Los 315 días de Gobierno en funciones nos han dejado muchas novedades: dos elecciones en un año, tres investiduras de dos candidatos diferentes, paseos continuos de los dirigentes políticos con destino a La Zarzuela… y la última: traspasos de carteras múltiple de una sola persona.

Las elecciones en el País Vasco y Galicia, pero sobre todo la actualidad y las manchas de corrupción han provocado la salida de varios ministros. Al estar el Ejecutivo en funciones, Mariano Rajoy no pudo nombrar nuevos ministros ¿Cuál fue la solución? Que una misma persona se encargara de varias carteras.

Por ello, en 24 horas la tradicional entrega y relevo de carteras entre los ministros salientes y los entrantes puede que se convierta en una carrera para poder estar presente en varios ministerios.

Rafael Catalá, Fátima Báñez y Luis de Guindos tendrán que posar dos veces cada uno porque, aunque repitan como ministros, en la actualidad son los inquilinos de dos despachos de dos ministerios diferentes.  

De rebote para acabar con dos carteras

Hasta que mañana se juren las nuevas carteras, Rafael Catalá está al mando de dos ministerios: Justicia y Fomento. Pero no siempre fue así, Catalá no es una de esas personas que contaron con la confianza de Rajoy desde un principio para ser uno de sus ministros. Catalá llegó de rebote tras la dimisión de Alberto Ruiz Gallardón.

No le gustó nada que su polémica ley del aborto, que acababa con los plazos y despertó protestas y manifestaciones en la calle, no saliese adelante en el Congreso. Tanto, que anunció su renuncia como ministro y se apartó de la vida política.

Es aquí donde encaja el nombramiento de Catalá. Pero como se suele decir, no es cómo se empieza, sino cómo se acaba. Con el nombramiento de Ana Pastor como presidenta del Congreso de los Diputados, el Ministerio de Fomento quedaba huérfano. Con un gobierno ya en funciones, Rajoy necesitaba alguien que se desdoblase y Catalá fue el elegido.

Sanidad y sus tres ministros en cuatro años

Si hay un ministerio que ha vivido mudanzas en su despacho principal durante los cuatro años de gobierno de Rajoy, este, sin duda, ha sido el de Sanidad. Por él han pasado tres ministros.

La primera legislatura de Mariano empezó con Ana Mato como ministra de Sanidad. Exvicesecretaria de Organización y Electoral del PP, exdiputada y… finalmente la ministra del confeti. Varios informes de la UDEF y de la AEAT confirman que se benefició de la trama Gürtel al recibir regalos y viajes. Por aquel entonces estaba casada en régimen de bienes gananciales con Jesús Sepúlveda.

La Fiscalía le exige 28.468 euros por responsabilidad civil como partícipe a título lucrativo. Esto, sumado a su nefasta gestión en Sanidad con la crisis del ébola, acabó con su dimisión.

En el ministerio le sustituyó Alfonso Alonso, hasta entonces diputado por Álava. Antes, entre 1999 y 2007, Alonso había sido el alcalde de Vitoria. Quizás no se veía como ministro, quizás la tierra tira y veía más oportunidades. La realidad es que dejó la cartera para ser el candidato a lehendakari en las elecciones vascas del pasado 25 de septiembre para conseguir sólo 9 escaños.

A Alonso sí le pudieron nombrar tras la salida de Mato, pero cuando fue Alonso el que se marchaba, el Gobierno ya estaba en funciones. Por ello, la cartera de Sanidad se la quedó Fátima Báñez, también ministra de Empleo, Seguridad Social e Igualdad.

Soria y los papeles de Panamá

El tercer ministro que tendrá que darse un paseo entre ministerios para el relevo de carteras es Luis de Guindos. Aunque empezó siendo únicamente el titular de Economía y Competitividad, al estallar los ya famosos Papeles de Panamá el que era ministro de Industria, Energía y Turismo tubo que dimitir, le costó, porque primero se pasó cinco días dando explicaciones que contradecían las dadas anteriormente. S

u nombre aparecía en los papeles y se demostraba que era propietario de varias empresas offshore en paraísos fiscales.

En este momento, el Gobierno ya estaba en funciones así que esta cartera fue asumida por De Guindos. Meses después, Guindos en particular (y el Gobierno del PP en general) intentaron aupar a Soria hasta el Banco Mundial.

Los pesos fuertes

Aunque no se sabe quién ocupará cada ministerio, hay nombres que suenan con fuerza y se asientan como los pilares del nuevo Gobierno de Rajoy. Entre ellos, nadie duda que Soraya Sáenz de Santamaría tendrá un papel clave, aunque ahora tendrá que repartir y encajar sus poderes con una nueva inquilina: María Dolores de Cospedal.

Junto a ellas, parece que apostar a que Fátima Báñez será algo más que importante para el nuevo Ejecutivo será hacerlo a caballo ganador.

Otro peso fuerte podría ser Cristóbal Montoro, no porque quieran darle más poder, sino porque en Génova creen que es el único que puede hacerse cargo de los presupuestos, el que se sabe todo al dedillo y el que puede defender decisiones impopulares. Ya lo ha hecho y puede seguir con ello.

Para saberlo, habrá que esperar 24 horas, pero desde Génova ya apuntan a que sólo se producirán los cambios necesarios para dar una imagen renovada y continuar con el proyecto de Mariano Rajoy.