El hospital Enfermera Isabel Zendal no deja de sumar polémicas. Cinco años después de su inauguración, cuando la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ‘cortó la cinta’ del centro sanitario en compañía de, entre otros, el entonces consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, los gastos superfluos, la falta de personal o la ineficiencia de sus infraestructuras se mantienen como la máxima de este sitio localizado en Valdebebas.
El enclave volvía a ser noticia el pasado jueves a causa del desprendimiento de un techo del que fuera proyecto faraónico de la lideresa regional y que ésta, pese a la evidencia, sigue defendiendo a capa y espada.
Diferentes miembros políticos, partidos, sanitarios y otras personas que nada tienen que ver con este ámbito han lamentado la situación que, afortunadamente, no ha dejado consigo daños personales. Uno de los primeros en hacerlo fue el portavoz del PSOE (PSOE-M) en la Asamblea de Madrid y profesional médico, Carlos Moreno, que anunciaba lo ocurrido en redes sociales (concretamente en X, antiguo Twitter).
“Me alegro mucho de que la caída de este techo del Zendal no haya causado daños personales. Lamento el estado de la ‘maravilla secreta del Zendal’ que tantos millones nos ha costado y tan escaso uso sanitario proporciona (…) Seguimos denunciando que Ayuso nos impide visitarlo”, indicaba.
La Comunidad de Madrid minimizaba en declaraciones a ElPlural.com el impacto de los hechos, destacando precisamente que no había pasado nada más allá. Fuentes de la Consejería de Sanidad hablaban de “revestimiento externo” y de un hecho que había afectado a “pocos metros cuadrados”. Opinión bien distinta a la dispuesta por el propio portavoz de Sanidad en declaraciones también a este periódico.

Polémica tras polémica
Mediante conversación telefónica, Moreno contradice a la región concluyendo que “podría haber ocurrido una tragedia”. “No estamos hablando de un problema de magnitud muy grave, pero sí se trata de una zona a la que los trabajadores salen a veces a descansar”, nos explica.
El diputado señala que se trata la “enésima” situación que deja un hospital que está lejos de considerarse tal. “Está claro que se trata de un hospital fantasma, ¿cómo llamamos si no a un hospital en el que no pernocta nadie y lleva gastados más de 300 millones de euros entre costes, sobrecostes y costes de mantenimiento y del que no se benefician los madrileños?”, pregunta.
En números, Moreno asevera que con esa cantidad se podría haber invertido en más centros de salud o para contratación de profesionales para atajar las listas de espera a las que se enfrentan los madrileños. “Ayuso lo calificó como una maravilla y decía que iba a maravillar el mundo, pero nos siguen negando el acceso”, destaca.
Al respecto de esto, tal y como pudo saber de primera mano este medio, el equipo de la baronesa no estaba permitiendo a los socialistas acceder a este hospital en lo que el propio diputado tacha como un hecho insólito.
Cabe recordar que, actualmente, el Zendal acoge un centro diurno para tratar a pacientes enfermos de ELA. Más detalladamente, la oposición indica que la última idea de la presidenta en el fondo pretende “justificar un uso sanitario” al espacio y acentúa que su utilidad es “muy limitada para los pacientes”. “Podrían estar atendidos en otros hospitales y estarían, además, mucho más cerca de sus domicilios (…) Hoy por hoy no existe ningún requisito prestacional ni arquitectónico que lo haga imprescindible”.
El que funcionara como hospital de pandemia durante el Covid no consiguió ni de lejos cumplir con los objetivos para los que se levantó, por falta de personal y de infraestructuras principalmente. En la actualidad y a pesar de la defensa férrea de la dirigente de Sol, lejos de haber mejorado sigue sin reunir las cualidades necesarias para poder atender a pacientes en general a la vez. Pero no solo, sino que continúa sin ser fundamental para los enfermos de ELA. La disposición de las habitaciones, la falta de UVIS y/o quirófanos o la escasa plantilla se mantienen entre las causas principales por las que el Zendal sigue distando mucho de poder ser considerado un hospital.
“La caída de un techo no es sino un ejemplo más del coste de oportunidad que provoca el Zendal”, apuntala la voz que habla para complementar este artículo. “Es un hospital fantasma, en el que se han ejecutado contratos para empresas en las que trabajaba gentes del PP cuando hacía años que la pandemia se había superado…”, explicita. “Es un pufo a todos los niveles”; completa.
La misma opinión expresan los sindicatos. "Creemos que el dinero se podía haber invertido mejor. Una vez hecho habrá que darle una utilidad con miras a medio-largo plazo mejor que parchear", cuenta Ángela Hernández, responsable de AMYTS. "Sorprende en estructuras recién hechas, y nos alegramos de no tener que lamentar heridos o víctimas", añade.