La campaña electoral de cara a los comicios del 14-F en Cataluña está poniendo a prueba la solidez del Gobierno de coalición. PSOE y Unidas Podemos mantuvieron un cónclave la pasada semana para conjurarse tras varios desaires y desencuentros públicos. Pero la armonía no ha durado ni siete días. Las declaraciones del vicepresidente segundo y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias, sobre los presos independentistas y la salubridad democrática de España han soliviantado a más de un integrante del Consejo de Ministros. Esto en Moncloa. Y en el Congreso, la batalla por atribuirse iniciativas parlamentarias ha generado choques entre ambos grupos que auguran pugnas más allá del marco de las elecciones catalanas.

Moncloa despertó el martes con unas polémicas declaraciones de Iglesias en el diari Ara denunciando que en España “no hay normalidad democrática” puesto que hay líderes políticos “en la cárcel y en Bruselas”. Ni "han puesto bombas" ni "han disparado a nadie”, apostilló. Sus palabras cayeron sobre mojado. El líder morado ya deslizó una incendiaria opinión con respecto a Carles Puigdemont y los exiliados republicanos durante su entrevista en Salvados.

Estas declaraciones no fueron sino el preludio de un aluvión de respuestas de ministros socialistas.

La vicepresidenta, Carmen Calvo, defendió que España “tiene "la normalidad propia de un Estado de Derecho" y es una "democracia seria”. El ministro de Transporrtes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, esgrimió que ninguna democracia “es perfecta” pero las “anomalías” que pudieran producirse no son la tónica habitual. Nadia Calviño, ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital -y una de las que más confronta con Iglesias-, agregó que "España es una democracia plena y uno de los países más abiertos, progresistas y con una democracia más fuerte”.

Fue la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, quien procuró apaciguar, enmarcando las declaraciones de Iglesias en la disputa propia de la campaña electoral: “No hay ningún tipo de polémica respecto a esta cuestión. Estamos en una democracia plena y las declaraciones de estos días tienen siempre que contextualizarlas en el marco de la campaña electoral que se está celebrando en Cataluña”.

La carrera por las iniciativas

Por su el cisma en Moncloa fuera poco, la fractura se hace aún más evidente en el Congreso, donde socialistas y morados aparentan absoluta descoordinación. El PSOE prendió una mecha a finales de enero que aún amenaza con estallar al adelantarse a Podemos y registrar la ley de Igualdad de trato y no discriminación sin contar con el Ministerio de Igualdad ni con la ministra, Irene Montero.

El portavoz del Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos, Jaume Asens (En Comú Podem), instó al PSOE a “rectificar” sus planes de llevar a debate al Pleno del Congreso de la semana que viene su proposición de ley de igualdad de trato. Asens considera que sus socios han actuado de forma "unilateral" sin respetar el acuerdo de Gobierno. "Se está haciendo oposición al Gobierno y se debe corregir”, lamentó.

Lo hizo durante unas declaraciones en rueda de prensa en la Cámara Baja. Una comparecencia que tenía por objeto presentar el registro de la proposición de ley para proteger la libertad de expresión, derogando los artículos del Código Penal sobre delitos de opinión.

Lo curioso es que esta iniciativa se registra apenas unas horas después de que Moncloa, con nocturnidad y sin el conocimiento de Podemos, anunciara desde el Ministerio de Justicia que tenían intención de reformar la carcasa legislativa para evitar casos como el del rapero Pablo Hasel, condenado a nueve meses de prisión por injurias a la Corona y enaltecimiento del terrorismo.

Unidas Podemos se apresuró, justificando eso sí que “por supuesto que el PSOE conocía la proposición de ley” y recordando que ya la registraron la pasada legislatura y en febrero del año pasado, pero tuvieron que deponerla para priorizar la lucha contra el Covid-19.

Asens ha asegurado que no hay “malestar” por las intenciones de Justicia. Sin embargo, el líder del PC, Enrique Santiago, sí que afligió que las manifestaciones de Justicia no eran una “proposición elaborada” ni “un texto articulado”, únicamente una “declaración rápida” tras el caso Hasel.

Más allá del 14-F

Aún escuece en la bancada morada que el Grupo Socialista registrara en solitario la ley de Igualdad de trato y no discriminación. Asens alegó que ambos partidos estaban trabajando juntos  bajo el mando de Montero. Además, reprochó al PSOE las maniobras para “bloquear” la Ley Trans, que suscita un acalorado, y la ley LGTBi. Y es que, el portavoz parlamentario de UP insistió en que el compromiso inicial era presentarlas todas en un mismo bloque tras haberlas trabajado conjuntamente. Eso no ha ocurrido, por lo que se prevé una pugna encarnizada que se trasladará más allá del horizonte del 14F