El Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana ha anunciado este lunes la apertura oficial de un concurso internacional de ideas con el que busca dar un nuevo significado al Valle de Cuelgamuros, el polémico enclave anteriormente conocido como Valle de los Caídos. Esta convocatoria, abierta a equipos multidisciplinares de todo el mundo, representa un paso decisivo dentro del proceso de resignificación de un lugar cargado de simbolismo histórico y político, y pretende convertir el espacio en un ámbito de encuentro, memoria y proyección hacia el futuro.

El objetivo principal de este concurso es redefinir tanto el uso como la percepción pública del conjunto monumental y su entorno inmediato. Para ello, se plantea un enfoque desde tres dimensiones clave: la artística, la arquitectónica y la paisajística. Se pretende superar la visión congelada en el tiempo que durante décadas ha caracterizado al valle, promoviendo una intervención que respete la historia sin quedar atrapada en ella. El Gobierno busca así propiciar un cambio profundo en la forma en la que la ciudadanía se relaciona con este espacio, históricamente ligado a la dictadura franquista, y reactivarlo como un lugar de reflexión colectiva.

El concurso se desarrollará en dos fases. En la primera, los equipos interesados podrán presentar sus propuestas hasta el 16 de junio. Un jurado de prestigio internacional seleccionará diez de ellas, que recibirán un premio de 60.500 euros cada una como compensación por los gastos derivados de su elaboración. Estas propuestas finalistas pasarán a una segunda vuelta, en la que deberán desarrollar sus ideas con mayor profundidad técnica y conceptual. La propuesta ganadora obtendrá un premio adicional de la misma cuantía, que se deducirá posteriormente del contrato de servicios que el equipo vencedor firmará con la administración.

El concurso no se limita al diseño arquitectónico. Abarca también la creación de un centro de interpretación, que actuará como espacio educativo y expositivo, así como la musealización del lugar, que podrá extenderse incluso al interior de la basílica, siempre respetando los espacios de culto. La narrativa museística girará en torno a tres ejes: la historia política y arquitectónica del monumento, el uso de mano de obra penada durante su construcción, y las características del entorno natural en el que se inserta.

Además, se contempla la restauración y adecuación de los elementos arquitectónicos del conjunto monumental para garantizar su conservación y un uso seguro y sostenible. La intervención se inspira en modelos internacionales como el Memorial al Holocausto en Berlín, donde la arquitectura actúa como catalizadora de la memoria colectiva y el diálogo democrático.

El proyecto cuenta con un presupuesto global de 30 millones de euros, de los cuales cuatro se destinarán a las fases iniciales del concurso y la redacción de proyectos, mientras que el resto se empleará en la ejecución de las obras. Según ha informado el Ministerio, se prevé que las licitaciones de las obras comiencen antes de que finalice el año 2026, siempre que las condiciones políticas lo permitan.

Una de las claves que ha permitido desbloquear este ambicioso proyecto ha sido el acuerdo alcanzado entre el Gobierno y la Iglesia, por el cual se autoriza la intervención en el interior de la basílica sin que ello suponga su desacralización. La colaboración de la Iglesia ha sido fundamental, y se verá reflejada también en la composición del jurado, que contará con la participación del delegado de Liturgia del Arzobispado de Madrid.

La resignificación del Valle de Cuelgamuros forma parte de una política más amplia de memoria democrática impulsada por el Ejecutivo, que ya ha dado pasos anteriores como la exhumación de Francisco Franco en 2019 o el cambio de nombre del enclave. Con este nuevo concurso, el Gobierno aspira a que el valle deje de ser un espacio de confrontación y pase a convertirse en un lugar abierto a la ciudadanía, donde se fomente el aprendizaje crítico del pasado y la construcción de una memoria compartida.

Lejos de borrar la historia, el proyecto busca encuadrarla en un contexto plural y contemporáneo, ofreciendo una nueva lectura que permita a las generaciones presentes y futuras comprender los hechos, reflexionar sobre ellos y mirar hacia adelante. El Valle de Cuelgamuros se prepara así para iniciar un nuevo capítulo en su compleja trayectoria.

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