Como último capítulo de nuestros Pecados culinarios vamos a dejaros la verdadera receta de una pasta carbonara original. En Italia, además de aborrecer que se corte la pasta, o que se coma con cuchara, también tienen totalmente prohibido echar algunos ingredientes a esta receta, que para muchos de nosotros pueden ser básicos en la carbonara.

No. Nunca. Jamás. Ni nata, ni leche, ni mantequilla, ni leche evaporada. La salsa carbonara jamás llevó, lleva o llevará ningún tipo de lácteo. Sobre el uso de la nata en la cocina en general, y sobre la carbonara en particular, los italianos tienen un dicho: “La panna, per i francesi”. No necesita traducción. Y, ya puestos, tampoco deberías usar bacon para hacer esta receta italiana.

La autoridad en la materia, la web italiana de recetas Giallo Zafferano, tiene la receta de la auténtica pasta alla carbonara y, sinceramente, es mucho más sencilla que ese mejunje con nata que dices que te sale tan bien.

Para ello, solo tienes que picar y saltear guanciale, una especie de panceta sacada de la mejilla del cerdo. Mientras se cuece la pasta, a ser posible spaghetti, mezclamos varias yemas de huevo y las batimos junto a pimienta negra y queso pecorino rallado. Cuando la pasta esté cocida, se une al guanciale y, con el fuego apagado, vertemos nuestra mezcla naranja, que se cuajará con el calor de la pasta.