El espectáculo de Los Vivancos no es para contarlo, es para verlo y vivirlo. No estamos ante una exhibición de luz y sonido con siete hombres bailando, estamos ante un despliegjue de vida, de fuerza, de autenticidad, de coraje y maestría estética. Son bailarines de flamenco, de balet, de tango, de rock, el New York Times definió su obra como "una danza como un concierto de Rock brutalmente artístico". Otras críticas hablan de frescura, de virtuosismo, de incendio en el escenario, pero no hay que olvidarse que en realidad Los Vivancos ponen fuego a los sentimientos con sus movimientos en la escena.

Actualmente están actuando en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid. Permanecerán en la capital de España hasta el día 12 de diciembre, hay un mes de margten para poder vivir esta experiencia.

Los hermanos Elías, Judah, Josua, Cristo, Israel, Aarón y Josué Vivancos después de recibir una larga formación en el arte y, tras haber colaborado en muchas de las más importantes compañías de danza del panorama nacional e internacional, deciden en 2007 unir sus carreras profesionales para crear su propia compañía, Los Vivancos, considerada uno de los fenómenos músico-escénicos más importantes del mundo.

Los Vivancos han actuado ya cerca de 900 veces en 200 ciudades, 37 países y ante más de 1.800.000 espectadores. El reconocimiento a su labor se ha visto avalado no solo por la critica y el éxito de sus giras, sino también por numerosos premios recibidos, entre ellos el “Guinness World Record” al Zapateado Más Rápido del Mundo.

Esta sería una forma de describirlos: “Ars Gratia Artis”.  "El arte por la gracia del arte, que se convierte aquí en el espectáculo por la gracia del espectáculo. Los estetas burgueses del siglo XIX abogaron por hacer del arte un fin en sí mismo, dotándole de un carácter absoluto, pretendiendo que estuviera solo al servicio del puro goce estético. Era el arte por el arte. El arte, solo por su belleza". Posiblemente así lo ven los puristas pero este espectáculo es una exhibición, representación, función, demostración, diversión que hay que vivir y verla con las tripas y, entonces, te llegará al corazón. ¡Ah! y un detalle, la hermandad se pasea por el teatro como una familia en la que ingtegran a los espectadores.