España atraviesa en 2025 el verano más devastador de su historia reciente en materia de incendios forestales al nunca antes haberse contabilizado tantos fuegos ni una extensión tan inmensa de terreno calcinado. Más de 340.000 hectáreas arrasadas —con estimaciones que elevan la cifra a 382.000— sitúan este año como el peor en décadas, según datos oficiales.
El país arde de norte a sur, con Galicia, Castilla y León, Extremadura y Cataluña como escenarios de los incendios más voraces. Cada foco resume, a su manera, la magnitud de una catástrofe que ya no se puede entender como un fenómeno puntual, sino como una tendencia marcada por el cambio climático, la sequía y las olas de calor extremas. Este es el mapa que figura los incendios activos en la península:
Zamora y León: el incendio más grande jamás registrado
El fuego de Molezuelas de la Carballeda, entre Zamora y León, se ha convertido en el mayor incendio forestal de la historia de España. Con más de 37.000 hectáreas consumidas, superó todos los registros anteriores y dejó a su paso un paisaje arrasado, pueblos evacuados y miles de personas afectadas.
Galicia: tres focos en el top histórico
En Galicia, donde el verano ha sido especialmente duro, tres incendios se cuelan ya entre los más grandes jamás sufridos en el país. El de Larouco (Ourense) arrasó cerca de 20.000 hectáreas, convirtiéndose en el peor de la historia gallega. En Chandrexa de Queixa, también en Ourense, más de 3.000 hectáreas quedaron calcinadas en cuestión de días, en un fuego que sorprendió por su velocidad de propagación. Y en Lugo, el fuego en la sierra dejó una huella imborrable al extenderse sin control durante jornadas enteras.
Extremadura
En Jarilla (Cáceres), las llamas arrasaron más de 6.000 hectáreas y forzaron el confinamiento de varios municipios. El incendio avanzó con tal violencia que obligó a cortar carreteras y movilizó a centenares de efectivos durante días.
Cataluña
El fuego en Torrefeta i Florejacs (Lleida), con 5.577 hectáreas devastadas, fue catalogado como de “sexta generación”. La virulencia del incendio generó un pirocúmulo de hasta 14.000 metros de altura, un fenómeno atmosférico que ilustra la potencia y peligrosidad inédita de estos episodios.
Convivir con el fuego
La suma de todos estos fuegos ha dejado cifras que estremecen. España ha visto cómo el verano de 2025 pulverizaba los registros del último medio siglo, con un número y una intensidad de incendios que superan los peores precedentes. Los expertos apuntan al cambio climático como un factor determinante: la combinación de olas de calor por encima de los 45 grados y la sequía extrema ha creado un escenario perfecto para la propagación del fuego. Naciones Unidas ha advertido que esta situación es ya “la nueva normalidad” en países mediterráneos como España.
Lo que antes se entendía como una temporada de incendios hoy se percibe como un riesgo permanente. La devastación de 2025 marca un antes y un después: nunca hubo tantos incendios forestales, nunca se quemó tanto terreno y nunca se hizo tan evidente que el fuego se ha instalado como amenaza estructural en el paisaje español.