Willy Toledo suele ser protagonista de titulares y portadas por sus ideas políticas o por el calvario judicial con el que los polémicos Abogados Cristianos le han llevado de tribunal en tribunal con una acusación de supuesta blasfemia. Pero desde hace días, y a pesar de que ha vuelto a ser absuelto de la acusación contra los sentimientos religiosos, todo el protagonismo se lo lleva su vuelta a las pantallas españolas, tras 10 años alejado de cualquier oportunidad de trabajar en la ficción nacional. Ni siquiera la inquina de la derecha organizada en redes sociales para boicotearle ha conseguido tapar su aplaudido trabajo como el inspector Conte en la miniserie española de Netflix, Los Favoritos de Midas. Más bien al revés, el efecto Streisand se ha vuelto en contra a los odiadores profesionales y ha disparado a la serie a los primeros puestos en la plataforma audiovisual.

El actor comparte pantalla con un trío de altura formado por Luis Tosar y Marta Belmonte, en un thriller de seis capítulos dirigido por Mateo Gil y basado en un libro de Jack London. La serie, frenética y plagada de guiños a la actualidad española y a los peores años de la crisis económica, gira en torno a una misteriosa organización encargada de extorsionar a empresarios poderosos para arrebatarles su fortuna a cambio de no asesinar a personas anónimas al azar. Un dilema moral que atrapa al espectador hasta el último minuto, con un final cargado de debate. De su final, de las teorías sobre Los Favoritos de Midas, pero también de libertad de expresión y del Sáhara Occidental, hablamos con Willy Toledo.

PREGUNTA: Vuelves a las pantallas españolas tras 10 años y a los tres días te absuelven de la persecución judicial de los Abogados Cristianos. ¿Con todo lo malo que ha sido, se puede decir que el final del 2020 te sonríe?

Respuesta: Sí, se puede decir totalmente, con contundencia. A mí, en lo personal y respecto a la serie, me está sonriendo, porque además está teniendo muchísimo éxito, es la serie más vista de Netflix, ha tenido unas críticas estupendas y además estoy muy contento con el resultado de mi trabajo, así que está siendo maravilloso. Lo estoy disfrutando muchísimo, disfruté muchísimo del rodaje y la interpretación del inspector Conte, y ahora estoy disfrutando muchísimo del resultado, porque me ha encantado la serie y la aceptación que está teniendo.

Respecto a la absolución, la segunda absolución, es una victoria colectiva, porque si estamos peleando tanta gente por conseguir un Estado laico, porque se respete la libertad de expresión y porque se deroguen de una vez por todas esos tres artículos del Código Penal que hacer referencia a las ofensas a los sentimientos religiosos, es un triunfo para la sociedad. Es un pasito más, pequeñísimo, en el avance hacia una sociedad democrática. Tampoco vamos a decir que le ha cambiado la vida a nadie, pero es un pequeño pasito en lo colectivo como sociedad y un paso de gigante para mí en lo personal y en lo profesional. Espero que a partir de ahora las productoras y las televisiones se den cuenta de que se terminó el rodaje y no le pegué fuego al plató ni asesiné a ningún miembro del equipo ni nada por el estilo.

P: Algunos pueden ver irónico que, ahora que vuelves después de 10 años, interpretes un personaje de policía. Aunque eso es ser actor, ¿no? ¿Qué te ha parecido el papel?

R: Obviamente, yo no haría jamás de un policía torturador en una producción que disculpara o intentara normalizar una cosa tan brutal, por ejemplo, por poner un caso. Conte es un inspector que persigue a los malos, a una supraorganización criminal que por su propio beneficio económico es capaz de asesinar a seres humanos al azar, en medio de la calle, por una extorsión a uno de los suyos, que eso tiene un pase, pero en este caso, es un inspector que persigue a una organización realmente criminal. 

Ha sido una experiencia realmente maravillosa, porque primero salta a la vista que la realización que lleva a cabo Mateo Gil como director es espectacular. La iluminación, el trabajo de arte es realmente de alto nivel. Y además contábamos con un guión estupendo donde los personajes están perfectamente definidos. Tienen todos ellos muchos claroscuros, no son lineales, no habla de malos y buenos, que es el maniqueísmo que se suele usar muchas veces en las narraciones. Tienen una riqueza que ayuda a los actores a interpretarlos. Y luego la realización de Mateo, que es un tío que no da por buena una toma hasta que considera que el actor le ha dado todo lo que quiere que le dé y tiene las herramientas para conseguirlo. Ha sido emocionante volver a trabajar aquí y además en un proyecto como éste.

P: ​Es un thriller cargado de simbolismo. ¿Qué o quiénes podrían representar a Los Favoritos de Midas en la España actual?

R: No te puedo decir alguien en concreto, porque es una organización de organizaciones. Podemos tomarlo como que Los Favoritos de Midas son la supraorganización capitalista por excelencia, el poder dentro del poder o la reunión de todos los poderes: banca, medios de comunicación, industria, multinacionales, judicatura… en fin, un montón de poderes que controlan y deciden sobre nuestras vidas y que se han reunido en esa macroorganización que se ha llamado Los Favoritos de Midas.

P: ​No ha faltado la campaña de “los cuñados”, como les has llamado, pidiendo el boicot a Netflix. Han fracasado, por lo que parece.

R: Sí, sí. Desde aquí quiero darles las gracias, porque realmente lo que han conseguido es todo lo contrario. Ahí está: número uno en Netflix. Con su campaña miserable de boicot, no ya a la serie, sino a todo una plataforma donde hay miles de contenidos, pretendían que la gente se diera de baja en masa. Y lo que ha conseguido en redes sociales es que mucha gente que no se había enterado del estreno haya dicho: “Coño, pues ahora que estos lo boicotean y además está Willy, pues vamos a verla”. Y la consecuencia ha sido la contraria de lo que se esperaban, que sea la más vista en Netflix desde hace días.

Mateo Gil, director de Los Favoritos de Midas, con Willy Toledo durante el rodaje.
Mateo Gil, director de Los Favoritos de Midas, con Willy Toledo durante el rodaje.

P: Los Favoritos de Midas, Antidisturbios, La Casa de Papel… ¿Crees que hay un cambio significativo de cómo se hace ficción ahora en España?

R: Yo creo que sí, que la llegada de las plataformas ha permitido que se aprueben proyectos mucho más arriesgados, más al cabo de la calle y comprometidos con el tiempo histórico y la situación social que nos toca vivir. Con contenidos más arriesgados, ya no se tienen que hacer series pensando en que la tienen que ver todos los públicos y se pueden realizar producciones televisivas dedicadas a un público específico, pero hay una oferta para todos los públicos a la vez. Porque hacer una producción que valga para todos provoca que tenga unas ataduras que complican sacar una producción de calidad.

Estamos viviendo un momento dulce en cuanto a contenidos y también en cuanto a empleo. Porque hace cinco o seis años los equipos técnicos se estaban muriendo de hambre y teniendo que dedicarse a cualquier otra cosa porque no había trabajo. Ahora tengo entendido que está siendo complicado completar equipos porque hay mucha gente trabajando. Y con actores y actrices nos está pasando lo mismo, quizá no tanto. Pero es un buen momento para la televisión, que al fin y al cabo es un medio tan poderoso, tan interesante y tan hermoso como el cine. Se pueden contar historias igual de fascinantes y era algo que quienes deciden los contenidos no habían entendido durante años. Pero ahora está entrando mucho aire fresco.

P: ​Te han perseguido con una acusación de blasfemia, pero te han absuelto. Vuelves a trabajar en España después de 10 años, pero piden tu boicot, y a su vez consiguen que la serie sea la más vista… La libertad de expresión en España, ¿mejora, empeora o sigue igual?

R: Yo creo que seguimos igual. No sé qué medio publicó que España es el país del mundo con mayor número de artistas perseguidos judicialmente contra su derecho a la libre expresión. Ya sea Abel Azcona, por presentar instalaciones artísticas en las que denuncia la pederastia de la Iglesias, de la que él mismo fue víctima; ya sea Valtonyc, que se ha tenido que exiliar por cantar “los borbones son ladrones” y ahora estamos viendo lo que se está publicando; Pablo Hasél por decir lo que le dé la gana; la Santa Hermandad del Coño Insumiso; Drag Sethlas, que ganó el concurso Drag Queen de Las Palmas de Gran Canaria durante dos años seguidosy  está siendo perseguido también por su libertad de expresión… la lista es interminable.

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Somos el país que más persigue a los artistas para intentar cercenar expresiones que incomodan generalmente al poder. Porque quienes denigran, persiguen y humillan a las minorías, quienes nos dicen que los inmigrantes son ladrones y violadores, quienes pretenden retrotraer a las mujeres al franquismo respecto a su derecho al aborto, quienes persiguen a los homosexuales y transexuales… Esos tienen la absoluta libertad y patente de corso para expresarse libremente en este país, y es lo triste. La expresión tiene que ser libre hasta que no cometas un delito, pero curiosamente a quienes nos persiguen es a quienes luchamos por la justicia social y nos enfrentamos al poder. La libertad de expresión en España es una quimera que todavía no existe para las clases populares, el pueblo y los artistas.

P: ​Eres uno de los activistas por el pueblo saharaui más conocido. ¿Qué está pasando en el Sáhara Occidental y qué debería hacer España?

R: España debería primero asumir su responsabilidad. Y la legalidad internacional que dice, según Naciones Unidas, que España sigue siendo el administrador único del territorio del Sáhara Occidental, puesto que es la potencia ocupante, puesto que todavía está dentro de los casi 20 territorios del planeta pendientes de descolonización. El Estado español le entregó a Marruecos una provincia que era española, como si les hubiesen entregado Soria o Cádiz, a una potencia ocupante apoyada desde atrás por Francia y los Estados Unidos de América, y les brindan el paso y les dejan que suceda una ocupación salvaje y criminal, una colonización por parte del Ejército marroquí, una persecución implacable contra el pueblo saharaui y el comienzo de una guerra que duró 17 años.

El Gobierno español lo que debe hacer es asumir su responsabilidad, reconocer al Frente Polisario como representante único del pueblo saharaui y reconocer a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) como un estado soberano. Nadie está pidiendo que manden tropas. Porque no existe un solo país del planeta, ni siquiera Francia o EEUU, que son los principales apoyos de Mohammed VI, que reconozca el territorio del Sáhara Occidental como perteneciente al Reino de Marruecos. Sin embargo, hay más de 70 países en el mundo que reconocen al Polisario, al Territorio del Sáhara Occidental y a la RASD, entre otros la Organización de Estados Africanos.

P: ¿Cómo está actuando el Gobierno español?

R: Creo que la postura que están teniendo es miserable, vil y rastrera. Y una vez más, como pasó con Felipe González, ahora Pablo Iglesias y Alberto Garzón y la supuesta izquierda dentro del Gobierno español se ha dedicado a poner tuits las resoluciones de las Naciones Unidas. Señores, ustedes son el Gobierno. Y hace cinco años, Pablo Iglesias se presentó en un acto por la independencia del pueblo saharaui y prometió, igual que prometió Felipe González en el año 76, apoyar sus reivindicaciones cuando llegara al Gobierno. Bueno, ya están en el Gobierno y están escondiendo la cabeza. No es mirar para otro lado, sino mirar hacia los intereses de Marruecos y de las empresas que se están llevando crudo todo los recursos naturales del Sáhara Occidental que son inmensos.Se lanza la idea de que es un terreno baldío de piedras y rocas, pero tiene el caladero de pesca más importante del África Occidental, reservas de litio, de azufre, de arena… es una potencia económica que podría tener un estado con estabilidad económica para repartir entre su pueblo, que son pocas personas. 

Lo que ha pasado es lo que tenía que pasar tarde o temprano porque el pueblo saharaui lleva desde 199, que se firmó el alto el fuego, ejerciendo una lucha diplomática y pacífica para que se reconozcan sus derechos. Y al final, por una agresión marroquí, que es lo que ha pasado, se viene un drama terrible. Se viene una guerra y ahora hay miles de chavales y chavalas saharauis alistándose al ejército para defender su tierra y sus derechos. Y la postura del Gobierno es como la de todos los partidos cuando llegan al poder. Cada noviembre voy a la manifestación por el pueblo saharaui y cuando gobierna el PP está el PSOE detrás de las pancartas y cuando gobierna el PSOE, está el PP en las pancartas. Lo estuvo Izquierda Unida y lo estuvo Podemos antes de llegar al Gobierno, y ahora hay que exigirles que tomen una postura clara. Puede que no tengan la fuerza suficiente, pero que se haga la denuncia clara y la postura pública. Pero se están plegando a los intereses de los de siempre, están haciendo lo que hacen siempre los de siempre.

Luis Tosar, Willy Toledo y Mateo Gil durante el rodaje de Los Favoritos de Midas
Luis Tosar, Willy Toledo y Mateo Gil durante el rodaje de Los Favoritos de Midas

ALERTA SPOILER SOBRE EL FINAL DE LOS FAVORITOS DE MIDAS

P: Con Los Favoritos de Midas ha pasado algo que es muy interesante cuando sucede con las series, que esla aparición de teorías. ¿Con cuál te quedas tú? ¿Quién está en la limusina al final?

R: Yo creo que da un poco igual, porque mucha gente está diciendo que si no nos dicen quiénes son Los Favoritos de Midas. Pero yo creo que se explica bastante bien durante la serie. Creo que ponerle un rostro es bastante absurdo. ¿Quién va a ser, a quién metes dentro del coche? ¿Al director del periódico El Observador Nacional; a Jose, la amiga empresaria del protagonista; a la secretaria de Estado del Gobierno…? No, dentro de esa limusina está el poder, que todo lo corrompe y que a casi todos corrompe, no a todos. Basta con eso. En el coche están Los Favoritos de Midas, el poder dentro del poder.