El tablero se revierte ante el horizonte electoral de 2023. La fragmentación cambia de nuevo de barrio y amenaza a la izquierda con arrebatarle su hegemonía y entregarle la corona a una derecha agrupada en torno a Partido Popular y Vox, que obtendrían la mayoría absoluta sin necesidad de otras sociedades. Según una encuesta elaborada por Sigma Dos para El Mundo, los conservadores de Casado rozarían el 30% de los sufragios, disparándose hasta los 129 puntos mientras Pedro Sánchez libra su particular batalla con Yolanda Díaz, cuya figura le permite ejercer de cariátide de Unidas Podemos.

La volatilidad de la política española se respira también en la liquidez de los bloques. Si en 2019 la fragmentación (PP, Ciudadanos y Vox) influyó en la derecha y la alejó de Moncloa, esta vez sería la izquierda la que se resentiría en esta cualidad prácticamente inherente a su existencia y de la que se había desquitado. Los socialistas, perderían una parte importante de su potencia parlamentaria, que quedaría reducida a los 99 asientos (25,5% de los votos).

Esta caída de los socialistas, aunque en realidad supone un ligero repunte (0,5%) en la serie histórica del panel demoscópico de El Mundo. Motivos de júbilo en el Partido Popular, aunque sin perder la perspectiva, pues tan sólo es un termómetro que emite una temperatura aproximada de la población a dos años vista de los comicios generales. No obstante, la demoscopia está tratando bien a los de Pablo Casado últimamente, a quien le otorgan la vitola de ganador si los comicios se celebrasen a día de hoy.

Pero además del triunfo electoral, de traducirse estos resultados a la realidad, Casado le entregaría su condición de jefe de la oposición a Pedro Sánchez. Los conservadores accederían a Moncloa siempre y cuando Vox pasara por el aro y les entregaran sus votos a cambio de desalojar al actual jefe del Ejecutivo del Gobierno. La ultraderecha, que se mantiene aproximadamente en los guarismos de 2019, obtendría 47 asientos en la Cámara Baja, traducidos directamente de los 15 puntos porcentuales que aglutinarían.

Por su parte, Yolanda Díaz aún sostiene a Unidas Podemos. La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo mantiene a los morados en torno a los 11 puntos porcentuales, lejos de los casi 13 que obtuvo en las urnas en noviembre de 2019. Eso sí, la encuesta de El Mundo no recoge las últimas afrentas entre los socios de Gobierno a cargo de la reforma laboral o de la inhabilitación de Alberto Rodríguez, lo que podría laminar aún más a la izquierda.

Por su parte, Ciudadanos y Más País empatan en porcentaje de votos obtenido, pero los de Íñigo Errejón golean a los de Arrimadas en cuestión de escaños. Tanto es así, que la plataforma ideada por el ex de Podemos formaría grupo parlamentario propio, mientras que los naranjas, con su uniescaño, pasarían al Grupo Mixto.