Unidos Podemos tiene los días contados. No porque la confluencia haya perdido fuelle en las encuestas tras el debate territorial en Cataluña o porque los gurús que predicen su consumación estén en lo cierto, sino porque tanto Podemos como Izquierda Unida han puesto punto y final a la marca. Uno de los primeros pasos que dieron los morados en su hoja de ruta hacia 2019 fue lanzar una consulta a sus bases sobre el nombre con el que deberá concurrir la formación, y los resultados fueron claros: el 90,75% de los participantes opta por las siglas de “Podemos”. Por su parte, este sábado, Izquierda Unida ha celebrado la Asamblea Político y Social y ha votado que se pacte un “nombre común” que permita mayor visibilidad al partido o que las siglas de IU aparezcan en la papeleta.

El máximo órgano entre congresos de la formación liderada por Alberto Garzón se ha reunido este fin de semana y ha aprobado los documentos Bases para la confluencia electoral 2019 y Hacia las elecciones de 2019: participación, programa y primarias con 87 votos favorables. Una de las aristas era el nombre de la confluencia. A juicio de IU, el ciclo de Unidos Podemos ha llegado a su fin ya que el nombre del grupo confederal no les da suficiente visibilidad. Las pretensiones de ambos partidos son claras, concurrir en confluencia, pero deberán negociar un nombre común o permitir que las siglas de la formación de Garzón figuren en las papeletas.

Por su parte, el pasado domingo 25 de marzo finalizó la consulta a las bases que Podemos lanzó con motivo de las incipientes elecciones europeas, autonómicas y municipales del próximo año, 2019. La cúpula morada preguntaba a los inscritos si concurrir a las diferentes citas con las urnas junto a las “fuerzas hermanas” y si debían hacerlo incluyendo la nomenclatura “Podemos”. Los resultados, marcados por la escasa participación, fueron contundentes: el 90,75% de los inscritos participantes en la consulta ha dado su apoyo a que la formación acuda en coalición a las próximas elecciones municipales, autonómicas y europeas, y a que el nombre de Podemos figure en las candidaturas. Desde Podemos señalaron que “las bases han dado luz verde de forma contundente a la propuesta que presentó el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, en el último Consejo Ciudadano estatal”. “Han dejado claro el formato con el que desean que Podemos acuda a las importantes citas electorales que afrontará la formación durante el próximo año 2019”.

El resultado, ni siquiera los términos en los que se planteó la pregunta, complació a sus socios de Izquierda Unida y al sector errejonista. Los de Alberto Garzón, tal y como publicó El Independiente, insistirá en que “si las siglas de Podemos van en la papeleta, las de IU también”. He aquí el primer escollo para la confluencia de ambas formaciones, que coindicen en la necesidad de concurrir de la mano, pero, en principio, discrepan en la fórmula.

Garzón aseguró en la Asamblea Político y Social de IU que saben que solos no podrán “derrotar" al PP y Ciudadanos, pero ha recalcado que el "modelo de confluencia" será sometido a referéndum de la militancia para hacer "política con mayúsculas". En consecuencia, los afiliados de IU votarán el documento de reforma de los estatutos que permitirá a la militancia elegir el modelo de "confluencia" electoral entre el 2 al 5 de julio, si deciden votar a través de internet, y en el fin de semana del 7 y 8 de julio, si deciden hacerlo de forma presencial.

Pablo Iglesias y Alberto Garzón deberán sentarse en la mesa a negociar la fórmula. Una nueva marca que sustituya a Unidos Podemos y que satisfaga los deseos de visibilidad de ambos líderes.