El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, regresa al Congreso de los Diputados después de un mes de encadenar compromisos como las cumbres del clima o del G-20. Lo hará a petición propia para defender la gestión de su Administración con respecto a la tragedia de la DANA en Valencia, antes de enfrentarse al cara a cara con Alberto Núñez Feijóo en la sesión de control que se celebrará inmediatamente después. Precisamente el Partido Popular, como ya hiciera en ocasiones anteriores, focalizará su radio de acción en torno al caso Koldo, al que ahora sumará también otro frente abierto para los socialistas como es el caso de Juan Lobato. En consecuencia, los conservadores centrarán el tiro en la corrupción que le atribuyen al Gobierno durante una sesión parlamentaria que se prevé tensa.

Sánchez se guardará algún que otro as sobre la manga para este miércoles, pero la columna vertebral de su intervención se basará en defenderse de los ataques de una derecha que quiere desquitarse de la responsabilidad de la gestión de la DANA. Durante todo este mes, el presidente se ha mostrado al margen de la porfía política en este ámbito, sin salirse un ápice del tono puramente institucional que requiere una etapa de reconstrucción tras una catástrofe natural que se ha cobrado más de 200 vidas humanas. No ha sido así desde su Gabinete, cuyos ministros han elevado el tono paulatinamente en la batalla por el relato con Génova y la Generalitat Valenciana.

Tal es así que desde el entorno del Ejecutivo ya sondean la posibilidad de abrir una vía penal que pudiera recaer sobre el president de la Generalitat, Carlos Mazón, por su “negligencia manifiesta” en la gestión de la DANA. Por ahí andarán los tiros también, sobre todo para enfatizar en el paradero desconocido del barón conservador en las primeras horas de la crisis. Aunque la agresividad en este sentido se ha reservado para la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, y también líder del PSPV, Diana Morant, quien exigió directamente la cabeza de Mazón al líder de la oposición al considerar que debió asumir responsabilidades y “no lo hizo”.

Un debate opacado

En cualquier caso, el timing que tan bien ha dominado Moncloa en múltiples ocasiones, esta vez ha jugado una mala pasada. El regreso de Sánchez a la Carrera de San Jerónimo tras un mes de ausencia ha quedado opacado por otras cuestiones ajenas al monográfico de este miércoles. La testifical de Víctor de Aldama, con sus derivadas posteriores, y la crisis abierta desde el domingo en el PSOE-M después de que su secretario general, Juan Lobato, dejara con una mano delante y otra detrás a Óscar López -ministro de Transformación Digital y uno de los hombres de máxima confianza del presidente- por el escándalo que salpica al novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Alberto González Amador.

Dos cuestiones que dan gasolina a una derecha y ultraderecha inflamadas por la resistencia de un Gobierno al que siempre han imputado una debilidad que no termina de cristalizar. El Partido Popular ya ha dejado algunas pistas en estos días previos al Pleno, incluso con amenazas veladas. El portavoz de los conservadores en la Carrera de San Jerónimo, Miguel Tellado, ha advertido a Sánchez de que u ofrece explicaciones sobre las declaraciones de Aldama y la “corrupción” en Moncloa o se abrirá la puerta a una senda judicial.

Desde hace algunas semanas, contando con el parón de la tragedia de la DANA, el Partido Popular se ha esmerado por abanderar la limpieza y la dignidad política, con todo lo que eso conlleva -véase el historial judicial-, en un intento por arrinconar a Sánchez y a su Gobierno contra las cuerdas de una corrupción que, según sostienen en Génova, ahoga ya a la coalición. Acoso y derribo a Moncloa englobado en su estrategia de desgaste del presidente. De ahí se extrae que afronten el Pleno de este miércoles como otro asalto más del combate de boxeo, pero esta vez inmersos en lo que han bautizado como la “semana negra” del PSOE. Una confluencia de diversos factores que desembocarán este fin de semana con la reelección de Sánchez como Secretario General en el Congreso Federal de Sevilla.

La orden de la planta siete es mantener la posición ante lo que catalogan como un camino de piedras que se le hará largo al PSOE. Al menos así lo creen en el entorno del líder de la oposición, que volverá a ponerse el disfraz de poli malo para arrojar a Aldama, Lobato y la gestión de la DANA contra el rostro de un Sánchez que suele moverse como pez en el agua en estas situaciones. Por ello, sabedores de la resiliencia inherente al presidente, abogan por ser pacientes para evitar dar un paso en falso que haga descalabrar todo el número.

“Nos atacan…”

Sobre ello pasó de manera superficial el presidente este martes; en el seno del Congreso de la UGT. “Nos atacan, pero seguimos aquí en pie”, sentenciaba el jefe del Ejecutivo, quien circunscribía todo este ruido a una serte de campaña de la derecha y la ultraderecha. Cree que los “insultos, las difamaciones o los asedios a la sede del PSOE” se practican porque son los socialistas los que defienden “a la clase trabajadora” o la subida del salario mínimo, la subida fiscal o la Memoria Democrática. Así, a juzgar por lo sucedido en el año 2023, barrunta una nueva victoria de la izquierda dentro de tres años. “Volveremos a ganar a los bulos y a las mentiras”, remató.

Entre tanto, su mano derecha en Ferraz y Moncloa, María Jesús Montero, abogaba por no desviar el foco de lo que entiende como “fundamental”; especialmente en el caso que compete al líder del PSOE-M. La vicepresidenta del Gobierno cree que es necesario remarcar que, pese al ruido generalizado por la titularidad de una presunta filtración, lo importante es insistir en que Ayuso “mintió” con respecto a la situación procesal de su novio. Esa es la única realidad que importa a los socialistas, más allá de la decisión de Juan Lobato de registrar una conversación con alto cargo de Moncloa que reenviaba la confesión de delitos fiscales por parte de González Amador.

"Aquí hubo una presidenta de la Comunidad de Madrid que mintió, y su director de Gabinete, a propósito de la situación procesal de su novio. Por tanto, poco hay que desviar el foco de eso, que es lo fundamental", aseguró este martes en los pasillos del Senado, antes de comparecer en la comisión de investigación sobre el 'caso Koldo'.

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