Desde primera hora de la mañana de este martes los pasillos del Congreso vaticinaban la fractura. La falta de entendimiento y el 'no es no' de Unidas Podemos a la reforma del PSOE a su ley estrella, la del solo sí es sí, se ha apuntalado a escasas horas de la votación entre acusaciones cruzadas y golpes de pecho en pos del feminismo. La esperanza de alcanzar un acuerdo para presentar un texto conjunto entre los dos partidos de la coalición que hasta ahora todos parecían desear y que se asumía factible, aunque fuera muy a última hora, se ha fracturado y se ha evidenciado el distanciamiento. Así, la Cámara Baja ha dado luz verde a la toma en consideración de la modificación de la ley de libertad sexual presentada por el grupo socialista a pesar del freno de los morados. Todo en un pleno dividido, no solo en el sentido del voto de los grupos, sino en las apreciaciones sobre las posturas con dardos contra Podemos por parte del bloque de la investidura.

Luz verde a la reforma del 'solo sí es sí'

En el mismo momento en el que los relojes han marcado las 16:30 de la tarde ha comenzado en el Hemiciclo un debate, que ha jugado las veces de una partida de ping pong, sobre la reforma de la ley del solo sí es sí que ha puesto sobre la mesa el lado socialista de la coalición. Un texto que, a pesar de los intentos que han esgrimido en los últimos días de forma insistente los morados, no ha contado con el apoyo del socio minoritario y ha salido adelante con el voto a favor de la derecha, especialmente del Partido Popular. Esta coyuntura es la principal crítica que han vertido los de Unidas Podemos tanto durante el pleno y horas antes como en los días previos, en los que los movimientos políticos y las estrategias se han colocado en el primer puesto de las prioridades.

Sin embargo, no ha sido hasta cerca de las 21:20 de la noche cuando se ha producido la esperada y esperable votación. Lejos de las palabras y en la práctica parlamentaria, la propuesta ha salido adelante con 231 votos a favor, 56 en contra y 58 abstenciones. Han votado a favor de que esta reforma siga su trámite el PSOE, PNV, PdeCat, Ciudadanos y Partido Popular; se ha abstenido PRC, Coalición Canaria, Compromís, Navarra Suma, Vox y Más País, mientras en el lado contrario se han situado la CUP, EH Bildu, BNG, Junts per Cataluña, ERC y Unidas Podemos, que se han decidido por el "no" al término de un pleno que ha estado marcado por la evidencia de la división de los bloques y el aplaudido alegato feminista de los socialistas. "El PSOE ha manejado esta situación desde la complejidad, la prudencia y la seriedad. La conclusión es evidente, no está funcionando y hay que modificarla. Hay que ser consecuentes y responsables", ha sostenido desde el estrado la diputada y secretaria de Igualdad, Andrea Fernández.

Dardos a Podemos

El consentimiento, el incremento de las penas, el reparo para con las víctimas o la vuelta (o no) al Código Penal anterior, entre otras muchas cosas, son algunas de las cuestiones en las que han basado las argumentaciones los diferentes grupos para apuntalar su postura en la votación. Y es que, lejos de los enfrentamientos en el seno de la coalición, el resto de formaciones parlamentarias han dicho mucho sobre esta reforma. En la defensa de los posicionamientos se han distinguido en primer lugar entre quienes han votado en contra o a favor del trámite, pero también entre los que han considerado que el texto socialista vuelve a la jurisdicción de La Manada, principal crítica de Podemos contra el proyecto socialista. 

Ha sido en este punto donde a los morados le han llovido dardos de uno y otro lado, especialmente en el bloque de los partidos que hicieron posible la investidura. Prácticamente todos los grupos que han votado a favor han asegurado en sus intervenciones que la reforma socialista no vuelve a ese escenario, mientras quienes se han manifestado en contra han situado este punto como base de su oposición. "No supone una marcha atrás ni volver al Código Penal anterior", han afirmado portavoces como los del PdeCat, el PNV o el PP. "Lo que no se puede hacer es volver al modelo anterior, que es lo que defiende el PSOE", han sostenido desde el BNG, ERC o Podemos por contra.

En los pasillos del Congreso, Irene Montero ha apuntado a que "el PSOE se da la mano con el PP para volver al Código Penal de la violencia e intimidación" en esta votación, lo que ha considerado "muy mala noticia para las mujeres de este país". Unas declaraciones que han ido en la línea de la intervención de Podemos en el debate. "Hoy es un día triste. Es algo gravísimo. El PSOE se va a levantar con el PP y Vox a aplaudir una reforma que supone volver al Código Penal de La Manada para preguntarnos si cerramos bien las piernas", ha criticado duramente la diputada y portavoz de los morados, Lucía Muñoz, quien ha insistido en poner en el centro el consentimiento y en sacar pecho de una norma que -dice- es "pionera, necesaria, celebrada y buena".

A juicio de la representante morada, el PSOE ha sucumbido a las presiones de la derecha y de la justicia, que interpreta la ley "en el sentido contrario a la voluntad del legislador". "Están planteando desamparar a las mujeres. Quienes voten a favor manda un mensaje a las mujeres de que son ciudadanas de segunda y valen menos que aguantar la embestida de la derecha. Ni un paso atrás en la defensa de los derechos de las mujeres", ha sostenido la que ha hecho las veces de portavoz morada. Eso sí, al mismo tiempo ha sostenido que las críticas a la legislación primigenia "son ruido" y siguen abiertos a llegar a un pacto conjunto. "Estamos dispuestos a negociar", ha sostenido tras acusar a los socios de aliarse con la ultraderecha.

Una ruptura anunciada

Horas antes de que diera comienzo a esta convulsa sesión, el inmovilismo ya era palpable y el resultado, esperable. A primera hora de la mañana las dos formaciones del Ejecutivo, así como los socios que hicieron posible la coalición, han ratificado la falta de acuerdo entre los partidos que conforman el Gobierno y han evidenciado las distintas posiciones. Todo con acusaciones cruzadas y entre golpes de pecho como adalides del feminismo a solo un día de la conmemoración del 8M. Y es que mientras los morados han colocado en el centro de su estrategia intentar retratar a los socialistas, acusándoles de alinearse con la ultraderecha, la organización mayoritaria ha defendido su propuesta frente a la oposición de los de Ione Belarra.

Podemos, en busca de retratar al PSOE

"Un día muy triste para los derechos de las mujeres". De esta forma ha calificado Javier Sánchez, diputado de Unidas Podemos, el resultado de la votación (a esas horas todavía futurible) en la rueda de prensa previa a la junta de portavoces, en la que ha apuntado a la "fotografía" que se iba a dar en el Hemiciclo. El que ha hecho las veces de portavoz morado -en tanto en cuanto un enfermo de gripe Pablo Echenique no ha podido acudir- ha criticado el "disparate" que supone para la organización la imagen del PSOE junto al PP y Vox en este asunto, así como al retroceso a la sentencia de La Manada que dicen recoge el texto socialista. Precisamente este punto ha sido la base de su postura en las últimas horas, también en el debate, tal y como ha puesto de manifiesto la ministra Montero.

"Desde el Ministerio de Igualdad se han buscado todas las vías para evitar esta situación absurda. Lo vamos a seguir intentando hasta el final, hasta el último minuto", ha sostenido Sánchez, instando una vez más a alcanzar un pacto que diera un sonado portazo a la "imagen terrible a un día del 8M". "Estamos dispuestos a llegar a un acuerdo para salvar un avance feminista. Vamos a intentarlo hasta el final", ha reiterado Sánchez en varias ocasiones durante su intervención, en la que, con todo, no ha mostrado muchas esperanzas de cara a un futuro pacto como parte del proceso parlamentario una vez se ha dado luz verde a la toma en consideración de la norma.

"Si en estos dos meses de propuestas continuas por nuestra parte no ha sido posible, mucho tememos que el PSOE se sume a la ultraderecha para eliminar los avances feministas", ha manifestado antes de recordar sus líneas rojas: el consentimiento. "Aceptábamos un cambio en la parte penal pero no que se pusiera en cuestión el consentimiento. Por eso no ha habido acuerdo", ha sentenciado. El diputado, además, ha defendido el papel y la figura de Montero al frente de la cartera responsable de la norma primigenia y ha rechazado su dimisión, tal y como han pedido de forma insistente desde los partidos de la oposición, especialmente la bancada de la derecha y ultraderecha.

Los socialistas apelan al feminismo

Por su parte, los socialistas han reivindicado "el compromiso del Ejecutivo con la lucha por la igualdad" al tiempo que han colocado "la historia del PSOE" en esta materia en el centro. "Los avances demuestran que es el partido feminista de nuestro país", ha sostenido Patxi López el mismo día que el Consejo de ministros ha aprobado la ley de paridad y en clara respuesta a la dirigente de Unidas Podemos, Ione Belarra, quien en los últimos días ha cuestionado al partido por -dice- "volver al Código Penal de La Manada" con su propuesta. Así, el portavoz socialista ha sostenido que "alguien feminista tiene que poner por encima de cualquier otro interés a las víctimas" para que "sus agresores no vean rebajadas sus condenas".

De esta forma, López ha puesto encima de la mesa el trasfondo de esta brecha abierta en el seno de la coalición a través de dos preguntas: "Hay un problema o no cuando a los agresores se les rebaja la pena" y "quien vota en contra lo hace porque no cree que haya problemas o no quiere soluciones". El PSOE ha defendido con esta fórmula su texto, que dice salva el escollo de la interpretación que hacen los jueces para poner las penas a los condenados, al tiempo que ha respondido a las acusaciones de Podemos. "Me recuerda mucho a la derecha. No se trata de con quién votamos [argumento que han usado los morados contra ellos] sino para quién votamos y hacemos las cosas. Esta modificación la hacemos para las víctimas de las agresiones sexuales", ha dicho.

También ha llamado a reflexionar sobre esta estrategia y "si PP y Vox quiere manifestar la división del Gobierno o si otros con su voto quieren que se manifieste esto". Con todo, han sostenido que esta votación únicamente abre el plazo a nuevos acuerdos para establecer el fondo del proyecto al tiempo que ha reconocido que, aunque existen "diferencias" entre las siglas que conforman el Ejecutivo, esta situación "no rompe el Gobierno". Sin embargo, los pasos contemplados en los reglamentos podrán cambiar esta situación. Ahora, y tras la toma en consideración, los plazos parlamentarios establecen una nueva fase en el devenir de la reforma de la ley del solo sí es sí. Así, habrá que esperar a que se abra el periodo de enmiendas, que durará 15 días, hasta establecer un dictamen. Y en medio, las negociaciones.