Un alto funcionario comunitario español ha explicado a ELPLURAL.COM la sensación que se ha instalado en las entrañas de las instituciones comunitarias: tras el 'shock', la urgencia por determinar una respuesta común y un objetivo, que "el divorcio sea rápido, por las buenas y lo menos traumático posible". Llega el momento de gestionar el divorcio y no será fácil, entre otras cosas porque David Cameron ha renunciado al cargo de primer ministro y Bruselas necesita tener un interlocutor claro y con mando en Londres.

Cortar la hemorragia cuanto antes

El artículo 50 del Tratado de Lisboa detalla los pasos a seguir por un país que salga de la Unión Europea, detalla pasos, pero no plazos que pueden ir de los dos a los siete años. Nadie en la Europa continental quiere un proceso largo, y el alto funcionario español cree que "todos los mandatarios de los 27 abogarán por un divorcio rápido, y a ser posible exprés". Las razones son obvias, cerrar cuanto antes esta crisis, dar imagen de fortaleza y unidad.

Pero se retrasarán las grandes reformas

La crisis del euro de 2011 y 2012 estuvo a punto de llevarse por delante la Unión Europea tal y como la conocemos. Ya en 2012 Alemania planteó abiertamente la posibilidad de crear una Unión a dos velocidades, pero en este caso por motivos económicos. Su idea era crear una Zona Euro fuerte con los países sin problemas con la prima de riesgo, y expulsar a la Europa de segunda velocidad a los países con problemas económicos.

Reino Unido siempre ha querido una unión económica pero nunca política. Simplemente de libre circulación de mercancía y capitales, pero nunca quiso una unión bancaria, fiscal, política y de libre circulación de personas. El proyecto político europeo ha avanzado demasiado como para volver a los orígenes de los años 60, pero el temor y el recelo a demasiado intervencionismo de Bruselas, junto a la crisis económica, ha hecho aumentar el euroescepticismo en muchos países, incluso a niveles peligrosos.

Lo que está claro es que el viejo continente quiere un divorcio rápido, pero también está claro que los grandes proyectos de unión bancaria, unión fiscal, la creación de los eurobonos y un presupuesto europeo realmente federal, tendrán que esperar.