Los huevos son un alimento presente en la dieta de cientos de millones de personas en todo el mundo. Su valor nutricional, su sabor y su versatilidad los convierten en un recurso imprescindible en cualquier cocina: fritos, cocidos, en tortilla, rellenos, formando parte de alguna salsa, como complemento, como ingrediente para postres… las posibilidades que ofrecen son muy amplias.

Sin embargo, hay ciertas cosas sobre ellos que no todo el mundo sabe, entre ellas, el motivo por el cual se deben batir, en toda ocasión, con un tenedor y no con cualquier otro utensilio. El canal de YouTube Fine Dining Lovers nos explica la razón que justifica por qué, en este caso, hay que recurrir a lo sencillo y usar un simple tenedor para este propósito: la diferencia de cantidad de aire que se introduce en los huevos al usar un tenedor u otros instrumentos.

A pesar de que existen varillas especializadas para este propósito (algunas incluso automáticas que hacen la tarea mucho más sencilla y menos fatigante), el tenedor es la herramienta óptima para batir huevos. La única razón es la que hemos expuesto anteriormente: la cantidad de aire que se introduce en el proceso. Utilizando varillas o instrumentos similares, debido al espaciado de los filamentos, se introduce una mayor cantidad de aire que si se utiliza un tenedor.

Este exceso ocasiona que la textura de los huevos batidos cambie, pasando de ser esponjosa a gomosa y dando lugar a recetas de menor calidad. Sin embargo, si se realiza el batido con un tenedor, no entra tanto aire debido a la naturaleza compacta del utensilio, lo que permite conservar dicha esponjosidad y mantener la textura adecuada en el huevo batido.

Al fin y al cabo, en la cocina todo es cuestión de gustos y preferencias, pero este útil consejo puede servir de ayuda a quienes tengan este problema con la textura y no sepan cómo ponerle solución.