Es verdad que desde que el nombre del todavía ministro de Industria en funciones salió en los papeles de Panamá, el interesado no ha parado de dar explicaciones. Pero también lo es que cuanto más habla, más contradicciones comete.

Es difícil mantener siempre el mismo discurso, sobre todo, cuando parece que es un mensaje en el que la verdad se muestra un tanto oscura.

En las palabras de Soria, empresas que eran cien por cien inglesas han pasado a ser de la familia; entidades con las que no tenía más que una relación comercial, de repente, se convirtieron en propiedad de su padre… estas y otros deslices que merecen ser recordados