El cocido es uno de los platos más famosos de nuestro país, sobre todo en la época de frío y de comidas familiares. Un buen cocido, con sus garbanzos, carne, sopa de fideos... Pero, ¿sabemos realmente cómo tenemos que cocinar un plato tan tradicional? Habrá mil y una recetas en internet y libros de cocina, pero en ElPlural.com vamos a intentar averiguar cuál es la receta verídica de un auténtico cocido, sea de la zona que sea, al igual que averiguamos que la ensaladilla rusa no debe llevar guisantes.

Porque no hay región de España que no tenga su propia versión de la olla podrida de la Reconquista o la adafina hebrea. El cocido maragato, que se come al revés, el cocido montañés, que no tiene vuelcos, y el más conocido, el cocido madrileño, que tiene hermanos gemelos como el cocido morañés (Ávila) o el cocido lebaniego (Cantabria).

Pero los puristas no terminan de ponerse de acuerdo sobre cuáles son los ingredientes más pecaminosos. En principio, parece que hay más consenso sobre las verduras que deben acompañar el segundo vuelco, el de los garbanzos, donde el repollo es el rey y se aceptan el cardo o la acelga, junto a las patatas, incluidas al final de la cocción para que no acumulen mucha grasa. Pero las zanahorias y las judías verdes, que dan color al plato, no están bien vistas por los cocineros más ortodoxos. El Club de Amigos del Cocido Madrileño sí las acepta pero exige que siempre sean cocidas aparte, al margen de los garbanzos y el caldo para no intoxicar su sabor

Y existe un tercer ingrediente del que autores como José del Corral, autos de Ayer y Hoy de la Gastronomía Madrileña, reniegan: la morcilla. Aunque quien más guerra ha dado a este producto es Alberto Chicote, quien durante una emisión de Top Chef celebrada en Madrid renegó del embutido sanguíneo, con el consiguiente escándalo en Twitter.

Visto la que se lío, no nos meteremos en ese jardín, sobre todo porque los templos del Cocido Madrileño como Lhardy, Malacatín o la Cruz Blanca de Vallecas sí incluyen morcilla, aunque no lo hace El Bola. En lo que sí hay más consenso es en que, de incluirla, ha de ser de cebolla, nunca de arroz -por estar destinada a la fritura- y siempre cocida aparte para que no se rompa y nos fastidie el plato.