El director general de la Dirección General de Tráfico, Gregorio Serrano, ha recomendado a los parlamentarios presentes en la Comisión de Seguridad Vial del Congreso donde ha comparecido que “nunca escriban nada en redes sociales cabreados indignados o dolidos”.

Serrano ha hecho esta recomendación después de responder a las preguntas de la oposición sobre la gestión en el colapso de la AP-6 por el último temporal de nieve y donde él mismo ha dicho que no iba a responder a valoraciones personales que ya había estado “ocho años en la oposición” y entendía el papel que otros diputados decía estaban haciendo. “Lo asumo con deportividad” y “es su obligación”, ha respondido.

Tras su recomendación sobre redes sociales ha sido imposible recordar sus mensajes en los que echaba la culpa a los conductores por el colapso que provocó la nieve en la AP-6 los días 6 y 7 de enero, y donde miles de ellos quedaron atrapados, así como su respuesta desafiante a las críticas porque siguió la crisis, como él mismo explicó, desde el despacho de su casa en Sevilla.

Culpa a la concesionaria

La reacción del director de la DGT ha llegado después de que la mayoría de la oposición reclamase su dimisión tras no haber llevado ninguna propuesta concreta, así como ninguna autocrítica consistente por su gestión en el

Serrano simplemente se ha limitado a reconocer que hubo “errores y fallos” que impidieron que se funcionara “todo lo correcto que se debería” y ha señalado a la empresa concesionaria tuvo dos fallos “mortales de necesidad” y que su actuación fue “absolutamente incorrecta y desacertada” ya que no restringió de forma coordinada la circulación en las tres vías que gestiona y que tenían incidencia en la nevada, así como que decidió reabrir la autopista dos horas y no activar el protocolo de emergencia hasta las 23.00 horas.

Sin propuestas concretas

Tras relatar durante largo tiempo todo lo ocurrido los días de temporal, apoyado por tablas, gráficos y un puntero al que ha dado buen uso, Serrano ha tenido que vérselas con la oposición que no ha dudado en pedir directamente su dimisión por considerar que no había hecho ninguna autocrítica y que había acudido a comparecer sin ninguna propuesta concreta para mejorar en la gestión.