Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo... en apenas dos semanas las grandes comilonas y cenas se suceden unas tras otras convirtiéndose en todo un clásico para todos aquellos que se reúnen con la familia o los amigos en las celebraciones navideñas.

En la mayoría de los casos esto suele significar una mesa llena de platos y comida, por lo que siempre sobra algo que acaba guardándose en la nevera para que los anfitriones se lo coman los días posteriores. Sin embargo, fiesta tras fiesta, y menú tras menú, los alimentos se acumulan en el electrodoméstico, algunas veces sin control.

Esto puede conllevar riesgos como intoxicaciones alimentarias, por lo que es clave ser precavido y conocer cuántos días puedes guardar las sobras en el frigorífico en función de la comida de la que estemos hablando.

    ¿Cuánto dura cada alimento en la nevera?

    Según indican desde la Organización de Consumidores y Usuarios, una de cada cuatro intoxicaciones se debe a una refrigeración inadecuada, ya que ''los microorganismos patógenos se reproducen con gran rapidez si se encuentran a una temperatura templada''. Por eso, la temperatura idónea es de entre 1ºC y 4ºC para conservar en la nevera las carnes y pescados, y entre 5 y 8 grados para el resto.

    Además, cada comida tiene una duración distinta debido a su composición y característica. Esta es una tabla en la que puedes ver el tiempo aproximado que duran en el frigorífico algunos de los alimentos más comunes en Navidad.

    • Filetes de ternera: 2-4 días
    • Pollo y pavo: 1-2 días
    • Chuletas de cerdo: 2-4 días
    • Carne picada: 1-2 días
    • Fiambre y embutidos: 3-6 días
    • Platos preparados: 2-4 días
    • Salsas y caldos: 2-3 días
    • Sopas: 2-4 días
    • Pescado azul y blanco: 1-2 días

    ¿Cómo conservar las sobras?

    Tal y cómo hemos indicado antes, en estas fechas es muy típico guardar la comida que sobra en las celebraciones navideñas para otro día. Sin embargo, hay que tener cuidado y seguir algunos consejos para evitar posibles envenenamientos.

    Así, la OCU señala que la comida cocinada hay que meterla en la nevera en cuanto deje de quemar y dentro de recipientes limpios. Señalan que, aunque hacerlo cuando aún está caliente puede elevar la temperatura del frigorífico, dejar que se enfríe fuera antes de introducirla puede conllevar que se estropee antes de tiempo, sobre todo en verano.

    También es importante tener la comida bien tapada, ya sea con papel transparente, tapas de silicona o pinzas, y poner una etiqueta con la fecha en la que se ha abierto el envase para saber cuánto tiempo ha pasado hasta que se consume. 

    Recuerda que, una vez abierto, la mayoría de los alimentos aguantan en buenas condiciones unos dos días. Por eso, lo mejor es guardar lo que sobre en un recipiente de plástico o cristal y congelarlo si vas a tardar en consumirlo.

    En cuanto a las salsas, es importante no introducir un cubierto que tenga restos o esté manchado ya que esto puede contaminar todo el contenido. Así, lo mejor es utilizar uno para servir y otro para consumir, y usar uno limpio para pasarlo a otro recipiente antes de guardar. Lo mismo cuando se vuelva a comer.