Anda afanado y enfangado el Partido Popular en generar cualquier conflicto contra el Gobierno de España para evitar lo inevitable que es poner en evidencia el caos interno en el que se mueve Feijóo pretendiendo liderar sin ser líder un partido quebrado ética y moralmente por la corrupción sistémica en la que han vivido y viven, aderezado por las habituales salidas de tono de la pseudolideresa Ayuso y el coro de barones autonómicos.

Mientras el Gobierno de España se afana en ayudar a las personas, principalmente a los trabajadores, a la clase media y a los colectivos más vulnerables, para superar la crisis sanitaria y social derivada de la pandemia del Covid y de la económica y energética producto de la guerra de Putin en Ucrania, el Partido Popular está enciscado y entretenido en inventar ataques contra Pedro Sánchez para, por un lado, intentar ensombrecer esa gestión del Gobierno, tanto en el ámbito nacional como internacional y, por otro, inventar cortinas de humo para tapar esa realidad con la que cada día nos abochorna el PP con Feijóo a la cabeza.

Por ordenar las ideas voy secuenciar algunos ejemplos, desde lo general, el ámbito nacional, a los más cercano que sufrimos los ciudadanos de Castilla y León con ese gobierno bipolar de la Junta entre la derecha extrema de Mañueco y la extrema derecha del PP, hasta llegar a la provincia de Zamora donde el nivel de surrealismo supera la ficción hasta el punto de que el PP se manifiesta contra sí mismo, contra su propia gestión o inacción.

Desde el punto de vista político, y desde cualquier otro punto de vista, es absolutamente intolerable e indecente que el señor Feijóo se empeñe en crear polémicas estériles contra el Gobierno para evitar que se hable de su traición a la Constitución Española impidiendo que se cumpla el mandato constitucional de renovar los órganos del Poder Judicial, intentar evitar que la gente no se asombre cuando el PP se opone a gravar impuestos a las compañías eléctricas y entidades bancarias que se están forrando a cuenta de los ciudadanos, o que día sí día también haga el ridículo posicionándose en contra de los postulados económicos del Gobierno de España, traicionando los intereses generales de los españoles, que luego son los que respaldan sus compañeros del Partido Popular Europeo, por ejemplo la subida de impuestos a los ricos para ayudar a las personas con más dificultades económicas.

Y para ello se sirve Feijóo de esa estrategia mediática goebbeliana del que fuera ministro de propaganda de Aznar, ahora reciclado a Rasputín de la corte de Ayuso, el ínclito señor Miguel Ángel Rodríguez, experto en crear bulos y mentiras, fake news, en escribir guiones repletos de insultos y calumnias y, en definitiva, en elaborar un ideario neofascista en competencia directa con la extrema derecha de Vox.

Así lo hacía Goebbels, el ministro de Propaganda de Hitler y así funciona el aparato ideo-mediático del Partido Popular dispuesto a hacer lo que sea para recuperar la llave de la caja del dinero público, o no perderla donde la tenga, para volver a convertir España en el país de la Gürtel, de la Kichen, del Caso Noós, del Caso Lezo, de las Eólicas, del Pokémon, de la Púnica, por citar algunos ejemplos de una lista interminable de casos de corrupción del PP.

Y así lo hacen los señores Feijóo y Ayuso para intentar evitar, también, que se hable de ese desgobierno y descontrol absoluto de la omunidad autónoma y del Ayuntamiento de Madrid, de esa manifestación multitudinaria de los madrileños contra la política sanitaria de Ayuso y en defensa del Sistema Público de Salud.

Descendiendo al nivel territorial autonómico, aquí en Castilla y León el señor Mañueco, la derecha extrema del Partido Popular y la extrema derecha de Vox, han sido alumnos aventajados en la compraventa de favores para hacerse con el control propagandístico mediático. Y ahí anda el citado señor Mañueco todo el día insultando a los miembros del Gobierno, echando lágrimas de cocodrilo e inventando todo lo inimaginable.

Y mientras tanto, PP y Vox dinamitan el sistema Público de Salud en Castilla y León derivando a los pacientes a centros privados, cerrando los consultorios médicos rurales, propiciando listas de espera interminables para consultas e intervenciones quirúrgicas o destruyendo la atención primaria. En definitiva, alentando a los ciudadanos a la contratación de seguros médicos privados que es uno de los nuevos negocios hacía donde se ha diversificado la corrupción.

Y descendiendo al nivel más próximo voy a referirme a Zamora, provincia por la que soy diputado. Aquí el PP bate todos los récords de surrealismo, cinismo político e idiocia. Hasta el punto de que en Zamora son capaces de manifestarse contra ellos mismos, contra sus propios actos cuando han sido Gobierno de España o contra los que ellos mismos deciden o no cumplen desde la Junta de Castilla y León o desde la propia Diputación de Zamora.

Se manifestaron el pasado verano contra los desembalses a Portugal, consecuencia del Convenio de Albufeira que firmó el propio Aznar cuando era presidente. O se manifiestan reclamando al Gobierno una fiscalidad diferenciada para Zamora que ellos mismos negaron cuando Rajoy era el jefe del Gobierno. También dos ejemplos de otra lista interminable de incoherencias extravagantes de la derecha del PP de Zamora.

Al igual que hacen Feijóo y Mañueco, aquí en Zamora el PP también repite una mentira mil veces, como hacía Joseph Goebbels, hasta convertirla en verdad para que no se hable de su responsabilidad histórica en la Junta de Castilla y León y en la Diputación. La irresponsabilidad y negligencia con que han actuado y actúan todos los días los dirigentes del PP de Zamora y de Castilla y León.

El PP ha dejado Zamora abandonada, despoblada y desfalcada y ahora pretenden trasladar su irresponsabilidad negligente al único Gobierno que se ha tomado en serio el reto demográfico y la lucha contra la despoblación. El mundo al revés.

Antidio Fagúndez Campo
Diputado del PSOE por Zamora