El líder de Vox, Santiago Abascal, no oculta su homofobia para responder por qué no celebra el Orgullo LGTBI. Es más, se vanagloria de no ser partícipe de una fecha todavía necesaria para reivindicar la igualdad.

Así lo ha demostrado una vez más en respuesta a preguntas de los periodistas, en este caso para La Hora de la 1, de TVE, donde ha dejado claro que él no celebra el Día del Orgullo “porque soy heterosexual” y ha opinado que “muchos gays, tampoco”. “Hay muchos gays que votan a Vox y no se identifican con el mensaje de los lobbies ni merecen un día especial, y yo puedo representar bien a esas personas (…) Hay muchos homosexuales que no lo celebran porque no reducen su personalidad a una querencia sexual”, ha defendido el portavoz del partido ultraderechista, para quien el Día del Orgullo “tiene menos importancia de la que” estos colectivos le “pretenden dar”.

Sobre la violencia de género

Sobre si su formación niega o no la violencia de género, Abascal se ha pronunciado dejando claro que el partido que encabeza “no está de acuerdo con el concepto de género”, ya que en sus filas lo consideran un “término ideológico”. Aun así, mantiene que Vox es quien combate con “más dureza” la violencia contra las mujeres al pedir “prisión permanente para los criminales sexuales”.

Convenio de Estambul 

En la línea de su discurso, Abascal no solo ha cargado contra los derechos del colectivo LGTBI, sino que ha reconocido que no conoce el Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra las mujeres y la violencia doméstica, conocido como Convenio de Estambul. El líder del partido que ha pactado con el PP en media España no tiene constancia de este instrumentos jurídico internacional, uno de los más importantes -sino el más- de ámbito continental y concreto para prevenir y luchar contra todas las formas de discriminación y violencia hacia las mujeres.

El documento quedó ratificado por España en 2014 y, pese a su relevancia, Abascal no lo conoce. Sin embargo, aún y con esas “no le parece relevante” y mantiene que el género es un “concepto ideológico”. En esta línea, ha preferido no responder si abandonara dicho convenio en el caso de que llegara a ser presidente de España.

Extremadura y Murcia

En otro orden de cosas, el líder de Vox ha lamentado la falta de acuerdo en Extremadura cargando directamente contra el PP por sus contantes “desplantes y demonizaciones” por parte del equipo negociador de María Guardiola, candidata de la formación extremeña, a quien acusa de “intento de chantaje permanente”.

“Hemos perdido un mes sin atender el mandato popular”, se ha quejado en directo Abascal, dado que aunque “no se ha producido una mayoría absoluta”, sí que hay una “mayoría alternativa al socialista y al comunismo”

El líder de la ultraderecha en nuestro país se ha quejado también de la situación en la Región de Murcia, donde el partido de Alberto Núñez Feijóo depende igualmente de Vox para alcanzar el gobierno. Sobre ello, Abascal ha sostenido que no va a “regalar” su “confianza a otra fuerza política”. “Ha aceptado el marco mental de la izquierda”, ha asegurado el responsable del partido ultraderechista. "Igual en el PP consideran que caminar junto a nosotros les contamina, pero tenemos una responsabilidad por patriotismo".

Acuerdos PP-Vox

Donde sí hay acuerdos entre PP y Vox es en hasta tres comunidades más después del 28M y más de 140 municipios donde la derecha ha dado los primeros pasos guiada por la ultraderecha. En algunos de esto lugares han quitado o pedido quitar la bandera arcoíris de varios Ayuntamientos entre los que se cuenta Pedrezuela (Madrid), Náquera (Valencia), Tías (Lanzarote) y un largo etcétera de localidades.

A ello se añade que algunos integrantes de la formación ultra no niegan su machismo ni xenofobia, siendo uno de los casos más palpables el de Gabriel Le Senne, presidente de la mesa del Parlamento balear. Entretanto, el PP ha sacado un manifiesto apoyando al colectivo y obviando los acuerdos que hay firmados entre las dos formaciones.

La papelera de la ultraderecha

No es que Abascal no apoye un día como el de hoy, sino que simplemente no respalda en ningún sentido al colectivo. De hecho, va contra él desde el discurso y también desde las imágenes, como quedó claro cuando Vox desplegó una lona en la calle Alcalá en la que aparecía una mano tirando a una papelera el icono feminista, la bandera independentista o la Agenda 2030.

La tela ya está retirada por orden de la Junta Electoral de Zona después de la denuncia del PSOE en la que los socialistas mantenían que la conducta podría ser “constitutiva de un delito de odio”, asunto que desde el órgano han dejado en manos de los tribunales.