España disfruta de joyas arquitectónicas en todo el país, pero estas líneas se detienen en el norte, que tiene un encanto especial en invierno. De hecho, hay lugares del mismo que todavía tienen nieve después de los temporales de las últimas semanas. En cualquier caso, sea o no así, la parte de arriba de nuestro país se viste con sus mejores galas en los meses invernales, por lo que siempre es un aliciente visitarla en los días fríos. Aquí te recomendamos algunos lugares.

Lagos de Covadonga, Asturias

Es cierto que muchos recomiendan ver este maravilloso paraje entre mayo y septiembre, ya que es cuando menos probabilidad de lluvia existe. Sin embargo, es una maravilla el paisaje que los lagos de Covadonga experimentan en muchas ocasiones, especialmente si tienes la suerte de verlos nevados.

El sitio se puede recorrer perfectamente en medio día saliendo de la vecina localidad de Cangas de Onís o desde Oviedo o Gijón, ciudades más importantes del Principado. Situados en medio del Parque Nacional de los Picos de Europa, este verdadera joya de la naturaleza cuenta además con diferentes rutas para hacer a pie y sus aguas cuentan la leyenda de la Virgen de Covadonga, según la cual quienes beban de la fuente se enamorarán o contraerá matrimonio en el plazo de un año. Sin duda, los lagos son uno de los grandes remansos de paz de nuestro país.

Lagos de Covadonga

Cudillero

Si visitas Asturias no puedes perder la oportunidad de visitar alguno de sus pueblos más representativos: Cudillero. Ya solo su ubicación es un atractivo sin igual para acudir a él, pues se encuentra entre dos colinas frente al mar Cantábrico. Aunque pueda resultar un poco cansado, merece la pena subir a todos los miradores posibles que esconde la localidad y, sobre todo, perderse por sus calles. Por si fuera poco, queda muy cerca de otros paisajes igualmente increíbles como Cabo Vidio o la Playa del Silencio.

Cudillero, en Asturias, es un pueblo pesquero que atrae multitud de turistas

Ermita de San Juan de Gaztelugatxe

El País Vasco es otro de los sitios que hay que visitar sí o sí al menos una vez en la vida. Para quienes estén ya forjados en excursiones a esta comunidad tan maravillosa y creen que lo han visto todo, les aconsejamos que hagan una parada en la ermita de San Juan de Gastelugatxe. A escasa media hora de Bilbao, este paradero de más de mil años de antigüedad presenta una imagen de postal frente al mar Cantábrico.

Debes ir con mucha ropa de abrigo, pero el sitio no defrauda. Además, tiene un aliciente si te consideras adicto a las series: salió en una escena clave de Juego de Tronos. O, mejor dicho, sus 241 peldaños. Se puede visitar adquiriendo las entradas con antelación y, pese a lo que pueda parecer y a las dos horas que dura este viaje a la época de los dragones,  acudir a ella no resulta tan cansado.

Gaztelugatxe

 

Torre de Hércules y Rosa de los Vientos

La torre de Hércules cuenta con la peculiaridad de ser el único faro romano que aún funciona en el mundo, además del más antiguo, pues su construcción data del siglo I. Son muchas las leyendas que rodean su historia, como que el mismísimo Hércules llegó hasta el lugar y en él enterró la cabeza de Gerión, un gigante con el que tuvo que luchar y al que venció. También se cuenta que sobre este mismo lugar se alzó la Torre de Breogán, de origen mitológico y en la que el hijo de Breogán, Ith, habría divisado las costas irlandesas.

En lo que respecta a la Rosa de los Vientos, ésta y sus 25 centímetros de diámetro es uno de los lugares más emblemáticos de la comunidad. En esta especie de brújula -que señala los puntos cardinales justo delante de la torre- quedan representados siete pueblos celtas. Más allá de ello, no resulta exagerado defender que es uno de los sitios más bonitos y, dicho sea de paso, románticos, para fotografiarse.

Torre de Hércules

Cueva El Soplao

Ya en Cantabria, además de sus tradicionales playas como el Sardinero, encontrarás rincones que, si bien no tan visibles, bien merecen una visita. Un ejemplo de ello es la Cueva El Soplao, una de las que mejor conservadas tiene sus estalagmitas y estalactitas en todo el mundo.

Cueva El Soplao

Su historia es de lo más curiosa, ya que fue descubierta por casualidad por unos mineros y es visitable en cuatro de sus 20 kilómetros. Puede visitarse por dentro y se tarda apenas una hora, por lo que es igualmente recomendable acudir en el mismo día o al siguiente si tienes tiempo a otros pueblos cántabros como Bárcena Mayor.