La sociedad civil así como diferentes y numerosos actores políticos han denunciado una de las iniciativas del Partido Popular enmarcada en su Ley de Apoyo a la Maternidad. Los de Pablo Casado proponen la no expulsión de mujeres en situación irregular que entreguen a sus hijos en adopción. En otras palabras: si una mujer inmigrante que está de manera irregular en el país entrega en adopción a su hijo no será expulsada, pero una vez acabado el proceso, sí podría serlo.

Las críticas han sido la constante desde que trascendiera esta información. Los populares argumentan que “es falso que el PP proponga no expulsar a mujeres en situación irregular a cambio de que entreguen en adopción a sus hijos”. En declaraciones a ElPlural.com, Génova insiste en que “esto es, literalmente, una barbaridad”.

“Lo que sí sería una barbaridad es utilizar los datos que hay que facilitar en un proceso de entrega en adopción como excusa para tramitar el expediente de expulsión de esa mujer. Y eso es lo que queremos evitar por razones humanitarias y por la protección del menor y la madre. Nuestra propuesta es ampliar al ámbito estatal esta medida que con éxito ya existe en la Comunidad de Madrid desde hace tiempo”, argumentan.

En este sentido, parece que lo que propone el PP es que no se pueda expulsar a una inmigrante sin papeles que esté embarazada si acepta entregar a su hijo en adopción, pero una vez acabo el proceso, sí podría ser deportada. Los de Casado alegan motivos humanitarios y hablan de “blindar” a las mujeres en esta situación, pero lo cierto es que este extremo ya lo contempla la Ley y, de hecho, el PP estaría atentando precisamente contra esas razones humanitarias que alegan.

El Artículo 57.6 de la Ley de Extranjería establece que “la expulsión no podrá ser ejecutada cuando ésta conculcase el principio de no devolución, o afecte a las mujeres embarazadas, cuando la medida pueda supone un riesgo para la gestación o la salud de la madre”.

Además, esta misma norma prevé que a la mujer se la pueda conceder el permiso de residencia por arraigo familiar una vez que naciese su hijo puesto que, a todos los efectos, el menor es español. Pero, en el caso de darlo en adopción, esta opción se eliminaría y, en conclusión, se facilitaría la deportación de mujeres extranjeras.

No existe, por tanto, necesidad de “blindar” a las mujeres sin papeles embarazadas porque la Ley de Extranjería ya las ampara, al tiempo que contempla la posibilidad de regularizar su situación. Por tanto, la propuesta del PP en este caso no sería otra que limitar la concesión de los papeles una vez concluido el proceso.