El nuevo audio de las cloacas del Estado al que ha accedido ElPlural.com, consistente en una llamada producida el 6 de septiembre de 2013 entre el excomisario José Manuel Villarejo y María Dolores de Cospedal, entonces secretaria general de los populares, deja tras de sí un reguero de nombres y conexiones de personas implicadas de lleno en el juego sucio vertebrado por el Gobierno de Mariano Rajoy (2012-2018) y centralizado en el Ministerio del Interior de Jorge Fernández Díaz.
En la llamada, además de dejar patente que Villarejo contaba con información sensible de Juan Ignacio Cosidó suficiente para dinamitar al Ejecutivo de Rajoy, como las instrucciones para seguir a Manuel Morocho y al resto de inspectores que investigaban la Gürtel, se demuestra que existía una red de comunicación para que El Asturiano -sobrenombre con el que se hablaba del expresidente Rajoy- estuviese al corriente de todo el trabajo sucio que estaba realizando el excomisario, encarcelado años más tarde por su corrupción sistemática y sus grabaciones ilegales, entre otras cuestiones.
Otro de los puntos álgidos del diálogo mantenido entre María Dolores de Cospedal y José Manuel Villarejo se produce cuando éste segundo, preocupado por una información sobre su patrimonio empresarial en manos del diario El País, se queja de que no se le esté protegiendo cuando él, claramente, siempre ha trabajado de la misma forma: discretamente y al servicio de un PP al que promete no vender: "Nunca iré en contra del partido que, en fin...".
Dos minutos, una llamada y hasta siete implicados: el excomisario Villarejo, uno de los cabecillas del deep state al servicio de intereses espurios y partidistas; María Dolores de Cospedal, interlocutora habitual con las cloacas y mano derecha en Génova del propio presidente del Gobierno; Juan Ignacio Cosidó, entonces director general de la Policía que utilizó su influencia para, entre otras cosas, perseguir a investigadores de la Gürtel; Manuel Morocho, inspector de la Policía Nacional que sufrió el acoso de la policía patriótica al avanzar en sus descubrimientos sobre la corrupción del PP; Jorge Fernández Díaz, ministro de Interior, desde donde todo se orquestó; Francisco Martínez, número dos de Interior y cabecilla del juego sucio; y, por último, Maríano Rajoy, a quien las cloacas se referían, buscando su anonimato, con dos apodos: El Asturiano y El Barbas.
Conversación íntegra
Villarejo: Lo alucinante es que yo no sé a qué juega Cosidó, eh. Quiere o destruir el PP o destruir el Ministerio del Interior, porque, claro, él sabe que yo sé algunas de las instrucciones que ha dado, como seguir a Morocho [apellido del inspector de la Policía que lideró las investigaciones por la corrupción del PP] o a los de la Gürtel. Esto es algo que no se puede hacer en la vida. Yo no sé luego a quién le ha vendido el éxito de es, pero…
Cospedal: A nadie, a nadie.
Villarejo: Pero María Dolores, vuelvo a repetir que si esas cosas trascendieran es una cagada total, sobre todo porque tú ya me conoces y siempre he sido discreto.
Cospedal: ¿Y no hay manera de…? Yo sé que ahora mismo están haciendo una llamada, eh.
Villarejo: ¿Que si no hay manera de pararlo? Yo ya lo he intentado.
Cospedal: Están haciendo una llamada.
Villarejo: María Dolores, he hablado esta tarde con Paco [Francisco Martínez], como siempre tan cariñoso, que es alguien de quien, junto con el ministro, tengo su apoyo porque yo en todo momento he sido transparente con ellos. Ellos saben que yo nunca iré en contra de las instituciones ni del partido que, en fin… Lo que me parece alucinante, insisto, es que alguien esté en eso y tenga el apoyo del director de la policía, el político… Desde hace tiempo, como tú sabes, yo he utilizado la línea para llegar al asturiano [uno de los sobrenombres, junto al barbas, con el que se hacía mención a Mariano Rajoy] para comentarle las cosas y decirle que no entendía por qué me estaban dando caña cuando, dices, joder, igual lo han pillado a este tío con algo o traficando, pero yo he hecho todo lo que llevo haciendo años, el mismo trabajo…
Cospedal: Sí, sí, está claro Pepe.
Villarejo: María Dolores, por dios, es que yo no creo que tengáis queja...
Cospedal: Que no, que no, que no. Si yo lo que no entiendo es esto. Bueno, voy a ver si yo puedo averiguar algo.
Villarejo: Te lo agradezco.