Cientos de ancianos que residen en geriátricos están contagiados por coronavirus con positivos confirmados o presentan síntomas, tras la elevada cifra de muertes que se han sucedido desde principios de marzo en las residencias y en hospitales. La Comunidad de Madrid es la más afectada, pero es imposible conocer el número real de fallecimientos debido a la estrategia del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso de no contabilizar a los que pierden la vida después de ser trasladados a los centros hospitalarios.

El Gobierno madrileño ha decidido que ahora sólo informa de los ancianos que fallecen físicamente en las residencias y no contabiliza a los que fueron trasladados a hospitales y murieron allí. De esta manera, ha rebajado en 1.200 la cifra.

El número de ancianos de residencias fallecidos que publicó la Comunidad de Madrid tras el estado de alarma era de casi 6.000, pero ahora dice que son sólo 4.800, según adelanta la SER.

Situación preocupante en otras comunidades

La situación de las residencias no es sólo crítica en Madrid. En Cataluña, en los últimos seis meses el número de contagiados en estos centros suma 17.500 casos, 700 en el último mes y allí han muerto 6.500 residentes.

Otra de las regiones más afectadas es Aragón, donde a día de hoy se han contabilizado casi 800 ancianos contagiados con coronavirus.  En Euskadi son casi 250. La Comunidad Valenciana ha informado de 40 casos en las últimas 24 horas. Andalucía y Aragón rondan los 600, Extremadura, más de 400. 

Asturias sólo informa de los muertos en las públicas

El Gobierno asturiano sólo informa ahora de lo que pasa en las residencias públicas, no en las privadas o concertadas. Por eso en estos momentos únicamente reconoce 94 fallecidos, cuando durante el estado de alarma llegó informar al Gobierno de 230 ancianos muertos en las residencias del Principado.

Las dos únicas posibles vías de entrada del virus en las residencias de mayores son a través del personal que trabaja en los centros y a través de las visitas de familiares. En estos momentos, prácticamente todas las comunidades permiten su entrada, restringidas y con un estricto protocolo. La Rioja, que ha contabilizado sólo un fallecimiento, mantiene prohibidas las visitas a sus centros.