
Este dato figura en un estudio realizado por la Confederación Española de Cooperativas de Consumidores y Usuarios (HISPACOOP), denominado “CORRECTO APROVECHAMIENTO DE LA COMIDA EN NUESTROS HOGARES”, financiado por el Instituto Nacional del Consumo. Se trataba de saber cuánta comida se tira, qué comida se tira y por qué se tira comida.
En base a esto, se puso en marcha un panel de 413 hogares, distribuidos geográfica y demográficamente, de forma que eran representativos de la totalidad de los hogares españoles.
El panel ha tenido una duración de siete días seguidos correspondiéndose con una semana “tipo”, durante la cual el responsable de la gestión de los alimentos en el hogar ha detallado en cuatro momentos diferentes del día -desayuno, comida, cena -:
1) cada alimento desechado, identificándolo como perteneciente a uno de los 12 grupos en los que se han clasificado la totalidad de los alimentos;
2) la cantidad desechada de ese alimento, en una escala de medidas y equivalencias diseñada para facilitar la cuantificación del mismo, y
3) el motivo por el que ha tirado cada uno de los alimentos previamente detallados.
Durante la semana “tipo” de observación se han desechado, en los 413 hogares que han participado en el panel, un total de casi 554 kg de alimentos, lo que supone que en estos mismos hogares se desechan más de 30.000 kg de alimentos al año.

Esta cantidad de alimentos, elevada a la población general, nos refleja la cantidad de alimentos que -habiendo podido ser válidos para el consumo- se tiran en un año en los hogares españoles: un millón y medio de toneladas -1.521.066 T-.
El estudio da algunas recomendaciones:
Diseñar un catálogo de buenos hábitos y consejos prácticos para evitar el desperdicio de alimentos y propiciar una mejor gestión de los mismos, facilitando a la población las bases de una adecuada planificación en cuanto al almacenamiento, conocimiento y preparación de los alimentos en el ámbito doméstico.
La realidad es que ninguna de nuestras administraciones ha tomado muy en cuenta estas recomendaciones y no parece una prioridad de las mismas evitar que se sigan tirando a la basura más de un millón y medio de toneladas de alimentos.