El PP siempre ha tenido muy clara su estrategia: si no ganamos las elecciones, los echamos. Y si no se van, los destrozamos. Lo hicieron en su día con Felipe González y con José Luis Rodríguez Zapatero y ahora intentan hacer lo mismo con el presidente Pedro Sánchez. A la derecha solo le gusta la democracia si ganan ellos.

Feijóo estaba convencido de que iba a ganar las elecciones generales de 2023. Lo decían todas las encuestas pagadas de los medios de la derecha, pero los ciudadanos libremente decidieron otra cosa. Subieron el tono. Aznar llegó a comparar la amnistía con el golpe de estado del 23F, luego se supo que Feijóo pretendía hacer lo mismo. Subieron aún más el tono. El PP soñaba con un “sorpasso” en Euskadi, pero el PSE casi le ha duplicado en parlamentarios y ha obtenido los mejores resultados desde 2012. Y cuando faltan las razones, atacan a la familia. ¿Qué importa al PP hacerlo sin argumentos? El objetivo es acabar con Pedro Sánchez a cualquier precio. Si no pueden ganarle en las elecciones, le harán la vida imposible hasta el límite de plantearse su retirada.

La derecha hizo lo mismo con Felipe González. Ya no sabían qué hacer para derrotarlo. El PSOE ganaba elección tras elección desde 1982. Y fueron a por él con todo. Luis María Ansón, quien fue director de ABC en una entrevista llegó a reconocer: “Había que terminar con Felipe González, ésa era la cuestión. Al subir el listón de la crítica se llegó a tal extremo que en muchos momentos se rozó la estabilidad del propio Estado”. Sin piedad.

Hicieron lo mismo con José Luis Rodríguez Zapatero. Tras el peor atentado terrorista en Europa, el del 11M en Madrid, el PP lo puso todo en cuestión: la Justicia, la investigación policial, si habían participado otros grupos terroristas o la intención. Incluso se llegó a especular con servicios de inteligencia extranjeros o con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Como el PP perdió las elecciones trataron de debilitar el Estado de derecho. ¡La derecha despiadada en estado puro!

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Ahora el PP sigue empeñado en dañar la democracia. Es necesario hacer una reflexión ante el lodazal en el que Feijóo y los suyos han convertido la política en nuestro país. Comprobamos como un pseudo sindicato de extrema derecha presenta una denuncia sin pruebas y con falsedades y bulos y como un juez la admite a trámite. Todo le vale a la derecha por conseguir el poder. No tienen límites.

Cuando la economía va mejor que nunca; cuando el empleo alcanza cifras históricas; cuando se suben las pensiones y el Salario Mínimo; cuando se adoptan medidas para bajar los precios de la vivienda; cuando se refuerza la educación y la sanidad pública, cuando España es un referente en Europa; cuando es muy difícil cuestionar la gestión del Gobierno y del presidente, la derecha ha decidido ir a por su familia. Esto no es hacer política, esto es otra cosa.

Pedro Sánchez ante estas agresiones sin precedentes y permanentes, se ha sincerado en una carta a la ciudadanía donde dice: “Soy un hombre profundamente enamorado de mi mujer que vive con impotencia el fango que sobre ella esparcen día sí y día también. Llegados a este punto, la pregunta que legítimamente me hago es ¿merece la pena todo esto? Sinceramente, no lo sé”.

Ante la política de tierra quemada del PP y de la extrema derecha es humano parar y reflexionar. Es humano plantearse si seguir o no ante esta tremenda cacería con la que la derecha y la extrema derecha están acosando al presidente legítimo de España utilizando su inmenso poder mediático y judicial. La derecha está embravecida e incivilizada. Cuando escribo este artículo me acuerdo de Mónica Oltra. Le hicieron una campaña terrible. Mediática, política y judicial. Eran acusaciones sin fundamento, como se demostró con el archivo de la causa, pero la ultraderecha y también la derecha del PP lo usaron para desgastar al gobierno valenciano hasta hacerle perder las elecciones. En la Comunitat Valenciana ahora gobierna el PP en coalición con Vox. ¿Quién le devuelve ahora la dignidad a Mónica Oltra? Exactamente igual le sucedió al primer Ministro de Portugal, Antonio Costa, hasta que provocaron su dimisión.

En democracia, es fundamental establecer límites. No todo vale. La derecha ha cruzado todas las líneas rojas. Han perdido cualquier tipo de respeto. Por eso mienten sin pudor, animan al odio y a la división entre españoles. Han convertido la vida pública en una burbuja absolutamente irrespirable. ¿De verdad España se merece a unos dirigentes como los que lideran en este momento el PP?

Pero esta es la forma de entender la política de Feijóo. Es bueno recordar cómo ganó en su día las elecciones gallegas al bipartito PSdG-BNG. Lo hizo con una brutal campaña personal contra Touriño y Quíntana, contra las familias… Todo le valía y todo era mentira. No ha cambiado, ahora incluso se llega a victimizar. Después de la infame rueda de prensa de su portavoz, Cuca Gamara, ha llegado a decir con el mayor cinismo que se está calumniando a la oposición. ¿De verdad Sr. Feijóo? ¡Ver para creer!

No todo vale en política. No vale atacar las sedes socialistas. No vale agredir a alcaldes socialistas. No vale insultar todos los días al Gobierno. No vale perseguir a sus familias. Y todo porque no están en La Moncloa. La política debe ser un noble ejercicio en el que generar espacios de entendimiento, respeto a la diversidad de pensamientos y de opiniones. Un espacio donde se trabaje cada día para buscar acuerdos con el objetivo de solucionar los problemas de la gente. Basta ya de mentiras, de engaños y de agresiones morales y físicas por parte de la derecha. Los socialistas seguiremos trabajando por una España más digna, más libre y con más derechos. Esto no va de atacar personalmente, difamar y mentir sobre el presidente Pedro Sánchez, esto va de un ataque rotundo a nuestra democracia.

Hoy, España es un país mejor, más justo, más próspero y más decente donde vivir, con más derechos y libertades gracias al presidente Pedro Sánchez. Esto no va de a quien votes, esto va de democracia. Esa democracia en la que el PP nunca creyó. Por eso, si las calumnias y las mentiras vencen, habremos perdido todos los demócratas y nuestra democracia estará corriendo un serio riesgo. No es digno ponerse de perfil ante toda esta barbarie.