Cerco al presidente de Estados Unidos. Joe Biden compareció ante el fiscal especial, Robert Hur, después de que éste concluyera horas antes que el máximo mandatario retuviera documentos clasificados en su etapa como vicepresidente. En el texto emitido por el fiscal, tras la investigación, destacó que el actual ocupante de la Casa Blanca evidenció una “memoria significativamente limitada” durante los interrogatorios que se le practicaron en 2023. Poco después, en rueda de prensa improvisada, Biden aseguró que está en plenas condiciones cognitivas, consciente de que el factor edad (81 años) y sus reiterados lapsus públicos podrían incidir en la carrera hacia su reelección.

Tengo buenas intenciones, y soy un hombre mayor, y sé qué demonios estoy haciendo”, replicó el presidente a la pregunta de un periodista de Fox. Biden trató de defenderse ante las elucubraciones del fiscal especial, quien catalogó su memoria de “significativamente limitada”. Así, en una rueda de prensa improvisada en la Casa Blanca, aseguró sentirse “bien” tras hacerse públicas las conclusiones de Robert Hur, aunque parte de su argumento se desmoronó cuando, en la sala habilitada para las recepciones diplomáticas, confundió al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, con su homólogo egipcio, Abdelfatah al Sisi.

Biden incurrió en otro desliz horas antes, mientras recordaba una conversación que mantuvo en 2021 en el marco de una reunión del G7 con Angela Merkel. El candidato demócrata a la reelección se confundió de canciller y de época, rebautizando a la democristiana como Helmut Kohl, su antecesor en la cancillería. Una reedición del lapsus que tuvo esta misma semana con Emmanuel Macron, presidente de Francia, a quien se refirió con François Mitterrand.

Sin cargos

El fiscal que investiga el caso de los documentos clasificados que se hallaron el año pasado en poder de Biden ha decidido no presentar cargos penales contra el presidente de Estados Unidos. Durante el interrogatorio, Robert Hur ha descubierto que el mandatario se llevó “voluntariamente” los archivos tras concluir su estancia en la Vicepresidencia en 2017. De hecho, constata que compartió su contenido con terceros, aunque no lo considera suficiente como para imputarlo.

Biden sortea la papeleta de ser el primer presidente imputado en el ejercicio de su cargo

Entre el material hallado en su residencia de Delaware y su antigua oficina en Washington, computan informes sobre Afganistán o cuadernos con información sensible, con anotaciones a mano que “implicaba a fuentes y métodos de inteligencia” emanados de reuniones en la sala de operaciones de la Casa Blanca. Hur sostiene, en un escrito que consta de 388 páginas, que el presidente de Estados Unidos mostró algunos de los documentos a un escritor que le ayudó a concluir su libro de memorias publicado en 2017; Promise Me, Dad.

El informe del fiscal

Hur recoge en su dictamen que durante los dos días que duró el interrogatorio del pasado mes de octubre, el presidente evidenció signos de “serias limitaciones” de memoria. “No recordaba cuándo fue vicepresidente, olvidando el primer día de la entrevista cuándo terminó su mandato, y olvidando el segundo día cuando lo comenzó”, relata el fiscal especial, al tiempo que destaca un estado de “confusión” en el momento de abordar la cuestión afgana que “una vez fue tan importante para él”.

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El documento del fiscal propina un severo golpe al máximo mandatario, inmerso en periodo de primarias demócratas, a pesar de que no parece haber un rival que pueda cuestionar su nominación final. Lo cierto es que la popularidad de Biden cae en barrena desde hace meses y este informe, con su posterior rueda de prensa, no hace sino acelerar el descrédito de su Administración al retratarse como un octogenario superado.

Hur, que fue funcionario del Departamento de Justicia durante la Administración Trump, concluye que “las pruebas no demuestran la culpabilidad de Biden”, más allá de toda “duda razonable”. Esta decisión, continúa el fiscal especial designado por el fiscal general Merrick Garland, hubiese sido la misma en caso de que la política de Justicia no impidiera acusar a un presidente en el cargo. Así, el demócrata sortea la papeleta de convertirse en el primer presidente imputado durante el desempeño de sus funciones.

El movimiento de Biden

Tras conocer el informe, el equipo asesor de Biden remitió una nota de prensa en la que celebraba la decisión de no importarlo y daba carpetazo a la investigación. “El asunto queda cerrado”, remató. “Cooperé plenamente, no puse obstáculos ni busqué retrasos. De hecho, estaba tan decidido a dar al Fiscal Especial lo que necesitaba que seguí adelante con cinco horas de entrevistas en persona durante dos días, el 8 y 9 de octubre del año pasado, a pesar de que Israel acababa de ser atacado el 7 de octubre y yo estaba en medio de una crisis internacional”, reza el escrito de la Casa Blanca. El presidente justifica que “eso era lo que le debía al pueblo estadounidense”.

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No obstante, el buen tono de la misiva contrasta con la agresividad desplegada en la rueda de prensa posterior. El presidente remarcó su inocencia, aunque admitió que asumía la responsabilidad de “no haber revisado exactamente” lo que su personal estaba haciendo. “No infringí la ley. Y punto”, espetó el mandatario. La irritación de Biden se explica con arreglo a las dudas que Hur siembra sobre su estado cognitivo y las lagunas en cuestión de fechas clave de su vida. Por eso, el demócrata lanzó una pregunta al aire en un visible estado de enfado: “¿Cómo demonios se atreve a plantear eso”.

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