerdo “sea tan explícito y claro” en que “hay que desvincular futuras subidas del SMI del debate sobre tributación”.
Terreno ignoto en la coalición
El martes, Hacienda y Trabajo reencauzaron negociaciones en busca de un pacto in extremis antes de este viernes, cuando vence el plazo para que el Gobierno ejerza un veto a la ley de Sumar para eximir el pago a todos los trabajadores del SMI. Ambos departamentos enterraron el hacha de guerra y a punto han estado de encontrar un punto intermedio para sellar el conflicto. Sin embargo, al descarrilar el pacto, la relación entre sendos departamentos conducirá a una guerra en el Congreso de los Diputados entre las dos fuerzas que componen la coalición, que promete erosionar la imagen del Gobierno. Todo ello, en un marco en el que preponderan las diferencias entre socialistas y magentas por el incremento del gasto militar.
Y es que Hacienda ya advirtió de que vetaría la iniciativa del socio minoritario en caso de no encontrar una vía de servicio hacia el acuerdo. Díaz aceptó el órdago de Montero y redobló su apuesta para “defender la justicia fiscal”. Incluso deslizó en ocasiones la posibilidad de unir sus votos a los del Partido Popular en al Mesa del Congreso para sortear la decisión de los socialistas. Con los conservadores, Sumar tendría la capacidad para hacerlo posible, aunque el PSOE podría estudiar la posibilidad de neutralizar la maniobra vía recurso al Tribunal Constitucional. De no ser así, el proyecto de los magentas podría iniciar su tramitación y despojar de toda capacidad de bloqueo a los socialistas.