Llegó el día D. La primera fecha del calendario legislativo marcada en rojo por el Gobierno de coalición. El Congreso debate la toma en consideración de la reforma de la ley del 'sólo sí es sí', iniciativa gestada entre los muros del Ministerio de Justicia y que ha causado una fractura evidente entre los socios del Ejecutivo. Las tiranteces no remiten, aunque en el entorno de Igualdad aún cabe resquicio a un acuerdo: “Mientras haya vida…”. Así lo transmiten fuentes próximas al Ministerio, mientras en público desde Podemos arrojan más leña al fuego al acusar al PSOE de "traicionar" al movimiento feminista en vísperas del 8 de marzo. Los socialistas rehúyen el cuerpo a cuerpo a este respecto, pese a resaltar que es mejor proponer una reforma que "no hacer nada", a la par que descargan la responsabilidad sobre sus aliados monclovitas.

Dos formas diferentes de encarar una jornada crucial, sin perder de vista las movilizaciones feministas del 8M, que lo tendrán complicado para rehuir el debate sobre el sólo sí es sí. En el ala socialista del Gobierno optan por no pronunciarse más sobre el tema. El jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, echó agua al guiso desde Finlandia, en un intento por restañar y reconducir -al menos en público- el debate interno: “No se trata de enmendar políticamente, sino corregir una buena ley que está teniendo efectos indeseados”. Reivindicó que los dos socios comparten el mismo ímpetu por impulsar el feminismo, recurriendo al rosario de normativas destinadas a favorecer, por ejemplo, la “estabilidad de las mujeres”. En resumen, “pruebas fehacientes” de que PSOE y Podemos “comparten muchas más cosas” que las que les separan.

Sin embargo, en privado ambas facciones muestran aún posiciones irreconciliables. Ninguna de las dos partes quiere dar su brazo a torcer, mientras el sustrato parlamentario de la coalición continúa clamando por no orillar al Ministerio que comanda Irene Montero. “Sin Igualdad no cuenten con nosotros”, ha reiterado hasta la saciedad el portavoz de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Gabriel Rufián. Mismo camino por el que transitan el resto de aliados habituales del Gobierno en la Carrera de San Jerónimo.

Tensionado clavo ardiendo

Nada ha cambiado. Las trincheras prevalecen. La discrepancia no ha mutado hacia una puerta abierta al apoyo a cambio de nada o, en su defecto, a resucitar la vía de la negociación. Sí se percibió, en cambio, un requiebro argumental en Unidas Podemos. Irene Montero, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de la pasada semana, admitió que tan solo una rebaja de condena bastaría para articular una “respuesta unitaria”. Atrás quedan los “machistas con toga” y la “justicia patriarcal” como único blindaje discursivo ante el goteo de reducciones de pena a agresores sexuales. Lo que no cambia en el relato de Igualdad es que la acción del Gobierno ha de nacer desde el consenso y no desde la unilateralidad.

En cualquier caso, Montero verbalizó que trabajaría hasta el “último segundo” para cerrar un acuerdo con el socio mayoritario. Pese a que el tiempo apremia, el sentir es el mismo. Fuentes próximas al departamento de Igualdad aseguran que sus posicionamientos no han variado lo más mínimo: el consentimiento ha de ser el núcleo de la reforma. Sin embargo, el disenso continúa instalado en Moncloa. “Siempre nos hemos mostrado dispuestos a buscar un acuerdo hasta el final y hay que evitar un retroceso al Código Penal anterior”, sostienen voces autorizadas del ala morada del Ejecutivo, que resaltan que “lo importante” es que aún hay tiempo para llegar a un acuerdo, como ha ocurrido con la práctica totalidad de leyes que emanan del ministerio en esta legislatura. “Todo hasta el último minuto siempre”, resumen.

En público, en cambio, Unidas Podemos ha optado por una estrategia más cruda frente al PSOE y la “vergonzosa” votación en el Congreso en vísperas del 8M. La portavoz morada, Alejandra Jacinto, se ha referido al posible apoyo del Partido Popular a la reforma del sólo sí es sí y ha calificado como “lamentable” que el socio mayoritario cayese en las redes de “la derecha y la extrema derecha” para avivar el Código Penal de la Manada. “Volver atrás es una traición”, ha precisado desde el cuartel general morado la también portavoz en la Asamblea de Madrid.  

Ferraz evita el choque

Si en Unidas Podemos todo continúa inmutable, en el PSOE el escenario es idéntico. Dardos por doquier, desquitándose de toda responsabilidad. La estrategia pasa por dejar hacer al resto de grupos y que sus votos les retraten. Al contrario que los morados, en el cuartel general socialista no se vislumbra una variación que de pie a un acuerdo de última hora. “Ya han dicho ellos que no”, comenta un alto cargo de la estructura del partido a este periódico.

No obstante, entre los socialistas argumentan que aún queda mucho, este tan solo es el primer asalto de un largo combate de boxeo. “Es solo la toma en consideración… Todavía queda mucho”, resuelven estas mismas fuentes socialistas. En Ferraz sí crecen los niveles de esperanza, en cambio, en el medio plazo, pero no antes de la votación de este mismo martes. “Esperemos que rectifiquen”, reiteran desde la órbita de la ejecutiva federal. En rueda de prensa, la portavoz socialista y ministra de Educación, Pilar Alegría, ha subrayado que el PSOE tan solo busca “seguir protegiendo a las víctimas”.

En cualquier caso, al PSOE le crecen los enanos. La brecha con sus socios en lo relativo al sólo sí es sí se engrandece, al igual que el soufflé del caso Mediador, a pesar de la celeridad del Grupo Socialistas para limpiar su bancada de impurezas. El ruido mediático resultante lo intentaron acallar desde las máximas instancias de Moncloa, con el anuncio de una ley de paridad recibida con prudencia y alegría al mismo tiempo. La iniciativa parte del jefe del Ejecutivo, sin contar con el ala morada del Ejecutivo. Es decir, sin Igualdad. Según fuentes ministeriales tan solo “informaron” a Unidas Podemos, quienes argumentan que es una propuesta más del Gobierno, sin problema alguno. Lo que sí han reivindicado es que haya "más mujeres feministas" en los consejos de administración.

Los socios presionan a la coalición

Mientras Unidas Podemos y el PSOE siguen encallados, los socios que hicieron posible la coalición presionan para que alcancen un acuerdo conjunto que dé salida a la reforma de la ley del solo sí es sí. Un día más, una semana más, el sentir general de los apoyos del Ejecutivo es de instar a ambas formaciones a sentarse a debatir para presentar un texto unitario, aunque se muestran divididos en cuanto a qué posición tomar en esta coyuntura.

Desde ERC insisten en la necesidad de que “se pongan de acuerdo en un texto” y apelan a que se cuente con el Ministerio de Igualdad que dirige Irene Montero para ello dado que es el que ha desarrollado la norma a reformar. “Es marciano aprobar la ley sin el Ministerio”, aseguran fuentes del grupo parlamentario catalán en conversaciones con ElPlural.com.

Se trata de una nueva petición en consonancia con la postura manifestada en las últimas semanas y desde el inicio del conflicto. Ya la pasada semana su portavoz, Gabriel Rufián, pidió a ambas formaciones que “se dejen de caldos electorales” y se pongan de acuerdo en pos de una mejor “calidad legislativa”. “Sin el ministerio que presentó la ley no se puede”, aseguró entonces en rueda de prensa.

En la misma línea se han manifestado desde EH Bildu, que aseguran que todavía no han decidido el sentido de su voto y lo supeditan a un acuerdo. “Aún no hemos decidido qué votaremos. Seguimos buscando e intentando que el Gobierno llegue a un acuerdo hasta el final”, afirman a este diario fuentes de la formación, que reconocen que ha habido conversaciones en los últimos días para ello pero que anunciarán su decisión el mismo martes.

Arnaldo Otegi, coordinador de estas siglas, ha abogado por "corregir" lo que ha calificado de "efectos indeseados" de la norma, eso sí, pacto consensuado mediante. "Nosotros estamos intentando con discreción y responsabilidad que exista un acuerdo que permita a los socios y el bloque de investidura reformar lo que haya que reformar", ha sostenido el líder vasco antes de defender la necesidad de "recuperar la sensatez, la responsabilidad y el sentido común".

PNV, por su parte, continúa dispuesto a apoyar el texto del PSOE, aunque no avanza si los miembros de la coalición han dado un paso hacia delante para alejarse del divorcio.  “No nos constan avances”, aseguran fuentes del grupo parlamentario antes de confirmar su voto a favor de la toma en consideración. Sin embargo, recuerdan que su sí no es un apoyo a los máximos. “Anunciamos el sí a la toma en consideración, no un sí a todo tal y como está. De hecho, anunciamos que presentaríamos una enmienda”, reiteran.

Hace ya unas semanas, su portavoz Aitor Esteban consideró que el texto socialista “podría servir” para estrechar y delimitar las horquillas de las penas, así como para “acotar” los márgenes de interpretación de los jueces a la hora de aplicar la ley, principal punto de conflicto de esta norma. Sin embargo, ya aclaró que habría revisiones para “introducir en el corazón del Código Penal y de forma estructural” la transitoriedad para que “exista un criterio definido” en la aplicación y en las revisiones de condenas. “No entendemos el empecinamiento de la ministra Montero en no reconocer el error de no poner una disposición transitoria en la ley”, añadió.