La precariedad con la que los guardias civiles desarrollan muchas veces su trabajo ha quedado en evidencia nuevamente con motivo de los coches de Ignacio González y otros implicados en el caso Lezo, intervenidos en el marco de esta operación. La Unidad Central Operativa (UCO) de la Gurdia Civil estaba usando estos vehículos y ahora el juez ha ordenado la devolución a sus dueños.

Los guardias van en coches de medio millón de kilómetros
El juez de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, ha ordenado a la UCO la devolución de los seis coches intervenidos al expresidente madrileño, a su mujer, Lourdes Cavero, su hermano Pablo y al jefe de la Agencia de Informática de la Comunidad de Madrid, José Martínez Nicolás, según adelanta la SER. La Guardia Civil había pedido utilizar estos vehículos por el deficiente estado su parque móvil. Como ha publicado El Plural, los agentes realizan su trabajo en coches de hasta medio millón de kilómetros.

El juez ha admitido el recurso de la defensa del expresidente madrileño Ignacio González que pidió la devolución de los coches alegando que “no consta claramente acreditado la vinculación de dichos vehículos con la comisión de los delitos que se atribuyen a los investigados ni que hayan sido producto de las ganancias ilícitas obtenidas”.

En su auto, el juez dice a los investigados que tras la devolución de sus coches deberán conservarlos en “buen estado” y que deben de estar “en todo momento a disposición del juzgado” al estar embargados. Incluso, les insta a “acordar la venta anticipada de los vehículos para cubrir las elevadas responsabilidades civiles en las que pudieran incurrir”.