Este lunes, el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, se enfrenta a una importante votación en la que aspira a convertirse en el próximo presidente del Eurogrupo, el órgano que reúne a los ministros de Finanzas de los países de la eurozona. Competirá por el cargo con el irlandés Paschal Donohoe, del Partido Popular Europeo (PPE) y actual presidente que busca la reelección, y con el lituano Rimantas Sadzius, también socialista como Cuerpo.

La elección decidirá quién liderará este foro durante los próximos dos años y medio, un periodo que estará marcado por un complejo contexto internacional, con crecientes tensiones geopolíticas, desafíos comerciales globales y la necesidad de reforzar el papel del euro frente a la hegemonía del dólar.

Desde el Ministerio de Economía español aseguran que la candidatura de Cuerpo ha sido "bien recibida" y confían en que sus propuestas generen consensos, aunque admiten que el ministro deberá convencer a una mayoría de países gobernados por partidos conservadores. Entre ellos figuran siete miembros del PPE: Bélgica, Croacia, Grecia, Irlanda, Letonia, Luxemburgo y Portugal, además de Finlandia e Italia, con gobiernos alineados con la derecha radical.

Fuentes diplomáticas consultadas por Europa Press consideran que Donohoe parte con ventaja, ya que contaría con al menos siete votos asegurados, de los once necesarios para ganar. Por el momento, solo el Gobierno de Eslovaquia, presidido por el socialdemócrata Robert Fico, ha mostrado públicamente su respaldo al candidato español. La votación, que requiere mayoría simple, podría prolongarse en varias rondas si ningún aspirante consigue la cifra mínima de apoyos en la primera vuelta. En ese caso, se espera que el candidato socialista con menos votos se retire, siguiendo la práctica habitual para facilitar el consenso dentro de su familia política.

Balance desfavorable

La historia reciente no ha sido favorable para España en este cargo. En 2020, Donohoe ya derrotó a Nadia Calviño, entonces vicepresidenta económica del Gobierno español, pese a que era considerada favorita. En 2015, Luis de Guindos también perdió la carrera por el Eurogrupo frente al holandés Jeroen Dijsselbloem. Aun así, ambos acabaron ocupando puestos relevantes en instituciones europeas, como el Banco Central Europeo (BCE) o el Banco Europeo de Inversiones (BEI), lo que mitiga el impacto político de aquellas derrotas.

Desde el Gobierno español aseguran que no temen que las cuotas de nacionalidad para el reparto de altos cargos europeos condicionen la elección de Cuerpo. “Más allá de nombres, partidos o equilibrios geográficos, hay un consenso claro en la necesidad de dar un nuevo impulso al Eurogrupo”, subrayan fuentes del Ministerio, que defienden que presidir este foro supondría un reconocimiento a la posición de España en la UE.

En cuanto a sus prioridades, Cuerpo aboga por reforzar el papel internacional del euro, promover la estabilidad financiera, y garantizar una política fiscal responsable. A su juicio, el Eurogrupo debe convertirse en una herramienta clave para avanzar en la integración económica europea.

Estas ideas coinciden con las que España ha impulsado junto a Alemania, Francia, Italia y Países Bajos, en un documento conjunto en el que pedían reformar el funcionamiento del Eurogrupo. No obstante, fuentes diplomáticas insisten en que ese texto “no iba dirigido contra Donohoe” ni constituía un respaldo directo a Cuerpo, sino que buscaba mejorar la eficacia del foro.

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