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María Melero: La cura (Jekyll & Jill Editores)

 En los cortometrajes de Michael Dudok de Wit, así como en su película La tortuga roja, el cineasta nunca se sirve de las palabras, dejando todo su juego a las imágenes: que hablen las ilustraciones y los movimientos, acompañados de la música. El ejercicio que hace María Melero en esta brevísima obra en torno a cómo afrontar nuestros miedos, sigue más o menos los mismos caminos: las ilustraciones se nos ofrecen sin acompañamiento de palabras, no hay bocadillos ni narración. Sólo al inicio de cada capítulo hay unas breves líneas de introducción que hablan en términos generales de lo que luego desarrolla la obra: El Miedo, La Lucha, El Veneno, La Cura, conceptos que la autora simboliza mediante animales peligrosos y criaturas sobrenaturales.  (José Ángel Barrueco)

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David Wagner: De qué color es Berlín (Errata Naturae)

 El escritor alemán David Wagner, del que Errata Naturae ya había publicado Cosas de niños en 2015, aprovecha sus paseos por el Berlín actual para devolvernos la ciudad desde la perspectiva del caminante, del flâneur que se mueve por las calles y por los parques y los jardines, que entra en bares y restaurantes, que despliega su conocimiento sobre el casco urbano en el presente y en la antigüedad. No, Berlín no es feo. Berlín es hermoso, pese a la basura con frecuencia nada pintoresca y a su silueta de esquinas y aristas, escribe en la página 127. Wagner elabora una guía literaria (no turística) para quienes quieran descubrir Berlín en la actualidad.  (José Ángel Barrueco)

Shirley Jackson: Siempre hemos vivido en el castillo (Editorial Minúscula)

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La gente del pueblo siempre nos ha odiado, dice Merricat, la narradora de dieciocho años de esta novela de culto. Mary Blackwood vive en una casa con su tío y con su hermana, que jamás salen a la calle: el pasado los arrastra porque hubo un envenenamiento familiar, años atrás, y el asunto nunca se aclaró del todo. Los personajes ocultan secretos y siempre parecen sospechosos a los habitantes de la aldea. Esta novela, en una nueva edición con una cubierta mucho más atractiva, es uno de esos libros de atmósfera inquietante y dobles sentidos, en la línea de Picnic en Hanging Rock (otro novelón, de Joan Lindsay), que entusiasman a todo el mundo. La adaptación cinematográfica ya está en fase de postproducción. El libro es sutil e inolvidable. (José Ángel Barrueco).

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Nicolás Cabral: Las moradas (Editorial Periférica)

Tras Catálogo de formas, novela editada también por Periférica en 2014, la editorial publica Las moradas, colección de relatos del escritor argentino Nicolás Cabral. Nueve relatos que muestran a un autor que explora en cada uno de ellos las posibilidades del género y de la forma literaria, experimentando con el lenguaje y la construcción externa, desde algunos más ‘comunes’ hasta otros, como ‘Cierto lugar’ o ‘En la penumbra’, en los que rompe el sentido lineal y busca nuevas formas de expresión. Cabral se sumerge en la realidad desde una mirada que roza lo fantástico en muchos casos para, paradójicamente, hablar de lo terrenal con mayor exactitud. Multitud de voces que rompen los márgenes establecidos que, a pesar de la irregularidad del conjunto, muestran a una escritor inquieto y sin un centro fijo en el que situarse. Al fin y al cabo, el libro comienza con dos citas, de Teresa de Jesús y Jacques Lacan, dos nombres que pueden parecer muy lejanos y que, sin embargo, conectan a través de las páginas de Cabral. (Israel Paredes)

[[{"fid":"59123","view_mode":"ancho_total","fields":{},"type":"media","attributes":{"height":"210","width":"140","style":"float: left;","class":"img-responsive media-element file-ancho-total"}}]]Chuck Palahniuk y Cameron Stewart: El club de la lucha 2 (Reservoir Books)

Recuperamos El club de la lucha 2, de Chuck Palahniuk y Cameron Stewart, que fue publicado el año pasado coincidiendo con los veinte años desde la salida de la primera parte, en este caso, en forma de novela, una obra capital de la literatura norteamericana de los noventa y que el autor decidió continuar pero, en esta ocasión, en novela gráfica para ampliar las posibilidades del relato y explorar nuevos caminos, siendo Stewart el encargado de las ilustraciones. Esta segunda entrega nos muestra a Sebastian casado y con hijos, viviendo una vida plácida gracias a un medicamento que le permite dejar a Tyler Durden en la oscuridad. Pero un día su mujer se cansa de su vida y decide cambiar la medicación de su marido. Y Durden vuelve a resurgir. Esta segunda parte difiere en la forma a su antecesora, pero en el fondo sigue planteando las mismas cuestiones y, aunque en un contexto diferente, sigue indagando sobre la sociedad y su construcción. Ahí reside su interés: en recuperar una idea y adaptarla a unos cambios sociales, veinte años después, que siguen mostrando al hombre cohibido, exento de libertad, necesitado de liberar sus deseos más primarios. (Israel Paredes)