En una relación de pareja, no siempre es fácil identificar cuándo una dinámica se vuelve perjudicial. Y aún menos frecuente es reconocer si uno mismo está contribuyendo de forma negativa. La psicóloga especialista en relaciones de pareja, Tania Ruíz, propone una reflexión directa: ¿y si la persona tóxica eres tú?

A través de una serie de comportamientos que tienden a pasar desapercibidos para quien los ejerce, Ruíz ofrece algunas señales de alerta que pueden ayudar a tomar conciencia de actitudes dañinas que, sin llegar a la violencia, deterioran progresivamente el vínculo afectivo.

El monitoreo excesivo

Monitorear cada paso de la vida de tu pareja con la intención de controlarlo es una señal clara”, explica la psicóloga. Esta vigilancia constante, aunque a veces se justifique como preocupación o cariño, puede convertirse en una forma de invasión de la intimidad y generar un clima de desconfianza.

La necesidad de atención constante

Otra conducta que Ruíz destaca es la necesidad de atención permanente: “Exigir atención todo el tiempo, incluso si tu pareja está trabajando, en familia o con otras responsabilidades, es una forma de invalidar su espacio personal”. Este tipo de comportamiento puede derivar en una dependencia emocional que limita el desarrollo individual de ambos miembros de la pareja.

Te molesta la independencia

También resulta perjudicial reaccionar con molestia ante la autonomía del otro. La especialista advierte que sentirse incómodo porque la otra persona tenga un proyecto propio o actividades independientes “refleja una falta de respeto por su individualidad”. La pareja, insiste Ruíz, no debe suponer una fusión completa, sino una convivencia entre dos personas con intereses y tiempos propios.

La revisión de las redes sociales constante

Uno de los puntos más delicados que menciona es el impulso de revisar constantemente las redes sociales del otro. Para la experta, este comportamiento revela inseguridad y una necesidad de validación constante: “Querer verificar que no te está traicionando no es sinónimo de cuidado, sino de desconfianza”.

La invalidación de emociones

Por último, llama la atención sobre una reacción frecuente pero dañina: “Cuando cualquier incomodidad que él exprese la tomas como un ataque personal y tratas de invertir la situación, estás invalidando sus emociones”.

La psicóloga subraya que reconocer estas actitudes no es motivo de culpa, sino un primer paso hacia el cambio. “Ser conscientes de cómo nos relacionamos es clave para construir vínculos más sanos y respetuosos”, concluye.

@psicologataniaruiz

¿Te identificas? Comenta “Yo” para agregarte a mi comunidad gratuita para sanar tus relaciones ❤️‍🩹💬

♬ Idea 10 - Clavier

 

Súmate a El Plural

Apoya nuestro trabajo. Navega sin publicidad. Entra a todos los contenidos.

hazte socio