La palabra segregación en las aulas nos recuerda a las diferentes polémicas conocidas de colegios que separan por sexos, pero existe una versión más actual y que lleva practicando desde hace varios años la Comunidad de Madrid. La segregación entre aquellos alumnos cuyos padres han decidido llevas a sus hijos a centros con programa bilingüe y los que no.

Desde la Consejería de Educación del Gobierno de Cristina Cifuentes se ha decidido ahondar en esta práctica casi si fuese una estrategia para forzar a acudir al programa bilingüe, el gran proyecto del PP madrileño que ha recibido casi más críticas que alabanzas, implantando sólo en éste un taller de radio, negando este recurso a quienes no forman parte de este programa y a quienes se les niega el acceso a muchos recursos pedagógicos para el aprendizaje de lengua inglesa.

Esta es la denuncia que se ha hecho desde el Sindicato de Enseñanza Pública de FeSP-UGT Madrid, el cual considera un error por parte de la Administración educativa limitar este recurso, “que consideramos muy interesante, al alumnado bilingüe, negando al resto la posibilidad de acceder al mismo, lo que solo podemos interpretar como una nueva medida selectiva y segregadora”.

Niños sin plazas

Esta decisión del Gobierno del PP en Madrid de priorizar la enseñanza bilingüe también ha producido en los últimos años una desagradable realidad, que muchos alumnos se han quedado sin plazas en los centros más próximos a sus hogares.

Así lo denunciaron un grupo de padres a ELPLURAL.COM en mayo ya que, cuando llega el momento de pasar del colegio al instituto, los niños bilingües tienen las plazas garantizadas, pero el resto no.

“Estamos viviendo una clara discriminación”, denunciaban, explicando que todo venía desde 2013 cuando la Comunidad de Madrid con la popular Lucía Figar al timón de la Consejería de Educación (antes de que tuviera que dimitir por su imputación en la trama Púnica) presentó el Decreto de Libre Elección de Centro que provocó el caos, porque los padres pueden elegir cualquier centro para matricular a sus hijos, y niños sin plazas.