Ozzy Osbourne ha muerto a los 76 años y el mundo del rock se queda sin una de sus figuras más icónicas. El incombustible vocalista de Black Sabbath, conocido tanto por su talento como por sus excesos, nos deja tras una vida marcada por la genialidad y la oscuridad que él mismo convirtió en arte.
La muerte de Ozzy Osbourne: un adiós anunciado
Ozzy Osbourne, nacido como John Michael Osbourne en Birmingham (Reino Unido) en 1949, ha fallecido este miércoles a los 76 años, según ha confirmado su familia en un comunicado emitido en redes sociales. La causa de la muerte no ha sido detallada, pero se produce tras años de problemas de salud que incluyeron un diagnóstico de Parkinson, varias operaciones quirúrgicas y secuelas derivadas de un accidente doméstico en 2019.
A pesar de su frágil estado físico, el cantante nunca perdió su espíritu combativo ni su conexión con los fans. Hasta hace poco seguía hablando de su deseo de volver a los escenarios, aunque su retirada oficial llegó en 2023, cancelando su última gira por Europa y reconociendo que su cuerpo ya no podía seguir el ritmo de una estrella del rock.
Un legado imposible de repetir
Con la muerte de Ozzy Osbourne, desaparece uno de los grandes pilares del rock del siglo XX. Como líder de Black Sabbath, banda pionera del heavy metal, Ozzy ayudó a definir un género que se alejaba del pop convencional y abrazaba la oscuridad, el ruido y la transgresión.
Canciones como Paranoid, Iron Man o War Pigs no solo se convirtieron en himnos, sino en manifiestos generacionales. El estilo vocal inconfundible de Ozzy, junto con su presencia escénica demoníaca y carismática, marcaron a generaciones enteras de músicos y oyentes.
Tras su salida de Black Sabbath en 1979, Ozzy no solo sobrevivió, sino que reinventó su carrera en solitario con álbumes como Blizzard of Ozz o Diary of a Madman, y creó una identidad propia como el “Príncipe de las Tinieblas”. En los años 2000, sorprendió a todo el mundo al abrir su vida privada a las cámaras en el reality The Osbournes, convirtiéndose en una figura pop más allá del metal.
Entre la gloria y la autodestrucción
Hablar de Ozzy Osbourne es también hablar de excesos. Su historial con las drogas y el alcohol es legendario, hasta el punto de que muchos expertos consideraban un milagro que siguiera vivo en las últimas décadas. Él mismo bromeaba sobre su longevidad en entrevistas, sabiendo que había sobrevivido a comportamientos autodestructivos que habrían acabado con cualquiera.
Desde morder la cabeza de un murciélago en pleno concierto —un episodio que él siempre describió como un accidente— hasta ser arrestado por orinar en lugares públicos, Ozzy convirtió la provocación en parte de su personaje. Pero también fue una víctima de ese personaje, como reconoció más tarde en sus memorias, en las que detalló años de adicción, crisis personales y problemas familiares.
Reacciones a su muerte: el mundo del rock, de luto
Tras conocerse la noticia de la muerte de Ozzy Osbourne, miles de fans y artistas han inundado las redes sociales con mensajes de condolencias y homenajes. Bandas como Metallica o Foo Fighters han publicado emotivos tributos, recordando a un artista que abrió caminos para todos ellos.
Su esposa, Sharon Osbourne, ha compartido una imagen de ambos abrazados junto a un breve mensaje: “Mi corazón está roto. Gracias por todo, mi amor eterno”. Los hijos de la pareja, Jack y Kelly, también han rendido homenaje a su padre con mensajes llenos de emoción.
Ozzy Osbourne: inmortal en la historia del rock
La muerte de Ozzy Osbourne cierra un capítulo irrepetible de la música contemporánea. Las guitarras seguirán sonando en su honor, las camisetas negras seguirán llevando su rostro, y el grito de “¡Ozzy!” resonará en estadios y festivales durante décadas.
Puede que el “Príncipe de las Tinieblas” haya apagado su llama física, pero en cada riff, en cada pogo y en cada alma rockera, Ozzy Osbourne vivirá para siempre.