La noche electoral andaluza sigue copando la actualidad, pero el trauma de la derrota absoluta en el PSOE, tras la mayoría histórica alcanzada por el Partido Popular, empieza a digerirse en los territorios socialistas. El gran temor, señalan todos los barones con mando en plaza consultados, no es por el PSOE, ni sus siglas, sino por el futuro del espacio a su izquierda, con unas expectativas a la baja a la espera de si el “proceso de escucha” de Yolanda Díaz sirve de revulsivo. “Vamos a tener que ganar a pulmón”, señalan los presidentes regionales del PSOE, ante la posibilidad de que se queden sin la muleta que a muchos les han dado las marcas regionales de Podemos e Izquierda Unida, porque “nuestros socios se están derrumbando en todos lados”.

Todas las baronías consultadas confían en que lo ocurrido en Andalucía es un premio a la gestión autonómica durante la pandemia, que se repetirá cuando llegue el turno de sus respectivos comicios. Para los socialistas, los ciudadanos tienen cada vez más claro qué se vota en cada región: "La gestión del Gobierno no se votaba ahora, pero cuando haya generales el PSOE las volverá a ganar, también en Andalucía”. 

Espadas "no fue buena idea"

Uno de los barones sí apunta a abrir “un periodo de reflexión” y ofrece varias claves para explicar lo ocurrido en Andalucía. Buena parte de la responsabilidad se la achacan en su entorno a la elección del candidato Juan Espadas y a la rivalidad recíproca que hay entre Sevilla y el resto de las provincias andaluzas: “Quizás elegir al alcalde de Sevilla no fue buena idea”. También apuntan estas fuentes a una cuestión generacional, porque no es habitual que un candidato de mayor edad desbanque a un presidente más joven y, además, señalan que tampoco ha ayudado su pasado como consejero de Manuel Chaves y José Antonio Griñán, cuando el trance judicial de los expresidentes andaluces por los ERE “sigue todavía pendiente”.

Otra fuente con mando en plaza reconoce que Espadas “tenía poco recorrido”, pero por falta de tiempo, ante una convocatoria electoral apresurada de Moreno Bonilla, realizada “estratégicamente para dar un espaldarazo al PP”. El PSOE se quedó “descolocado” tras perder la Junta y la nueva etapa del partido “se está construyendo”. Sí reconocen un trasvase de votos que ha perjudicado al PSOE: los de Ciudadanos se han ido todos al PP y un parte del PSOE también se ha ido a Moreno Bonilla “para que no entre Vox”. Pero, en este caso, lo limitan a votantes de clase media urbana que ha podido esquivar “la crisis y los ERTE”, pero se mantiene el apoyo entre la clase obrera.

Todos los barones y baronesas del PSOE tienen confianza - “no hemos caído en el derrotismo ni en el pesimismo”, señalaba un dirigente- y presumen de tener encuestas que premian su gestión durante los años de pandemia. “Las expectativas son las mejores”, señalan en el entorno de uno de los barones. En otro de los gobiernos regionales presumen de las virtudes de gestión y moderación de su barón, alejado de estridencias. Una visión que escapa a los líderes regionales que están en la oposición y que se enfrentan a territorios donde otros partidos llevan años siendo hegemónicos, pero que contrarrestan dando la vuelta a la tortilla, tras lo visto en Andalucía con una mayoría absoluta del PP inédita hasta ahora. “No hay ningún cambio político imposible”, apuntan, “quien sepa entender lo que los ciudadanos piden, tendrán su recompensa”.

Los socios necesarios en Aragón

En lo que sí coinciden todos los barones del PSOE es en la preocupación por las bajas expectativas de sus socios a la izquierda y las previsibles disputas divisorias entre Podemos e Izquierda Unida, a la espera de cómo se resuelva el proceso de escucha prometido por Yolanda Díaz. Todo agravado por la aparición de más movimientos de la España Vaciada que, aún sin representación, resten votos a los socialistas, como ha pasado en Andalucía con formaciones como Jaén Merece Más o Por Huelva. A eso hay que sumar que todas las previsiones para Ciudadanos son nefastas y su desaparición parece inminente, con el consecuente beneficio para el PP. No obstante, algunos barones socialistas aseguran haber detectado que la valoración positiva de su gestión se está traduciendo en captación de voto naranja, del PP y de la izquierda, en un paralelismo, pero a la inversa, de lo ocurrido en Andalucía, a favor de Moreno Bonilla.

 
Javier Lambán dice que el estado de la coalición PSOE-CHA es saludable y da por cumplidos sus compromisos
El presidente de Aragón, Javier Lambán.

Aragón es la región donde más se cristalizan todos esas preocupaciones. La Diputación General está gobernada por una coalición de cuatro partidos en la que está el PSOE (24 escaños), Podemos (5 escaños), Partido Aragonés (3 escaños) y Chunta (3 escaños). Aquí, las mayorías absoluta son una leyenda: nadie las ha conseguido en democracia y varios actores de los últimos años están en riesgo de desaparición. Ciudadanos está en proceso de desguace y la unión entre Podemos e Izquierda Unida está en riesgo. “Van a tener quilombo para hacer las listas”, vaticinan los socialistas. A lo que se suma la irrupción de Aragón Existe, la marca autonómica surgida de Teruel Existe. “Puede que en Zaragoza y Huesca no consigan representación, como sí tendrán en Teruel, pero le quitará votos a las izquierdas”, auguran. “Si nuestros socios no resisten, ganará el PP, pero hay que conformar mayorías absolutas”, avisan. 

Extremadura, pendiente de repetir mayoría absoluta

En Extremadura comparten los buenos sentimientos sobre la candidatura de Guillermo Fernández Vara y el pronóstico es a la inversa que en Andalucía. “Estamos con confianza y tenemos la maquinaria engrasada”, aseguran, “el único partido con proyecto es el PSOE y la oposición está viendo la que se les viene con la desaparición de Ciudadanos y el PP está cambiando de cromo, con un proyecto a medio largo plazo y un candidato que se tiene que dar a conocer”. 

Allí, aunque el PSOE gobierna con mayoría absoluta, también se mira con preocupación el futuro de los posibles socios. El Podemos regional tiene cuatro diputados, pero uno es de Izquierda Unida y el otro de la formación Extremeños, que apunta con escindirse y probar fortuna como marca de la España Vaciada, lo que podría restar votos a las izquierdas en zonas de Cáceres donde el sentimiento de agravio local es mayor que en otras partes de Extremadura. 

Valencia y el "ruido"

El problema con los socios está de actualidad en la Comunidad Valenciana, con la que tanto se ha especulado con un adelanto electoral que ahora mismo descartan en el Palacio de la Generalidad. La imputación de la vicepresidenta Mónica Oltra, de Compromís, genera “ruido” que puede perjudicar el futuro de la coalición, aunque este martes por la tarde se anunciaba la dimisión de la dirigente valenciana. Sin embargo, las fuentes socialistas aseguran que Ximo Puig cuenta “su propia marca” y una “figura muy bien valorada”, frente a un candidato del PP, Carlos Mazón, que sufre “el desconocimiento”. “La sensación es que no hay vuelco”, señala un dirigente cercano al presidente. De hecho, fuentes del socialismo valenciano apuntan a que la situación judicial de Oltra podría redirigir voto progresista al PSOE.

El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, durante la celebración del Día de la Unidad de la Policía Nacional
El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, durante la celebración del Día de la Unidad de la Policía Nacional

La Rioja espera captar votos de rivales

En La Rioja, donde Concha Andreu consiguió el gobierno para el PSOE después de casi 25 años de mandatos del PP, la situación podría ser inversa a la valenciana y las fuerzas a la izquierda podrían quedarse sin representación si la presidenta absorbe sus votos. El gobierno de Andreu se conformó con el apoyo externo de las dos diputadas de Unidas Podemos, que a punto estuvieron de romper su propia unión. Una de ellas pertenece a Podemos y exigía entrar a gobernar con tres Consejerías y una Vicepresidencia, mientras que su compañera, de Izquierda Unida, optaba por un acuerdo programático, que acabó siendo la solución. 

Si en las próximas elecciones se consuma una separación, ninguna de las dos formaciones llegaría al umbral del 5%, que incluso juntas se presenta como un reto. “Sería un desastre”, reconocen las fuentes riojanas, al que se sumaría el retorno del Partido Riojano y la entrada de Vox tras la desaparición de Ciudadanos. Una coyuntura que en el PSOE achacan a que Andreu está “muy bien valorada” y recibe votos de simpatizantes del PP, de Ciudadanos y de formaciones a la izquierda. “Los tuvo ya en 2019 y los está consolidando”, aseguran.

Más comunicación para presumir de logros

Lo que todos los barones tienen claro es que hay que mejorar la comunicación. Citan medidas de calado, como las subidas del Salario Mínimo, la reforma laboral, los ERTE o los datos históricos de empleo. “Solo una de esas medidas ya justificaría una legislatura”, señalan en uno de los territorios gobernados por el PSOE. No sabemos hacer llegar a nuestros mensajes a una parte de la sociedad y debemos mejorar. No se nos entiende o se nos entiende mal”, lamenta uno de los dirigentes socialistas consultados. 

También los fondos europeos son señalados como un logro del Gobierno central, con miles de millones de inversiones que repercutirán en territorios gobernados por el PSOE, como las gigafactorías de Sagunto y de Navalmoral de la Mata para impulsar el coche eléctrico. Sin embargo, se sigue viendo como un gran lastre la situación económica derivada de la guerra en Ucrania, “que depende de un loco”, lamenta un dirigente. “Puedes hablar de crecimiento, pero si la vida se sigue encareciendo, es complicado que el votante valore todo esto”. Lo que todos niegan es la posibilidad de dejar de lado las siglas en las elecciones, como sí hizo Moreno Bonilla y vaticinaban algunos medios sobre el PSOE, y defienden tener el partido “en nuestros pensamientos”. En cualquier caso, los barones del PSOE piden escapar de los intentos de “crear estados de ánimo” negativos de la derecha y mirar porque “el proyecto socialista esté fuerte”. “Ni Moncloa, ni nosotros estamos para aventuras”, concluye uno de los dirigentes.